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La Izquierda Diario
2 de abril de 2015 Twitter Faceboock

Libertades Democráticas
“Dos policías me subieron de prepo y a los golpes al patrullero”
Liliana Vera Ibáñez | Redacción LID @liluzlisam / IG: @Pisotomia
Maximiliano Oviedo | Docente de Merlo

Este martes, la presidenta Cristina llevó a cabo un nuevo acto en La Matanza, y uno de sus anuncios más rimbombantes fue el aumento del número de gendarmes para “dar seguridad” a las zonas más carenciadas del distrito. Allí donde la mayoría de los jóvenes no pueden trabajar ni estudiar (los “ni,ni”), no tienen acceso a la cultura ni al esparcimiento, y en muchos casos ni siquiera cuentan con agua potable. Allí se designará más mano dura. Es que su escalada de represión contra la juventud en el gran Buenos Aires no tiene límite.

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En el partido de La Matanza, donde apenas hace dos meses se realizó una nueva jornada de lucha por Justicia por Luciano Arruga, allí mismo es donde Lucas y sus amigos buscan indignados justicia por lo sufrido.

Irónicamente, y no tanto, en uno de esos barrios, la noche del domingo último, la policía bonaerense detuvo prepotentemente a un joven estudiante sin darle explicaciones. Fue en Gregorio de Laferrere, y a las 4 de la mañana del lunes lo liberaron luego de haberlo golpeado en el transcurso del viaje en el patrullero y haberlo obligado a participar de un allanamiento.

Docentes de La Matanza y Merlo nos acercamos al chico y a sus compañeros de escuela que se encontraban con él esa noche para conocer cómo fueron los hechos. Los chicos son estudiantes secundarios de la Escuela de Educación Secundaria Superior N 23 de esa localidad del Partido de La Matanza.

Contanos que ocurrió el domingo a la noche.

M: A eso de las 12 de la noche íbamos a tomar un remís con 3 compañeros más. Habíamos pasado la tarde juntos porque somos amigos y compañeros de colegio. Cuando estábamos esperando el coche, nos paró la policía y se llevó a Lucas a la fuerza. Le pidieron el documento antes. No entendíamos nada.

Lucas: Veníamos de la plaza de Laferrere por la vereda y se cruzaron dos patrulleros por la calle y me pararon a mí para pedirme documento, y de la nada cuando se lo di, un policia me dijo: “vamos a la comisaría”. Ante mis preguntas, insistió con que tenía que ir a la comisaría en el móvil. Yo me negué porque lo primero que pensé es que no estaba haciendo nada, y es ahí cuando dos policías me subieron de prepo y a los golpes al patrullero. Como me negué, me agarraron de los pelos y fuertemente de los brazos, pegándome patadas. Los golpes fueron mayores cuando quise poner resistencia (recibí muchas piñas y patadas). Cuando tuve que aflojar, por los golpes, me subieron al patrullero. Pero en vez de llevarme a la comisaría me llevaron a Puente 12 para un allanamiento.

S: Entonces, nosotras que no pudimos impedir que se llevaran a Lucas y tampoco teníamos idea de qué sería de él, fuimos a la Comisaría Nº4 de Laferrere, y preguntamos si habían traído a los chicos que se llevaron en una patrulla. Una mujer policía nos dijo que no, que no habían traído a nadie. No sabíamos qué pensar, pero tampoco nos íbamos a ir sin respuestas. Luego se acercó otro policía, al que también le preguntamos y nos contestó que “lo más probable es que lo hayan llevado a un allanamiento para que sea testigo”. Como si nada.

Nosotras insistimos en preguntar por qué se lo llevaron a la fuerza y a los golpes, y su respuesta fue que “así es el procedimiento porque si le decimos a la gente de qué se trata nos pone excusas para no ir… y si se niega es peor y lo tenemos que detener porque es un deber constitucional”. Ante esta situación, el resto de los chicos que estábamos con Lucas ubicamos telefónicamente a sus familiares para contarles de la situación y para que se acerquen a la comisaría, porque al llamar a Lucas al celular no nos contestaba. Después de varios intentos nos respondió, pero sus contestaciones eran monosílabos: “si”, “no”, “todo bien”, bajo claros signos de apriete y sometimiento policial.

