Con movilizaciones en 300 ciudades el pueblo trabajador brasileño dijo no al gobierno de Bolsonaro y a su reforma de pensiones que se discute en el Congreso, a la par de un rechazo a los recortes en el presupuesto para la educación.
Es así que con una movilización que superó los 40 millones de personas, se desarrolló el primer paro general contra dichas medidas, la cual, basándose en el modelo de AFP chileno instalado por la familia Piñera y los Chicago Boys, pretende elevar las edades jubilatorias a 65 años para los hombres y 62 para las mujeres
Y es que la situación no puede ser más escandalosa, ya que Esta reforma previsional condenaría a muchos trabajadores a no poder jubilarse, a la par de una reducción de 265.000 millones de dólares en materia de pensiones.
Cabe destacar que dicha movilización coincidió con la inauguración de la Copa América 2019, con la programación del partido inauguracional en la ciudad de Sao Paulo, la cual fue testigo de grandes movilizaciones contra el gobierno ultra-derechista.
Desde el gobierno han evitado hacer un balance de la situación, en donde Jair Bolsonaro comentó escuetamente que: “(Lo veo) con mucha naturalidad, cuando decidí presentarme, sabía que iba a pasar por eso”.
La situación expresa la debilidad del gobierno, el cual no sólo es responsable de ataques contra el pueblo trabajador y pobre con esta reforma de pensiones, sino que también de una represión policial brutal en las escuelas, universidades.
Es así que el pueblo brasileño es un ejemplo de cómo enfrentar a los gobiernos derechistas de América Latina, quienes reunidos en el Grupo Lima, plantean profundizar las medidas neoliberales: flexibilización del trabajo, mayor explotación y despidos, a costa de mantener las ganancias de los ricos.
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