Una nueva denuncia contra la fuerza irregular que patrulla las calles de Banda del Río Salí, los vigías urbanos. Desde hace unos años algunos municipios crearon sus propias policías municipales, en un principio para realizar tareas de "prevención" y colaborar con la policía. Pero poco a poco se fue advirtiendo el verdadero rostro brutal de estos cuerpos parapoliciales que alternan sus tareas entre la represión a los sectores más empobrecidos y el gerenciamiento del delito organizado: narcotráfico, trata, prostitución.
En este caso se trata de Gustavo Javier Tikle, quien golpeó, violó y torturo a su esposa embarazada. Ella se encuentra internada en el hospital del Este,donde se registraron incidentes con vigías y policías que agredieron a familiares y amigos de la mujer agredida, al punto de romper los celulares de las mujeres que estaban filmando.
En el allanamiento a su vivienda se le secuestraron los elementos de que se valía para perpretar su agresión machista: cachiporras, esposas, armas de fuego, sus herramientas de trabajo. También le secuestraron 6 celulares. Al menos 3 mujeres habrían sufrido el mismo trato por este miembro de la fuerza represiva que responde a la intendencia oficialista de Darío Monteros.
La indignación se propagó por las redes sociales y pusieron nuevamente en el tapete la terrible saga de abusos y vejaciones sufridos por pobladores de la Banda a manos de los vigías de la Banda.
Ya hubo una denuncia al propio jefe y fundador de esa fuerza Fabio Ferreyra, por privación ilegítima de libertad y torturas con picana eléctrica; también se lo vió armado en cortes de ruta de trabajadores del Ingenio San Juan. Otros dos vigías fueron denunciados por aprietes mafiosos y ataque con armas de fuego contra vecinos. Un instructor de los vigías y miembro de la custodia de José Alperovich, tiene una denuncia por abuso sexual contra un menor al que coimearon por 15 mil pesos para no armarle una causa a él y sus hermanos. El "Cobra", como se hace llamar el instructor, recibió el apoyo nada menos que del intendente Darío Monteros en su propia cuenta de Facebook.
Las denuncias no cesan. Antes de que salga a luz este aberrante hecho de violencia machista, los vigías nuevamente fueron tapa de los diarios por integrar una banda de narcos. Uno de los vigías implicados detenidos por revender dosis de paco incautadas a jóvenes adictos para luego revenderlas, declaró: "soy uno de los más antiguos [como vigía] y soy el chofer del comisario Ferreyra".
Habría otros vigías que alternan sus tareas de "seguridad" con la venta de paco, la droga de baja calidad que justamente hace estragos entre los jóvenes de las barriadas populares, muchos de los cuales delinquen para seguir consumiendo.
No tan distintos
Quizás el efecto Bolsonaro y el aproximamiento de las elecciones fue lo que provocó un corrimiento a derecha de todo el arco político de los partidos tradicionales, que compiten por ver quién tiene la mano mas dura.
Los municipios que sostienen estas fuerzas parapoliciales están en manos del PJ y también de los radicales de Cambiemos como es el caso de Yerba Buena, donde la "guardia urbana" también acumula denuncias por cohecho y vejaciones.
A principios de año todos acordaron en darle legalidad a estas policías municipales y dotarlas de un reglamento, armas de fuego, chalecos y pistolas teaser: una especie de picana eléctrica portatil que Amnistía Internacional calificó como instrumento de tortura. Extraña arma no letal que produjo centenares de muertes desde que pusieron en práctica su empleo.
La crisis económica no tendrá solución bajo el mandato del FMI y la sumisión de Macri y los gobernadores peronistas, que reclaman tener fuerzas represivas aceitadas, prestas a reprimir al pueblo ante los ataques que están por venir en el próximo período.
La violencia de estas fuerzas parapoliciales se ejerce en todos los sentidos: contra las mujeres, contra la juventud y el pueblo pobre. Es esta misma fuerza la que hay que organizar para enfrentar el programa de ajuste del FMI, Macri y los gobernadores. |