Las elecciones al Parlamento Europeo tienen lugar en el marco de un avance de fuerzas populistas de extrema derecha; por otra parte, las acaloradas confrontaciones políticas podrían cambiar la dinámica de baja participación de voto del 2014, que en el Reino Unido fue de apenas un 34%.
¿Cuál es el panorama para las elecciones europeas de este jueves en el Reino Unido, en el marco de una crisis sobre la negociación de los términos del Brexit?
Actualmente, un total de 72 eurodiputados (más un puesto vacante) representan al Reino Unido en el Parlamento Europeo y 43 de ellos buscan ser reelectos. Hay 548 candidatos nuevos y, en Londres, una de las 12 regiones electorales a la Eurocámara, 88 de ellos representan a 11 formaciones políticas. Si bien las elecciones en el Reino Unido se celebran este jueves 23 de mayo, el recuento se hará en consonancia con el resto de la Unión Europea el domingo 26.
Los últimos sondeos indicaban que el Partido del Brexit (Brexit Party, en inglés) es la formación que ganaría la mayor cantidad de votos en el Reino Unido, mientras que los partidos mayoritarios del régimen sufrirían una importante derrota. Este pronóstico estaría en sintonía con el panorama general del resto de la Unión Europea (UE) donde los partidos de la élite dominante se hundirían a expensas de las formaciones de extrema derecha y de los partidos liberales.
El líder del Partido del Brexit, Nigel Farage, sonríe al llegar al colegio electoral, este jueves
Como resultado, el Parlamento Europeo estará más fragmentado, y en su nueva composición, el Partido Popular Europeo de Centroderecha y el Grupo de la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas perderían la mayoría conjunta que al presente ostentan.
A tres años de la consulta sobre la pertenencia o no a la UE convocada por el ex primer ministro David Cameron, permanecen sobre la mesa múltiples opciones pro-europeas: desde los demócratas liberales, los Verdes, Change UK (una escisión eurófila del Partido Laborista), hasta los partidos independentistas de Escocia y Gales y la Alianza Norirlandesa. En contraste, las opciones a favor del Brexit se concentran en solo dos formaciones: el recientemente establecido Partido del Brexit, y el UKIP. Luego del referéndum el entonces líder de UKIP, Nigel Farage, renunció para dedicarse, entre otras actividades, a establecer contacto y reuniones con Donald Trump. A continuación, el partido UKIP tuvo una sucesión de líderes y el actual dirigente es abiertamente anti-Islam, de extrema derecha y contrató como asesor a Tommy Robinson, de corte netamente fascista. Como consecuencia, la mayoría de los eurodiputados de UKIP abandonaron esta formación y el UKIP es en la actualidad un partido en declive. Mientras tanto, en enero de 2019 Farage lanzó una nueva formación, el Partido del Brexit, que viene encabezando las encuestas con una proyección de voto del 34%. El Partido del Brexit está gestionado como una empresa en la cual hay donantes –no miembros– sin estatutos ni organismos de dirección. Además, esta formación xenófoba y nacionalista está siendo investigada luego de alegaciones de que sus finanzas contravendrían la legislación británica de financiación de partidos políticos.
Por su parte, el 80% de los miembros del Partido Laborista se declaran europeístas y, según encuestas de YouGov, en el referéndum un 65% de los votantes laboristas se pronunció por la permanencia en la UE. Por ello, sobre todo en regiones del país menos afectadas por la crisis, es posible que algunos votantes laboristas en estas elecciones europeas opten por votar al Partido Verde o a los Demócratas liberales ya que ambos se han manifestado más claramente a favor de la permanencia en la UE y a favor de un segundo referéndum. Esta parecería ser la tendencia en Londres, un distrito históricamente laborista, donde la posición ambigua del laborismo ha ayudado a revivir a los demócratas liberales, que están liderando las encuestas.
En aquellas regiones excluidas por las políticas neoliberales, el descontento hacia las políticas económicas podría reflejarse en el voto hacia variantes aislacionistas del Partido del Brexit, pero no exclusivamente. En las elecciones locales de principios de mayo 2019, algunas circunscripciones obreras se han inclinado por los demócratas liberales. En síntesis, el voto laborista se verá comprimido – atenazado – entre los liberales y el Partido del Brexit.
La política a dos puntas del Laborismo, de querer complacer tanto a su base europeísta, mayoritaria, como a su base separatista, minoritaria, pero de origen obrero, ha generado críticas a su líder Jeremy Corbyn, e incluso provocó una escisión encabezada por diputados europeístas. Lo más notable de esta situación es que desde la elección de Jeremy Corbyn el Partido Laborista venía fortalecido, en una dinámica de crecimiento y al levantar un programa de nacionalizaciones se vio rodeado de un nuevo activismo organizado en Momentum. Esta base está a favor de la permanencia, no por tener ilusiones en la UE, sino por posicionarse contra la narrativa anti-inmigrante de las formaciones euroescépticas.
Con todo, el laborismo no pudo sacar rédito político de la crisis del Partido tory. El referéndum de 2016 abrió una crisis que, al profundizarse, fue erosionando la buena salud que venía gozando el laborismo. En un sentido, la contradicción de esta fuerza reformista deviene de su propia base obrera, un problema que no tienen ni el Partido Verde ni los demócratas liberales.
Desde la perspectiva del Partido Conservador, estas elecciones se tratan de la batalla por la dirección partidaria. En el referéndum del 2016, según YouGov un 61% de los votantes tories lo hicieron a favor de salir de la UE. Es probable entonces que el Partido del Brexit crezca en mayor medida a expensas del Partido Conservador, posicionados en su mayoría con una posición nacionalista, de nostalgia por el viejo imperio.
Para muchos, las elecciones europeas en el Reino Unido se han convertido en una especie de referéndum sobre el Brexit. El Observer (periódico hermano del The Guardian), publicó en su edición del domingo una encuesta llevada a cabo por el instituto de encuesta YouGov/Datapraxis comisionada por la campaña pro europea Best for Britain (Lo mejor para Gran Bretaña) y por Hope not Hate (Esperanza, no odio) sobre la proyección de voto de las elecciones europeas en Reino Unido. Esta arrojó que el Partido del Brexit va a la delantera en todas las regiones salvo en Escocia (donde encabeza el Partido Nacional de Escocia). Llevaría la delantera con un 34% de los votos, seguido por el Partido Demócrata-Liberal (17%), Laborismo (15%), el Partido Verde (11%) y el Partido Conservador (9%). Para la formación de Farage representaría pasar de 24 a 32 eurodiputados, para el Laborismo de 20 a 12, para los Demócratas liberales de 1 a 10, para el Partido Verde de 3 a 8 y para el Partido Conservador de 19 a 4. Como indicador de un segundo referéndum, el porcentaje de la población a favor de la permanencia en la UE superarían a la que está por salir de la UE. Si miramos el panorama general, parece confirmarse la tendencia política de crecimiento de la extrema derecha y la profundización de la crisis de muchos de los partidos de gobierno en Europa. Sin embargo, estas expresiones populistas de derecha, con sus diversas variantes nacionales, se enfrentan con limitaciones producto de sus propias contradicciones ante la emergencia de fenómenos nuevos. |