La candidata a intendente de Quilmes por el FIT Unidad y víctima del gatillo fácil denuncia la nueva escalada de muertes por balas policiales y el aval oficial a la pena de muerte de hecho.
Carla Lacorte, víctima del gatillo fácil (en 2001 fue baleada por el policía bonaerense José Salmo), referente del CeProDH y candidata a intendente de Quilmes por el Frente de Izquierda y de los Trabajadores Unidad, fue entrevistada en C5N junto a la Madre de Plaza de Mayo Línea Fundadora Nora Cortiñas y a María del Carmen Verdú, referente de Correpi y también integrante del FIT Unidad.
Las tres hablaron de los últimos casos de gatillo fácil registrados a lo largo y ancho del país, desde la masacre de cuatro adolescentes en San Miguel del Monte, el crimen en Tres de Febrero de Diego Cagliero, el de Silvia Maldonado en Santiago del Estero y el Ricardo Tassara en Burzaco. Acá algunas de las definiciones de Lacorte, Cortiñas y Verdú.
“Mi caso se dio en el marco de lo que fue el año 2001, cuando gobernaba la provincia de Buenos Aires Carlos Ruckauf y llamaba a ‘combatir la delincuencia’ con el famoso ‘meta bala’. Yo ya militaba en el Centro de Profesionales por los Derechos Humanos y en el PTS y denunciábamos que ese llamamiento a disparar iba a tener muchísimos casos de gatillo fácil. No nos equivocamos. Una de las víctimas, en junio de 2001, cuando hubo un pico de casos de gatillo fácil, fui yo”.
“Hay algo que se veía en 2001 y se ve tal cual hoy con la Doctrina Chocobar. En mi caso no hubo ningún tiroteo como se dijo, yo bajaba del colectivo, hice media cuadra y caí al piso producto de la primera bala que dispara José Ignacio Salmo, porque él entendía que yo era ’campana’ y era un ’peligro inminente’. Lo mismo que dice hoy la ministra Patricia Bullrich.
“Llevaron a Chocobar a la Casa Rosada y lo llamaron héroe junto al mismo presidente, hablando así de un policía que dispara a quemarropa a una persona a la que se podría haber agarrado e inmovilizado. Llamar héroe a un asesino de uniforme iba a traer más casos de gatillo fácil”.
“En diciembre pasado pusieron en marcha la resolución 956. Con Myriam Bregman y María del Carmen Verdú (con quienes integramos el FIT Unidad) hemos denunciado que, justamente, esta resolución iba a traer casos de gatillo fácil en aumento y que era inconstitucional. Hicimos una presentación en diciembre en Capital Federal y el juez Gallardo dio por tierra con la resolución. En mayo una de las Cámaras porteñas la volvió a poner en funcionamiento y volvimos a denunciar. Ahora con Pérez Esquivel, Nora Cortiñas y otras personalidades de derechos humanos hemos presentado un amicus curiae”.
“Es terrible que se avale esa resolución a días de haber sucedido la masacre de Monte, a días del asesinato de la chiquita de 17 años de Santiago del Estero de un tiro en la cabeza porque querían entrar a una casa sin orden de allanamiento”.
“En 2001 se venía una crisis económica que terminó con la masacre de 19 y 20 de diciembre de más de 30 personas. Desde 1983 a esta parte hay más de seis mil casos de gatillo fácil y ningún gobierno democrático se privó de matar con sus fuerzas represivas pibes en las calles. Lo que acaban de hacer ahora es darle un tinte legal con la resolución 956, cosa que ningún otro gobierno se había atrevido a avanzar. Pero en otros momentos a la Policía le dieron más poder, votaron leyes terribles como las de Blumberg, que entre 2004 y 2005 duplicaron los casos de gatillo fácil. Ahora lo que acaban de hacer es intentar darle un marco legal a lo que es la condena de muerte de hecho”.
“Hoy hay un contexto de crisis económica, donde hacia 2020, gane quien gane, se va a aplicar un ajuste muy grande para pagarle al FMI, que va a descargarse sobre las espaldas del pueblo trabajador. Para eso van a necesitar represión, porque el ajuste no entra con otra cosa que con represión. Gane quien gane, Macri-Pichetto o Fernández-Fernández, van a utilizar estas fuerzas a las que le dan aval para matar.
“Queremos terminar con este accionar represivo que lo único que produce es darle más rienda suelta a estas fuerzas que están completamente descompuestas e involucradas en los mayores delitos”.
“Están planteando la pena de muerte de hecho. En mi caso dijeron que Salmo había dado la voz de alto, pero caí al piso y nunca se dio la voz de alto. Salmo estaba contento y se jactaba de haberme disparado, se lo contaba a los testigos, me tironeaba la ropa, me quisieron sacar las cosas que traía de la facultad. Afortunadamente no perdí el conocimiento. La voz de alto no se da, eso existe solo en las películas yanquis. En la realidad todas las policías del mundo matan a la gente de color, a latinos y a los pobres”.
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