En el mediodía del martes, Alberto Fernández arribó al aeropuerto Benjamín Matienzo para ser recibido por el gobernador Juan Manzur y el vice Osvaldo Jaldo. El precandidato presidencial del Frente de Todos visitó Tucumán luego de días atravesados por el cierre de listas.
La visita del compañero de fórmula de Cristina Kirchner estuvo marcada por un fuerte respaldo a Manzur, que viene de lograr la reelección. En su llegada, Fernández manifestó que tiene “mucho cariño” por el mandatario tucumano y compartió con él una jornada que combinó un acto electoral y dos encuentros con importantes empresarios.
Promesas por las ganancias patronales
Por la tarde, Fernández visitó el ingenio La Florida, propiedad del Grupo Los Balcanes del poderoso empresario Jorge Rocchia Ferro. Además de Manzur y sus funcionarios, de la corrida por la planta también participaron Hernán Maurette, presidente del Centro Azucarero Argentino, y Luis González, secretario adjunto de la Fotia (Federación obrera tucumana de la industria azucarera).
Durante el encuentro Rocchia Ferro planteó el principal reclamo que está unificando a las patronales azucareras: la suba del precio del bioetanol. Fernández no sólo tomó nota del reclamo sino que planteó que será algo que difundirá contra el “unitarismo” del macrismo, como parte de su proyecto por impulsar las ganancias de los grupos empresarios de distintas regiones.
Como cada candidato que se reúne con las patronales, Fernández quedó lejos de los reclamos obreros. En la industria azucarera, las patronales van a llevar a que dos ingenios -el Santa Bárbara y el San Juan- no tengan zafra, lo que afectan a unos 700 obreros. Incluso el ingenio Aguilares, propiedad de Rocchia Ferro, no comenzó su molienda. De conjunto, las patronales se envalentonan con el triunfo de Manzur para plantear avanzar en las condiciones laborales bajo la amenaza generalizada de despidos, mientras la Fotia deja pasar cada ataque. Todos los actores que ayer se sacaron la foto con Fernández.
Cerrando su visita, Fernández y Manzur encabezaron una cena en el hotel Sheraton para medio millar de empresarios, políticos y académicos.
“No hay traidores”
Entre empresarios y empresarios, Fernández participó de una acto para respaldar la lista a diputados del peronismo. Allí ensayó el discurso “desengrietador” planteando que no hay “traidores” y que no va a ser “el presidente de la venganza”. El compañero de fórmula de CFK también rescató en su discurso a Sergio Massa y a referentes de otros espacios políticos.
Fernández reivindicó el acto organizado por Manzur el 17 de octubre pasado: “esa unidad fue el punto de partido de un camino que estamos emprendiendo”. El detalle es que en ese Día de la Lealtad, CFK era innombrable y en la “unidad del peronismo” no entraba el kirchnerismo. Meses después, el Frente de Todos es la expresión de ese panquequismo y los “sapos”, como Manzur, que hay que tragar en nombre de la unidad.
El discurso de Fernández es indulgente consigo mismo, en tanto hombre de Clarín y las corporaciones, y también con gobernadores con Manzur, que fueron partícipes necesarios en el ajuste macrista. Reconocido por su militancia antiderechos (que llevó al extremo de obligar a ser madre a una niña de 11 años), Manzur es también el gobernador que mantiene a la provincia en lo más alto del ránking de trabajo informal del país, afectando a 1 de cada 2 trabajadores (en la juventud abarca a 3 de cada 4).
En este acto, el primero que encabeza Fernández tras formalizar su candidatura, no faltaron las referencias trilladas a la Independencia. “Como en 1816 hoy volvemos a debatir qué vamos a hacer frente a un gobierno que nos entregó, que entregó la economía argentina al Fondo Monetario Internacional”, arengó. La epicidad de Fernández tiene patas cortas cuando el mismo día se conoció su posición tras el pedido de reunión realizado por el FMI. "Mi objetivo es pagar, planteó en una entrevista.
Fernández no pierde oportunidad en transmitir un mensaje tranquilizador al FMI y a los acreedores, afirmando que priorizará el pago de la deuda pública. A cada paso busca que ese mensaje se replique hacia “el círculo rojo” de empresarios, y en Tucumán hizo propio el pedido de las patronales del azúcar. Con esta declaración de intenciones, tiene que equilibrar con una campaña electoral para polarizar con el gobierno de Macri. Sin embargo, además de asegurar que continuará con el pago de la deuda, no plantea medidas contra el empeoramiento de las condiciones de vida que ya hizo Macri ni cómo la economía tomará un camino diferente a pesar de seguir bajo control del Fondo. Solo el Frente de Izquierda-Unidad plantea una serie de medidas para invertir las prioridades a favor del pueblo trabajadores, y no de la deuda, para enfrentar el ajuste y la pobreza que imponen el FMI. |