Con el diario del lunes y después del tsunami electoral a favor de la fórmula Fernández-Fernández, que propinó una dura derrota al gobierno de Macri, el Nuevo MAS y Manuela Castañeira, exprecandidata a presidenta por esta organización, afirman en su balance público: “La izquierda sumando al FIT-U y nuestro partido, obtuvimos algo menos; una elección general de la izquierda dificultada por el voto útil a Fernández (un voto conservador y posibilista en ese sentido). En este contexto, y más allá de que en definitiva quedamos lejos de quebrar el piso proscriptivo, los casi 180.000 votos obtenidos, algo en torno al 0.7 %, significan haber quedado cerca de duplicar los votos de 4 años atrás, esto en un contexto de fuertísima polarización y compitiendo con un frente de 4 partidos que rozó los 730.000 votos, una proporción de 4 a 1 entre ambas fuerzas”.
Reconocen así que la relación con el FIT-U es altamente superior a favor de éste, algo que era comprobable previo a las PASO, pero no explican por qué tuvieron la política de no integrarse al mismo en un contexto político electoral difícil para la izquierda por el peso del “malmenorismo” y las ilusiones en el peronismo, subestimando además al régimen, que impone el antidemocrático piso proscriptivo del 1,5 en las PASO para pasar a la general. Esta omisión argumentativa no es casual.
En su escrito concluyen: “Por lo demás, queremos destacar los logros constructivos de nuestro partido: los ejes políticos de nuestra campaña, la maduración de la figura de Manuela Castañeira como figura nacional de la izquierda, la maduración incluso de nuestro partido como tal, el avance en nuestra extensión y apertura de locales, etcétera, lo que nos permite adelantar un balance muy positivo más allá de que, evidentemente, nos hubiera gustado superar el piso proscriptivo”.
La relación 4 a 1 que mostró el resultado electoral de la izquierda, habiendo tenido ambas listas similar espacio en radio y televisión, es una muestra más de que la decisión de plantear "PASO o nada" fue equivocada.
Es evidente que son una fuerza política menor que el PTS y el FIT-U con el que pretendían competir de igual a igual. De parte del FIT-U planteamos argumentos lógicos en busca de acuerdos, como que ir a las PASO entre una fuerza minoritaria y cuatro fuerzas que venimos haciendo esfuerzos unitarios, significaba una distribución igualitaria por ley de los espacios y recursos entre ambas partes, es decir una pretensión desproporcionada, y los llamamos a integrarse al Frente en términos acordes a los resultados de las últimas elecciones.
También señalamos desde principio de año que una lectura política sensata advertía la necesidad de profundizar la unidad que abrió el FIT hace varios años, para dar más fuerza a una alternativa de independencia de clase, anticapitalista y socialista, para los trabajadores, las mujeres y la juventud en este contexto. Este es el camino que había que seguir.
Esta política del PTS no es nueva, impulsó la unidad de la izquierda clasista para hablar a las masas y difundir sus ideas desde antes de la creación del Frente de Izquierda, estableciendo distintas alianzas.
En 2009 hicimos el Frente de Izquierda y los Trabajadores Anticapitalista y Socialista (FITAS), integrado por el PTS, el Nuevo MAS e Izquierda Socialista, hasta que el Partido Obrero aceptó en 2011 conformar el FIT.
Recién en 2019 acordamos la incorporación del MST cuando éste rompió el último acuerdo que tenía con la centroizquierda en Santa Fe, con quien el Nuevo MAS hizo una alianza nacional en 2017 (Izquierda al Frente por el Socialismo), cuando aquel no había roto completamente sus acuerdos en esta provincia. Luego rompieron IFS por un problema de cargos sin explicación alguna para la vanguardia hasta el día de hoy.
En vez de sacar conclusiones y buscar establecer alianzas superadoras basadas en acuerdos políticos y programáticos, el Nuevo Mas y Manuela Castañeira decidieron ir a las PASO solos.
