Con la visita de Roberto Lavagna a la provincia este jueves, se completa la ronda de precandidatos nacionales que han pedido audiencia a Juan Schiaretti. El 8 % del padrón que representa la provincia es un porcentaje nada despreciable y, teniendo en cuenta el 57 % obtenido por el gobernador el 12 de mayo todos buscan algún gesto.
En ese marco, la apelación al “cordobesismo” por parte de los tres candidatos es casi ineludible.
El viernes pasado, la fórmula presidencial de Juntos por el Cambio eligió la provincia para lanzar la campaña. Al ritmo del cuarteto, Mauricio Macri recordó que “nunca nadie antes como presidente, en tres años y medio vino 19 veces a Córdoba”. El principal problema que tiene el macrismo en Córdoba es que gran parte del voto a Schiaretti en mayo fue una expresión del descontento con el Gobierno nacional. De hecho, entre los dos candidatos de Cambiemos (ambos radicales, por cierto), solo obtuvieron un 29 %.
De este descontento espera beneficiarse Roberto Lavagna, que visitó hoy Córdoba junto a su vice, Juan Manuel Urtubey. Zalamero, el ex ministro de Economía dijo que el votante cordobés tiene “una cultura política superior al promedio” y recordó, como quien no quiere la cosa, que en el 2007 le ganó en la provincia a Cristina Fernández de Kirchner.
Tomando el dato real de que el 40 % de los votantes preferirían no elegir a “ninguno de los dos extremos de la grieta”, plantearon que son una alternativa “superadora” a Cambiemos y el Frente de Todos. Sin embargo, a la hora de explicar las propuestas, Lavagna reafirmó que renegociará con el FMI y citó como ejemplo posible para reactivar la economía el convenio de Vaca Muerta, que fue la avanzada del macrismo en el camino de la fallida reforma laboral. Un planteo para nada alternativo ni superador, que sirve poco para revertir el escaso conocimiento que tiene entre la juventud.
La campaña esquizofrénica de los Fernández
El Frente de Todos tiene un dilema importante a la hora de seducir al votante cordobés. Las disputas internas entre los variopintos sectores que conforman la alianza se expresaron en las idas y vueltas a la hora de cerrar la lista. El kirchnerismo duro, representado por la actual diputada Gabriela Estévez, tuvo que resignarse a ocupar el segundo lugar en beneficio de un candidato más moderado como es Eduardo Fernández, presidente de Apyme. En el sindicalismo también se produjeron intensas discusiones por el tercer puesto otorgado al massista Pablo Chacón, que dirige el gremio de Comercio desde hace 20 años. Otro personaje intragable para sus miles de afiliados, en su mayoría jóvenes, que trabajan precarizados y sufren las paritarias a la baja.
Las diferencias internas se expresan también en la campaña, que está bastante estancada. Las disculpas de Alberto Fernández a los cordobeses, en referencia a la Resolución 125, no cayeron muy bien en el sector kirchnerista, que recuerdan el conflicto del campo como una gesta contra la oligarquía. Este jueves, en una entrevista concedida a La Voz del Interior, el precandidato reiteró que no es “el candidato de Cristina” y expresó que el retraso del dólar es lo que más daña la competitividad (de las empresas, se entiende).
Desde ya que, en nombre de los votos, la dirigencia del Frente de Todos está dispuesta a aceptar cualquier colaboración, incluyendo la de quienes votaron el pago a los fondos buitre y el robo a los jubilados, como el senador Carlos Caserio. Después de todo, ya dejaron entrar a Sergio Massa, a Diego Bossio y tantos otros. El problema es que los dirigentes del oficialismo provincial que apoyan la fórmula Fernández-Fernández, militan al mismo tiempo por la lista corta de diputados de Hacemos por Córdoba, reduciendo las chances del Frente de Todos local.
El Frente de Izquierda-Unidad largó la campaña
De conjunto, las campañas de los distintos candidatos, además de aburridas, dicen cosas bastante parecidas.
Pagarle al FMI: todos de acuerdo. Subsidiar o eximir de impuestos a las empresas “para generar trabajo”: todos de acuerdo. Devaluar aún más el peso: todos de acuerdo. Aunque no dicen la palabra “reforma laboral”, cuando explican que hay que flexibilizar condiciones laborales, se refieren a eso. Le hablan mucho a “los mercados” y poco al pueblo trabajador, y cuando lo hacen, es para decir mentiras.
En contraposición, el Frente de Izquierda - Unidad está desarrollando una intensa campaña difundiendo el programa y las propuestas de la única variante de la izquierda anticapitalista y socialista. Hablando de lo que otros ocultan, la realidad que viven día a día los trabajadores, las mujeres y la juventud de Córdoba. Y planteando abiertamente que hay que invertir las prioridades y que la plata de la deuda externa tiene que destinarse a las necesidades de las mayorías populares.
La semana pasada, Nicolás del Caño visitó la provincia y acompañó a los trabajadores de Minetti que reclamaban por los salarios y aguinaldo que les debe la empresa. Luego participó de una mateada con trabajadores y estudiantes, donde hubo un interesante intercambio sobre las propuestas del FIT-U y la necesidad de impulsar una gran campaña en los barrios, lugares de trabajo, escuelas y universidades. El viernes estuvo en varios medios de Villa María.
El miércoles, Laura Vilches y Javier Musso, candidatos a diputados por el PTS en el FIT-U estuvieron en Carlos Paz, recorriendo medios y reuniéndose con simpatizantes en la villa serrana.
La campaña por el interior continuó hoy en Villa Dolores y Unquillo y seguirá mañana en Mina Clavero. En las próximas semanas los candidatos recorrerán Río Cuarto, Río Tercero y Río Ceballos, además de distintos barrios de la capital.
Como dijo Del Caño en la mateada, es muy importante llevar las ideas de la izquierda contra el ajuste a todos los rincones del país. Para demostrar también en las elecciones que hay la fuerza de quienes luchamos para que la crisis la paguen los empresarios y no los trabajadores.
Mientras los demás partidos aprobaron una ley para legalizar los millonarios aportes de las empresas (que antes recibían bajo cuerda), el FIT-U lleva adelante una campaña a pulmón, con la colaboración de miles que quieren que su voz se exprese en el Congreso. Invitamos a nuestros lectores y lectoras a darnos una mano para difundir estas ideas y a organizarnos para enfrentar el ajuste de Macri, el FMI y los gobernadores. |