De ahora en más al tiempo de "break" que para los que cumplen la jornada de 6 horas es de 30 minutos se le adiciona el tiempo para ir al baño .
La nota se hizo viral porque reveló lo que realmente pasa en los call centers. "Yo trabajo ahí y de verdad está pasando" decían por los grupos.
Circuló por los grupos de whap de los call centers, de amigos y de las facultades para llegar a las radios que levantaron la noticia.
Una buena en el call, ¿Y ahora?
Los que trabajan en call bien saben que todo el tiempo intentan meter medidas como estas. Cada vez agregan más tareas por "la misma plata" (en realidad menos por la inflación y los tarifazos). De 4 a 10 minutos tenés que resolverle todo al usuario y además venderle un celu o adherirlo al débito automático, convencerlo de que la factura le llegue por mail, preguntarle si tiene además más lineas de personal, si tiene cable, internet, teléfono fijo y asi suman cada vez más tareas, pero el tiempo que tiene que durar la llamada es el mismo. Pero el tiempo de llamada es "inhibidora de bono" así que cuanto más dure la llamada, menos plata se cobra a fin de mes ¿Casualidad? Claro que no.
En los calls te quieren hacer creer que no tenes derecho a nada. Qué te tenés que acostumbrar porque "afuera no hay laburo". Pero esta breve experiencia con el tiempo de baño demostró que los trabajadores del call center pueden tener un amplio apoyo y que hay más opciones que "agachar" la cabeza.
El Seoc tiene dos delegados para más de 4000 agentes (de diferentes "campañas"), una estructura sindical endeble para un trabajo que todos los días sorprende con una nueva manera de sacarle hasta la última gota de aliento a sus trabajadores. El Seoc tiene que llamar de manera urgente a elección de delegados por sector, un delegado cada 50 trabajadores que permita una organización gremial fuerte, desde abajo y compuesta por sus propios trabajadores y no por burócratas elegidos a dedo.
Los grupos de whap y la solidaridad de los estudiantes
Fue sorprendente y novedoso lo que dio en los grupos de whap de la facultad. Lejos de la mirada de los supervisores, a salvo de los "prints" y sin el riesgo de "quemarse" empezaron a opinar los trabajadores que también estudian: sobre la medida de la empresa, las condiciones de trabajo, el fraude laboral del convenio y un sin fin de injusticias.
Los estudiantes de derecho "pasaron" argumentos jurídicos, las leyes que los trabajadores podían usar a su favor. Los de medicina ofrecieron sus conocimientos para demostrar que es insalubre la forma de trabajo que querían implementar y así las diferentes disciplinas.
Qué diferente sería si los centros de estudiantes estuviesen al servicio de los intereses de los trabajadores. La solidaridad que se extendió el día de ayer es un gran punto de apoyo para repensar el rol de los centros de estudiantes en una realidad donde la crisis afecta más las condiciones de vida. | 
