Este viernes desde muy temprano, en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales estudiantes tomaron las instalaciones como expresión de repudio ante la visita de Ricardo Anaya a dicha Facultad, con motivo de su participación en el diplomado "Política mexicana contemporánea. Una mirada plural" que se llevara a cabo el 6 y 7 de septiembre.

En esta acción se manifiesta que Anaya es una "persona non grata". Al mismo tiempo que activistas identificados como “Estudiantes organizadxs de la UNAM” en un comunicado señalan a Anaya como “representante de los grupos conservadores del país” y como “tecnócrata neoliberal”.

La noticia de que Anaya llegaba a la FCPyS se había dado a conocer semanas atrás y despertó polémica entre estudiantes, profesores y trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México. Este tema vuelve a ponerse en boca de los estudiantes de la FCPyS a un día de que el excandidato panista presuma su llegada a uno de los puntos políticos más importantes de la vida universitaria.

Anaya ha sido uno de los tantos políticos que ha sido vinculado a escandalosos casos de corrupción, como lavado de dinero en la compraventa de la nave industrial a la empresa Manhattan Master Plan Development. Además de ser representante del PAN, uno de los partidos de la derecha conservadora, que entre otras cosas impulsó "la guerra contra el narco" y que se ha caracterizado por su posición en contra del aborto legal seguro y gratuito en todo el país.

Tras levantar la toma, los estudiantes siguen discutiendo las implicaciones de este suceso político para la vida universitaria, mientras se exige a Angélica Cuéllar, directora de la facultad, que dé respuesta del porqué se promueven espacios donde figuras como Anaya buscan recomponer su carácter político después del profundo cuestionamiento que tiene.

Estudiantes de la FCPyS en sus espacios organizativos entre otras cosas están cuestionado el costo de dicho diplomado que va de los 10,000 hasta 20,000 pesos.

Esto como expresión del avance en la privatización de la educación superior, que además de detentar con el carácter público de la universidad, no se clarifica donde van esos recursos que entran por medio de esos diplomados, poniendo sobre la mesa la forma en que se toman las decisiones dentro de la universidad, donde los estudiantes, profesores y trabajadores no son tomados en cuenta.

Pero esta acción detrás de sí tiene un contenido más que académico, que muestra el juego político tanto de la vida política en la universidad vinculada a la próxima elección de la Rectoría como de la política nacional ligada a la recomposición de los partidos tradicionales que se encuentran en una profunda crisis.