Foto: Diario Los Andes
Veo que "los de arriba" quieren hacerme creer que mi mamá gana 20 mil pesos por 4 horas de trabajo y tres meses de vacaciones. Me quieren hacer creer que se come la tortita de sus alumnxs, que es una vaga, que la escuela se viene abajo por su culpa, que los chicxs no aprenden porque ella no está capacitada.
Creo que a mi mamá la he visto muchas más veces con guardapolvo puesto que sin él. Me acostumbré a verla dormir con el guardapolvo y sacárselo solo para ponerse uno mas bonito, mas planchado, el que más le gusta a sus alumnxs. La he visto embelesada en una librería comprando gomas evas, cartulinas, afiches, temperas y chucherías para llevar a la escuela y que se vea más bonita. La he visto ser madre de 30 chicxs más y la he visto pagar al proveedor de su escuela albergue porque "desde arriba", durante el gobierno kirchnerista, no le autorizaban firmas porque querían cerrar cargos y había que empezar por la comida de lxs ninxs, haciendo pesar también la educación pública sobre las espaldas de lxs trabajadorxs de la educación. La he visto llevar ropa, merienda, la torta mas bonita y rica que hace mi tía para cada uno de los cumpleaños de cada uno de sus almunxs. La he visto preocupada porque una de sus compañeras tiene un problema, porque unx de sus alumnxs no va a la escuela hace dos días. La he visto llorar porque no puede entender como "esos de arriba" no se dan cuenta de que sus niñxs caminan kilómetros o tienen que salir a las 6 de la mañana para llegar temprano a la escuela aunque entren a las 9 porque van a la salita de cuatro, o preocupada porque van niñxs de tres años en el invierno caminando o en colectivo a esa hora con el poco abrigo que tienen y que después se queden dormidos a las 10 y no puedan aprender. La vi buscando ropa, comida y trafic para que los que egresaban de 7mo grado pudieran seguir la secundaria y no tuvieran que abandonar por vivir a 30 kms campo adentro. Le veo la alegría, el amor, la ternura, la dedicación que pone y el orgullo que siente cada vez que sus niñxs aprenden algo nuevo.
Y lo que veo, es que si no fuera por todas esas maestras que todos los días se ponen las escuelas al hombro, hoy seguramente la educación sería peor. Porque a esos "de arriba" no le importa que nos eduquemos.
Hace un año le dio un ACV porque se emocionó demasiado por el pedido de las madres y sus alumnxs de que ese nuevo año sea la maestra de sus hijxs de nuevo. Pero volvió al aula porque además de que no puede perder el 10% de su sueldo por ese nefasto ÍTEM AULA, quería empezar a arreglar todo para que sus niñxs sean felices en la escuela.
Estamos a tres años de que el ÍTEM AULA votado tanto por peronistas y radicales, esos que dicen que defienden la educación pública implementaron, cobrándose la vida y la salud de miles de docentes que como mi mamá son el sostén de la educación pública, son el sostén de sus familias y no pueden “darse el lujo” de perder gran parte de sus sueldos en estos momentos de crisis y ajuste porque la salud de ellxs o de sus familiares les juegue una mala pasada.
Lo que hoy veo es que lejos de pensar o creer que no se puede hacer nada, que las leyes funcionan así y no se las puede enfrentar, tenemos que ser las familias de lxs docentes y las familias de las escuelas quiénes les demos ese empujoncito que falta para mostrar que la fuerza está, en las escuelas y fuera también, que este ítem no solo las afecta a ellas, las docentes, sino a toda la comunidad porque somos parte, porque vamos a esas escuelas que se caen a pedazos y son sus espaldas las que la sostienen.
Mi mamá me enseñó que la educación pública se defiende, ella lo hace a su manera con toda su dedicación, yo elegí organizarme y salir a las calles a luchar por ella, por todas las docentes y alumnxs. Porque queremos #MáSParaEducación y porque vi lo que eso significa, porque no quiero que sus huesos se conviertan en tiza. Por eso este 28 de marzo tenemos que llenar las calles al grito de #NoAlÍtemAula.
Me siento más que orgullosa de todo lo que hace y lo que se que le gustaría hacer pero no puede.
Hoy me mandó fotos para que vea como quedaron las puertas del aula y le veo la fuerza que me hace querer ir a luchar!
Como ella, son miles las que tendrían que dar un pasito más, para no sentirse solas y hastiadas, y ese orgullo, esa dedicación, transformarlos en una poderosa fuerza que, desde abajo, de vuelta la tortilla y así, de una buena vez, poder cambiar el mundo.
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