Durante este fin de semana se dio a conocer el derrame de más de 40 mil litros de petróleo diésel por parte de la Minera Compañía de Aceros del Pacifico S.A. en la Isla Guarello, Región de Magallanes, lugar de extracción de caliza, producto utilizado para el acero.
El desastre ambiental provocado por la empresa privada en la localidad ubicada a 250 km. de Puerto Natales, ha llevado al despliegue de la Armada por parte del Estado para el control y mitigación de los daños que se han provocado a nivel medioambiental.
A pesar de lo anterior, el intendente de la región José Fernández, relativizó la gravedad del hecho, señalando que “Afortunadamente es un diésel más liviano y no es un petróleo pesado que dejará la mancha oscura. Es mucho más fácil que se pueda controlar“, sin considerar la variada fauna y flora existente en la zona, así como también la cercanía del lugar del desastre con el Parque Nacional Bernardo O’Higgins, el más extenso del país.
Además Fernández, argumentó “esto es un error humano igual como sucedió con la planta de agua en Osorno. Un funcionario dejó abierta una llave para llenar un estanque de petróleo y rebasó“, justificando y defendiendo a la empresa privada, tal como sucedió con la catástrofe en Osorno por parte del gobierno empresarial de Piñera.
Este nuevo desastre ambiental en la Región de Magallanes, algo que no es poco común dentro del prontuario empresarial en la zona, es parte de los grandes desastres ambientales producidos por los empresarios, ejemplo reciente, la contaminación del agua potable de Osorno, pero que también se replica en las zonas de sacrificio de Quintero y Puchuncaví, o en como el grupo Luksic maneja el monopolio de la contaminación en Antofagasta.
Pero que, con las declaraciones del Intendente, no solo se manifiesta la total impunidad de estas empresas en estos hechos, relativizando el daño producido por CAP, si no también, como se busca la defensa de los grupos empresariales quienes producen estos daños, poniendo rostro a la culpabilidad de los hechos a través de la justificación de los “errores humanos” sin cuestionar el rol de las grandes empresas en estos hechos, tanto su prevención como su manejo, los cuales siguen una lógica de priorizar el aumento de sus ganancias a como dé lugar. |