En esta oportunidad la docente Lucía Battista Lo Bianco te cuenta cómo funciona el Poder Judicial en el capitalismo. Ese que, en Argentina por ejemplo, todavía no condenó a todos los genocidas de la última dictadura y en todo el mundo criminaliza la pobreza y la juventud.
Claves El estado capitalista moderno está conformado por tres poderes. El ejecutivo, el legislativo y el judicial.
No somos todos iguales ante la ley. En los estados capitalistas, hay dos grandes clases sociales. Una minoría es dueña de los medios de producción y vive de las ganancias que obtiene a través de la explotación de la fuerza de trabajo de la inmensa mayoría, quién está obligada a tener que trabajar para sobrevivir.
El Estado no es neutral, sirve para beneficiar la propiedad privada de la clase capitalista y mantener dominada a la clase trabajadora a través de sus leyes y normas.
El Poder judicial, como parte del estado capitalista, representa a la clase dominante. Es decir que, la justicia que se presenta como universal e igualitaria para todos, en realidad es de clase.
La independencia entre el Poder Judicial y el Poder Ejecutivo es una mentira total, porque a los jueces los elige el ejecutivo. El judicial es e poder más antidemocrático de todos pero decide todo el tiempo sobre nuestras vidas.
La mentira de la igualdad de derechos es una de las principales fortalezas del capitalismo. Son los jueces quienes juzgan y dictaminan quién va a la cárcel y quién no, y los que se encargan de criminalizar la pobreza y a la juventud.
El Poder Judicial está compuesto por una casta privilegiada de jueces, fiscales y todo tipo de funcionarios millonarios: El Estado gasta 3 millones de pesos en pagarle solo a 13 ex jueces, lo mismo que más de 400 jubilados que cobran la mínima.
Como plantea el Frente de Izquierda en Argentina, hay que retomar las lecciones de la Comuna de París de 1871: La elección de los funcionarios judiciales tiene que ser directa, por voto universal; los mandatos tienen que ser revocables por voto el popular; hay que establecer juicios por jurados; los jueces deben ganar el salario de una docente con 20 años de antigüedad, sin jubilaciones de privilegio y no tienen que estar exentos de impuestos.
Es urgente terminar con el poder de decidir de esta casta privilegiada de jueces y funcionarios, siempre funcionales a los gobiernos de turno, que está dispuesta a todo con tal de sostener las injusticias del capitalismo. |