Alberto Fernández calificó de “desmedido” el fallo de un juez de Entre Ríos que limita la fumigación con glifosato a un kilómetro de escuelas rurales. Macri en abril lo había tildado de “irresponsable”. Le pedimos opinión a Maristella Svampa, experta en cuestiones socioambientales y firmante de la declaración de intelectuales en apoyo al FIT Unidad.
Es bueno que desde el kirchnerismo comiencen a hacer una crítica al modelo de agronegocios, que los distintos Gobiernos fomentaron de manera exacerbada y cuyos impactos sociosanitarios ya es imposible silenciar.
Pero me atrevería a decir que quien exagera no es el fallo entrerriano, que lo único que hizo fue establecer de manera piadosa un límite de entre 1.000 metros para las fumigaciones terrestres y 3.000 metros para las fumigaciones aéreas para proteger a las escuelas rurales de esa provincia.
Desmedido no es el fallo. Pero la declaración de Fernández muestra claramente cómo el kirchnerismo se parece al macrismo cada vez que se habla de modelos de desarrollo y se toca a los sectores poderosos. ¡Cómo olvidar aquel video en que Macri calificó al fallo entrerriano de “irresponsable” porque "pone en riesgo más del veinte por ciento de la capacidad productiva agroindustrial de la provincia"! Alberto Fernández dice lo mismo, pero busca hacerlo de manera más diplomática, afirmando que él se instala en “un punto intermedio” y calificando al fallo de “desmedido”.
Seamos claras. Los impactos del glifosato sobre la salud humana están más que comprobados. Existen cientos de estudios sobre el tema.
Desmedido es el daño que este produce en la salud, como denunciaron hace años las madres del barrio Ituzaingó en Córdoba, que fueron las primeras en dar cuenta del aumento de enfermos y muertos de cáncer en un barrio fumigado. Y como las mujeres fueron las primeras denunciantes, las mujeres son también las primeras víctimas. Este año falleció la maestra Ana Zabaloy, que sufrió junto a sus alumnos las fumigaciones áreas sobre la escuela rural donde daba clases en San Antonio de Areco. Ella contaba: "Me pasó de llegar con cosas cargadas a las clases y encontrarme con máquinas fumigando, sin poder detenerlas. Aspiré lo que se estaba fumigando, volví con la cara paralizada y después de ese acontecimiento los chicos y sus familias empezaron a hablar de cómo fumigan en sus casas”.
Desmedida es la patria sojera argentina que hoy ocupa más de 18 millones de hectáreas cultivadas y junto con otros cultivos transgénicos llega a unas 37 millones de hectáreas.
Desmedida es la cantidad de litros de glifosato que se utilizan nuestro país y se incrementan año a año. En Argentina, en 2016, según datos de la Casafe (Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes), se vertieron 290 millones de litros. El mismo INTA reconoce que en la década del 90 se utilizaba 1,95 litros por hectárea. En la campaña agrícola 2011/2012 llegó a utilizarse nueve litros por hectárea.
Como expresó en la Coordinadora "Basta es Basta" de Entre Ríos en un comunicado, respondiendo a Macri en su momento: "Señor presidente, nuestros gurises merecen el mismo ambiente que su hija Antonia".
Escuchando estas declaraciones, hay que preguntarse: ¿en qué ambiente quiere vivir Alberto Fernández?