El 7 de junio se celebra en México el Día de la Libertad de Prensa, donde se reunían los empresarios, directores, gerentes y periodistas de primera línea con el presidente de la república, esta práctica también estaba relacionada con el llamado chayo o embute.
Todavía hay quien recuerda esta fecha dejando de lado que era prácticamente un acto de sumisión de los dueños de los medios ante el poder ejecutivo. El día surge después de un homenaje al presidente de la república Miguel Alemán Valdés en agradecimiento de los empresarios por hacer posible la libertad de prensa.
El primer Día de la Libertad de Prensa se celebró el 7 de junio de 1952 por parte de directores y gerentes de diarios y revistas nacionales y locales, esta era la “ocasión anual para que los periodistas institucionales se rindan al presidente en turno desde Miguel Alemán hasta Carlos Salinas de Gortari” .
Pero la celebración si bien se llevaba sin sobresaltos en alguna ocasión estando el presidente Gustavo Díaz Ordaz el secretario del Sindicato Nacional de Redactores y Reporteros, Enrique Fajardos se refirió a los empresarios periodísticos como un sector poderoso por sus recursos y privilegios pero de miserable e insignificante por su moral y conciencia social.
“Mal remunerados, muchos de ellos (periodistas) combinan su actividad profesional con la publicidad o reciben igualadas en las fuentes-que podemos llamar dádivas- que desfiguran en ocasiones su quehacer”, se lee en el libro Prensa vendida, de Rafael Rodríguez Castañeda.
La reportera Teresa Chávez hace un recuento de los pocos momentos ríspidos que tuvo la prensa en su celebración del 7 de junio, en 1966 Manuel Becerra Acosta del periódico Excélsior critió la relación entre prensa y poder.
El 7 de junio de 1968 en pleno auge de las movilizaciones populares y estudiantiles el presidente Díaz Ordaz se dirigió a los reporteros, “… pensamos que las limitaciones a la libertad de expresión que nuestro código fundamental marca, debe partir esencialmente de la conciencia del propio periodista y de su valía moral”.
En 1981 el presidente López Portillo tuvo un Día de la Libertad de Prensa en medio de la explusión de Julio Sherer del periódico Excélsior y las complicaciones con la cooperativa. Miguel de la Madrid tuvo unos 7 de junios sin mayores problemas.
Llegó la celebración de 1993 y después de otorgar los Premios Nacionales de Periodismo el entonces procurador Jorge Carpizo anunció que tenía una lista de periodistas relacionados con el narcotráfico, eso hizo tensa la comida que tenía el entonces presidente Carlos Salinas con los directores de los medios de comunicación.
Un articulista publicó una supuesta lista filtrada de los reporteros relacionados con el narcotráfico, la lista fue desmentida por Carpizo. Se suspendió la comida y celebración del Día de la Libertad de Prensa en 1994, para no volver a realizarse.
El Chayo
El chayo o embute es un dinero que se le otorga a los reporteros de la fuente por parte del funcionario o institución, se puede rastrear su origen desde la presidencia de Miguel Alemán. Era una práctica generalizada y en algunos lugares todavía se usa.
El dinero dependía del cargo, desde el reportero de la fuente hasta el director, los billetes eran puestos por lo regular en sobres y dados a los periodistas discretamente sin acuse de recibo, sin firmar nada, los encargados por lo regular eran los encargados de prensa.
La cantidad del embute también dependía de la fuente, Presidencia, Sindicatos, Senado, Cámara de diputados, Ayuntamientos o Secretarias, incluso algunos trabajadores de la pluma consideraban un derecho recibir este dinero.
“…cuestiones de orden económico han sido factores sobresalientes que han orillado a los comunicadores a formar una prensa servil, halagadora, contra todos los preceptos máximos del periodismo…” asegura Teresa Chávez.
La reportera recuerda que una vez en la gira del presidente Salinas de Gortari se corrió el peculiar rumor en la sala prensa del hotel “lo están dando” el chayo en un cuarto los periodistas iban solos o acompañados tocaban la puerta y les abrían para deslizarles el sobre con el efectivo, así de natural era el proceso.
El chayo es dinero dado a reporteros, fotógrafos, redactores y jefes de información, también podría denominarse chayo los favores que reciben algunos reporteros por autoridades o funcionarios.
Ahora las y los periodistas enfrentan por un lado los bajos salarios, la falta de seguridad social, acoso de las autoridades, de los grupos criminales, asesinatos y desapariciones. La manera en que se expresa el presidente López Obrador de la prensa, provoca que muchos reporteros sean denostados en redes sociales.
El chayo ha dejado de ser una práctica habitual en el periodismo justamente desde Carlos Salinas de Gortari, pero no ha desaparecido, se puede rastrear en menor cantidad especialmente en los poderes legislativos tanto federal como local.
El embute no debe ser confundido con los contratos de publicidad que en días pasados se dieron a conocer, el chayo al ser en efectivo o depósitos en cuentas no puede ser rastreado y ni siquiera parece en los estados de cuenta o libros de contabilidad de las instituciones. |