El líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, llegó este miércoles a Vladivostok, ciudad rusa en la frontera con China, donde fue recibido con honores militares en la víspera de su primera reunión con el presidente Vladímir Putin, que tendrá lugar en esta ciudad del Lejano Oriente ruso.
La cumbre se da en un momento en que las conversaciones entre Corea del Norte y Estados Unidos están congeladas, situación que Rusia busca aprovechar para recuperar su influencia sobre el país del norte de la península coreana.
El líder norcoreano recibió un ramo de flores y donde le fue ofrecido el tradicional pan con sal, a la que Kim declaró que había llegado a Rusia "con un cálido sentimiento". "Espero que esta visita sea exitosa y útil, y espero que durante las conversaciones con el presidente Vladímir Putin pueda abordar los temas vinculados a la solución de los problemas en la península coreana y el desarrollo de nuestras relaciones", indicó.
Kim intenta alcanzar una serie de acuerdos que le permitan aliviar la economía de Corea del Norte, muy tocada también por las sanciones internacionales por su programa nuclear, y también con el propósito de mostrar su perfil diplomático.
Al mismo tiempo busca mostrar a Washington que Corea del Norte es capaz de sentarse en la mesa no solo con China, sino también con Rusia, especialmente luego de que la cumbre de desnuclearización con el presidente Donald Trump, en Vietnam, terminase muy abruptamente cuando Pyongyang no aceptó las demandas estadounidenses para que abandone sus programas nucleares y mientras Washington se negaba a levantar las sanciones.
Según el Kremlin, Kim y Putin se centrarán este jueves en los esfuerzos para la desnuclearización de la península coreana, en la cooperación regional y las relaciones bilaterales.
Rusia busca lograr un papel de mediador y faro en política exterior. Con la llegada del líder norcoreano a Vladivostok, Putin recupera un papel de actor en ese tablero global. Con la disposición, sobre todo, de volver a la negociación multilateral y tomar parte de ella.
“En los últimos meses, la situación de la península se ha estabilizado un poco, en gran parte gracias a las iniciativas de Corea del Norte para detener las pruebas de misiles y cerrar su sitio de pruebas nucleares”, aseguró el asesor del Kremlin Yuri Ushakov a la prensa. “Rusia tiene la intención de ayuda de cualquier manera para consolidar esa tendencia positiva”, añadió.
Rusia que no pasa por un buen momento económico no se encuentra en condiciones de ofrecer grandes acuerdos económicos a Kim y tampoco a enfrentarse a Washington en cuanto a las sanciones contra Corea del Norte. Un agregado en las negociaciones es el destino de miles de trabajadores norcoreanos en Rusia que deberían abandonar el país antes de fin de año, como consecuencia de las sanciones. Esos trabajadores que se han convertido en una fuente vital de ingresos para Corea del Norte. |