Las alianzas y compromisos de Horacio Rodríguez Larreta en la ciudad de Buenos Aires y el “cogobierno” como el factor más potente para “hacerle el juego” a la derecha. Editorial de “El Círculo Rojo”, programa de La Izquierda Diario que se emite los domingos de 22 a 24 hs. por Radio Con Vos, 89.9.
En su columna de este domingo en El Cohete a la Luna, Horacio Verbitsky publica una denuncia picante sobre los métodos que aplicó el Gobierno de Mauricio Macri contra determinados empresarios de medios de comunicación. Divulga una denuncia judicial presentada por Fabián De Sousa (dueño junto a Cristóbal López del grupo Indalo, C5N, entre otras empresas) contra el Gobierno de Macri por asociación ilícita, administración fraudulenta en perjuicio del Estado, violación de sus deberes de funcionario público, abuso de autoridad y peculado. La jueza María Servini de Cubría delegó la instrucción de la causa en el fiscal Guillermo Marijuan y vaya a saber uno en qué termina esta denuncia con un Poder Judicial como el que tiene la Argentina.
Pero al margen de esto, lo interesante –y por eso recomiendo su lectura– es la trama que narra en relación a cómo el Gobierno, a través de distintos enviados intentó quedarse con las empresas del multimedio y de Indalo usando diversos métodos extorsivos: apretadas a través de la AFIP, enviados que le decían que se había declarado la guerra contra ellos, amenazas de cárcel y cosas por el estilo.
Es impresionante porque mientras éste Gobierno goza del aval y el apoyo abierto de los principales medios de comunicación como Clarín y La Nación, sin embargo, también querían ir por la emisora que era relativamente opositora. Bueno, de la misma manera se encargaron de expulsar a María O’Donnell de la conducción de Ronda de Editores en la TV Pública (aunque ella no lo plantee de esa manera), un programa que invitaba a algunas voces críticas. Los buenos muchachos republicanos que venían a restaurar la “libertad de expresión” con los mismos métodos extorsivos de un… Guillermo Moreno, digamos.
Pero en el artículo hay un paréntesis de Verbitsky donde destaca que entre una de las condiciones que había puesto el Gobierno a los dueños de C5N para presionarlos estaba que desvinculen al periodista Roberto Navarro que efectivamente fue sacado de la programación de la señal de cable. Verbitsky afirma: “Fue el momento en que yo me incorporé al programa de Navarro, Economía Política, donde desarrollé la participación de la familia presidencial en el blanqueo de capitales, que había anticipado en Página/12. Su propietario, Víctor Santamaría, fue amenazado por el Gobierno de padecer la detención, como ocurriría poco después con (Cristóbal) López y De Sousa, y me censuró una nota sobre el blanqueo y otra sobre el doctor Glock (el juez Claudio Bonadio NdR), quien lleva una de las causas que amenazan al portero. Quien intercedió por Santamaría ante Macri fue el alcalde porteño Horacio Rodríguez Larreta. Macri le preguntó por qué le interesaba tanto. ‘Porque es el jefe del principal partido de la oposición en la Ciudad, con el que tengo que negociar para sacar las leyes’, respondió. Así es: los mayores negocios inmobiliarios no hubieran sido posibles sin los votos que maneja el propietario de Página/12.”
Revelador (aunque no desconocido, obviamente). Pero más destacado aún si se tienen en cuenta dos cosas: que la Ciudad de Buenos Aires fue el bastión desde el que se proyectó el partido de Macri (a punto tal que muchos opositores llamaron a votar a Martín Lousteau, hoy candidato a senador de las listas de Larreta, porque decían que era la manera de frenar a Macri) y dentro de la Ciudad, el negocio inmobiliario está en el corazón de los recursos del oficialismo. Y como hemos denunciado innumerable cantidad de veces no es el único área donde hay una especie de cogobierno.
Santamaría, el garante de las leyes de los negocios inmobiliarios de Larreta en el bastión del macrismo, acaba de lograr que alguien muy cercano a él (la periodista Gisela Marziotta) sea designada como la candidata a vicejefa de la fórmula opositora que encabeza Matías Lammens. Minucias de la pequeña política, seguro, pero que hablan de sus crisis y de sus métodos.
Ahora, ¿esto que sucede en la ciudad es la excepción?, no creo. Tenemos el ejemplo nacional donde gran parte del llamado “peronismo del medio” que hoy está en el Frente de Todos, especialmente Sergio Massa, votó todas las leyes necesarias para Macri. En la provincia de Buenos Aires (otra trinchera importante de Cambiemos con María Eugenia Vidal), el massismo ejerció una especie de cogobierno, directamente. Para dar algunos ejemplos más: en Córdoba, el kirchnerismo bajó sus listas para favorecer a Juan Schiaretti y ahora el gobernador va con boleta corta, que es la exacta medida de boleta que necesita Macri. Al santafecino Omar Perotti le tuvieron que sacar con un tirabuzón que apoyaba a la fórmula de Alberto Fernández, pese a que todos se rindieron a sus pies en las elecciones provinciales. O sea, que hasta desde su lógica y estrategia electoral, son facilitadores y sostenedores del macrismo.
Ya algunos salieron a criticar a Verbitsky porque no es el momento de ventilar esas cosas (lo de Santamaría y Larreta, etc). En realidad, para algunos nunca es el momento. Con un razonamiento que es un poco raro piensan que cuando están en la oposición no se los puede criticar porque “favorece a Macri”, si llegan al Gobierno no se los puede criticar porque hay que “bancar el proyecto”. Entonces, para estos sectores, el mejor crítico es aquel que no critica nunca.
Siempre se cuestiona a quienes no apoyamos ese tipo de unidades que restan con el argumento trillado del “juego a tal o cual”. Pero si en vez de mirar lo que dicen y lo que agitan en las tribunas, se mira lo que hacen: bancar los negociados claves de la meca del PRO, apoyar desvergonzadamente a quien es la figura más potente de Cambiemos y encumbrar a los gobernadores que son las muletas del macrismo, realmente: ¿quién le hace el juego a la derecha?