¿Qué opinan sobre este tipo de prácticas de la policía?

E: Es una injusticia total que persigan así a pibes que no hacen nada., sólo por portación de rostro.

M: Pienso que no nos tenemos que exponer solos. La policía no nos da “seguridad”, tenemos que tener cuidado de ellos. Sabemos, porque así lo demuestran, cuál es verdadero rol de la policía y de la gendarmería, que persiguen, maltratan y hasta matan a los pibes de los barrios. Son la fuerza de choque de las clases dominantes.

Lo que le pasó a Lucas es solo un ejemplo de los tantos que pasan en nuestro barrio. En La Matanza la violencia policial contra los jóvenes y los pobres es moneda corriente.

R: A mi hermano le pasó algo similar y encima le “plantaron” cosas en el auto. Esta es la “seguridad que tenemos…”

¿Por qué creen que ocurre esto los chicos de su edad?

L: Yo sé que es porque soy de acá, soy un pibe de barrio, y no me conoce nadie. Soy uno común, del montón. Está muy mal que obliguen a un pibe violentamente a participar de este tipo de prácticas porque se supone que la policía debe estar para cuidarnos, no para pegarnos. Aunque bien sabemos que no es así, nunca sabés qué te puede pasar con ellos. A mí me dijeron que me llevaban a la comisaría y me llevaron obligado y a los golpes a un allanamiento.

S:¿Alguno vio si al corrupto de Boudou le allanan la casa o que lo agarren de testigo violentamente por la calle? ¡No! La justicia es un privilegio que pocos tienen, y en nuestras calles la policía se cree que tiene mayor poder que nosotros y no se dan cuenta que le hacen el juego al sistema capitalista.

P: No me sorprende para nada porque eso pasa siempre y más en este barrio, donde desaparecen a otros chicos, como el caso de Luciano Arruga. Yo tuve mucho miedo de no volver a ver más a Lucas o que le peguen mucho, como ya sabemos. Fue un total abuso de autoridad. Se manejaron de la peor forma. Y menos mal que estábamos nosotras con él. No me quiero imaginar cuando agarran a un pibe solo.

Al finalizar dicho operativo, a Lucas lo liberaron en la Comisaría Nº4 , allí donde los policías le habían dicho que lo iban a llevar. Ante el pedido de que lo acerquen a su domicilio, los agentes le dijeron que se fuera solo. En su relato, Lucas expresa que en el momento en el que lo hacen participar del allanamiento, le pidió a los policías que se encontraban en el lugar, un chaleco antibalas para protegerse de un posible tiroteo. Uno de los policías le dio un golpe en la cara, diciéndole que se callara la boca.

Otro dato no menor es que en el operativo conjunto policial, eran aproximadamente 20 personas las que se vieron obligadas y de manera violenta a participar de otros allanamientos (de similar edad que Lucas, entre 20 y 24 años), lo que muestra a las claras que este tipo de prácticas impunes por parte de la Bonaerense tiene como principales víctimas a los sectores jóvenes y pertenecientes a la clase trabajadora, de los barrios más pobres de La Matanza.

El caso de Lucas, como el de tantos otros adolescentes del Conurbano Bonaerense, es otro ejemplo de violencia por parte de la policía, de impunidad con el que se manejan las fuerzas represivas del Estado, con más de 3000 mil casos de gatillo fácil, innumerables desapariciones y constantes maltratos en el seno de los barrios pobres. Y no podemos esperar más de Espinoza y de Scioli, que forman parte de un modelo de gobierno como el de Cristina ,que tiene en sus filas a personajes como Milani, acusado de torturador en la última dictadura militar. No hacen más que reflejar día a día su objetivo primordial: reprimir, atacar y acallar a la clase trabajadora defendiendo intereses de los sectores poderosos de la sociedad. Pero muchos jóvenes lo saben, y jóvenes como Lucas, sus amigos y otros tantos, piensan organizarse y defender sus derechos

 
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