Según la periodista India Molina (La Nación) “El discurso intelectual del momento viene desde el este: una eslovena, Renata Salecl, y un surcoreano, Byung-Chul Han, piensan y producen conocimiento sobre nosotros, sujetos de sociedades hipercapitalistas; ansiosos, cansados, consumistas y, sobre todo, angustiados.”
Los autores seleccionados como el último grito de la moda no son casuales. Tanto la primera como el segundo son una clara manifestación del “espíritu de época” que nos toca vivir ¿en qué sentido?: escépticos, relativistas, individualistas y sobre todo postmodernos.
La primera autora es Renata Salecl autora del libro Angustia. Traducido al español y publicado en 2018 por Ediciones Godot, parte de una premisa: "Una sociedad sin angustia sería un lugar muy peligroso para vivir".
Según ella “la victoria del neoliberalismo consiste en anclar la responsabilidad de la felicidad en los propios sujetos”, una extensión de lo que hoy se conoce como “meritocracia”.
Por otro lado la filósofa considera que los principales promotores de la ansiedad y la angustia son las redes sociales. Según ella vivimos en un sistema que nos exige un rendimiento superior al normal y además nos impone mediante “la industria de la felicidad” estándares de normalidad, pero de lo que se trata no es de intentar ser feliz sino de aceptar que “no es posible ni recomendable vivir sin angustia” porque lamentablemente la felicidad “No es algo real, no se puede alcanzar. Podemos tener momentos de felicidad, pero no es un estadio al que tenemos que llegar.”
El otro pensador seleccionado por el diario de los Mitre para hablar de la sociedad contemporánea es el Sur-Coreano Byung-Chul-Han, de 60 años y profesor de la Universidad de las Artes de Berlín.
Sus títulos más conocidos son La sociedad del cansancio (Editorial Herder, 2017), uno de sus libros más leídos, es el esfuerzo privado, la autorrealización, la actividad permanente -en el mundo real y el digital- que produce un nuevo tipo de control: el control autoimpuesto. Se persigue el rendimiento, el éxito y, cuando no se logra, surge el síntoma: el agotamiento excesivo, el agobio. Pero el libro más polémico del autor es Psicopolítica (Editorial Herder, 2014). Una obra en donde le pega un giro de tuerca al concepto de Biopolítica y Biopoder de Foucault al punto de plantear que ya son obsoletos e impotentes frente a la nueva “psicopolítica” que se alimenta de los psico-perfiles de las redes sociales que además nosotros mismos les damos el material para que nos controles y vigilen.
Es interesante resaltar que ambos autores son “críticos” del neoliberalismo y de las redes sociales, pero en ningún momento siquiera se atreven a cuestionar el sistema económico que genera esas condiciones. Algo que podemos definir como el dilema de la postmodernidad: ¿se puede ser progresista sin cuestionar el capitalismo?
Por otro lado hay otro elemento común muy presente en el pensamiento de estos filósofos y consiste en el carácter “idealista” de su pensamiento. Por un lado Renata Salecl habla de la felicidad como un concepto, pero en sus reflexiones no tiene lugar las condiciones materiales de la felicidad o la angustia, mucha gente se angustia no porque nadie comparte su publicación por Facebook sino porque perdió su trabajo, no llega a fin de mes o la miseria lo persigue en la forma de las privaciones más elementales como comer más de una vez al día ¿qué diría la filosofa de la angustia que empujó a una jubilada a tirarse a las vías del subte?
La felicidad y la angustia de las que habla son palabras abstractas que no están unidas a la realidad de una clase, sino a conceptos ideales.
El caso de Byung-Chul-Han es todavía más escandaloso, porque su planteo tiene un sustento sólido sobre el cual hace su crítica, los psicoperfiles existen y son moneda de compra y venta durante las campañas electorales, por ejemplo, pero frente a semejante atropello y abuso por parte de las corporaciones la opción que plantea este pensador crítico para poder superar esto es literalmente “hacerse el idiota”.
Según Byung-Chul-Han “El idiotismo descubre al pensamiento un campo inmanente de acontecimientos y singularidades que escapa a toda subjetivización y psicologización”.
Hay un debate no tan viejo sobre el rol que debe tener la filosofía en la sociedad, en un mundo en donde la riqueza esta cada vez más concentrada en menos manos y la miseria es más abundante, el pensamiento crítico tiene que plantearse seriamente qué va a ser frente a la degradación de la sociedad y la especie humana, podemos tan solo interpretar y describir para conformarnos con eso o podemos intentar transformar y dar vuelta todo.
La única salida a las penurias de las masas en el mundo capitalista será solo destruyendo este sistema de opresión y explotación, sólo ahí podrá vislumbrarse un futuro para la humanidad que merezca ser vivido. O podemos también conformarnos con ser idiotas felices. |