Esta política sectaria y equivocada sólo se explica si el objetivo no es mostrar a las masas una alternativa lo más fuerte posible de la izquierda para enfrentar a los partidos patronales y al FMI, es decir medirse con la realidad, sino desarrollar una "figura" y salir un poco más en televisión o “abrir algún local”, como reflejan en su balance.
Esta orientación se vio también con los inverosímiles ataques a Nicolás Del Caño y al FIT-U que fueron desde “me clavó el visto” hasta denunciar “el sectarismo del FIT U”, ocultando que cuando el FIT abrió la discusión con el MST también llamó al Nuevo Mas para discutir y no aceptaron ni una cita.
Por el contrario, uno de sus ejes de campaña fue cuestionar desde la televisión y las redes, al referente de la izquierda que si por algo es reconocido es por apoyar con cuerpo presente cada lucha obrera, bancando la represión como en Lear, Madygraf, Siam y tantas otras, por lo que también ha sido atacado por los políticos del régimen, los empresarios y la burocracia sindical. Al igual que otros referentes públicos del PTS que lejos de buscar aparecer como “figuras”, impulsan la política de estar siempre en primera fila de los principales combates como parte de la concepción política de que los parlamentarios y referentes de la izquierda tienen que contribuir a desarrollar la lucha de clases.
Llegaron a esgrimir el poco creíble y calumnioso argumento de que Nicolás Del Caño era “machista”, cuando si por algo se reconoce a los y las candidatas del FIT-U es por su consecuente lucha contra el patriarcado y por todos los derechos de las mujeres, en especial por el aborto legal.
Todo esto enmarcado en la actitud arrogante de querer ubicarse como la “voz” de la marea verde y de un movimiento amplio como el de mujeres, conformado por cientos de miles de mujeres y múltiples organizaciones, entre ellas el Frente de Izquierda y de los Trabajadores Unidad, que tiene reconocidas referentes del mismo en todo el país, como se demostró en el Encuentro de Candidatas de este espacio que se hizo hace unas semanas y en el apoyo público recibido por parte de referentes de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto y reconocidas feministas. Entre tanto argumento insólito y ninguna reflexión, Cynthia Hotton está en carrera hacia las generales, pero Manuela Castañeira no. Un error.
Para las fuerzas anticapitalistas y socialistas la unidad principista es una cuestión clave para dar la batalla electoral donde le hablamos a masas y enfrentamos a los partidos del régimen, el ajuste y el FMI.
Es una forma de llegar a millones con nuestras ideas y programa, más ahora cuando se trata de establecer una clara delimitación del que seguramente será el futuro gobierno del peronismo.
Nuestra política no es de ocasión, hace ocho años que sostenemos el Frente de Izquierda con la convicción de que nuestro partido, el PTS, siendo el más importante de la izquierda y que cuenta con figuras públicas nacionales como Nicolás Del Caño y Myriam Bregman, además de Noelia Barbeito, Nathalia Gónzalez, Laura Vilches, Alejandra Arreguez, Alejandrina Barry, Raúl Godoy, Alejandro Vilca, Octavio Crivaro, Christian Castillo, Claudio Dellecarbonara y cientos de referentes públicos, obreros, jóvenes y mujeres en todo el país, tiene que avanzar para ser un verdadero partido, y eso incluye, entre otras cuestiones, la unidad en el terreno electoral con un programa de independencia de clase y de lucha por un gobierno de los trabajadores.
Por eso impulsamos el FIT-U junto a personalidades de la izquierda como Romina Del Pla, Néstor Pitrola, Juan Carlos Giordano, Vilma Ripoll, entre tantos otros.
Esperamos que las y los compañeros del Nuevo MAS reflexionen y no sólo llamen a votar sino que se incorporen al FIT-U, impulsen en común una gran campaña política contra los partidos del FMI, el ajuste y la clandestinidad del aborto y salgamos a las calles para enfrentar este nuevo saqueo en curso que deja correr el peronismo y la burocracia sindical. |