Bajo el título “Alberto Fernández, con dos frentes abiertos”, el periodista Carlos Pagni publicó este jueves una columna editorial en La Nación. Allí describe muchos de los problemas de la economía argentina a los que deberá enfrentarse el próximo gobierno, seguramente comandado por el exjefe de Gabinete de Néstor y Cristina Kirchner.
Pero las definiciones más jugosas de Pagni no están en los aspectos económicos sino en los políticos, donde describe a Fernández como un personaje enigmático que bien puede representar algo así como una máscara de otros personajes que están detrás de él. Y vaya si Alberto tendrá “contradicciones”, al menos para La Nación, que el candidato bien podría ser máscara de la expresidenta como del actual presidente Mauricio Macri.
“Fernández lleva adelante una campaña bifronte”, dice Pagni. Y agrega que “en una de sus caras compite contra Mauricio Macri y su ‘implacable ajuste ortodoxo’. Su argumento es curioso: levanta la bandera gradualista del primer Macri. Desde el otro frente, recibe las presiones preventivas de la militancia social. El hiperactivismo que floreció después de las primarias se dirige menos al actual oficialismo que al que, se presume, está por venir”.
Sigue Pagni: “la ambivalencia del candidato kirchnerista es inevitable. Él pretende ser la síntesis de facciones muy diversas. Esta contradicción está en la esencia de su candidatura”.
Luego de detallar los esfuerzos que deberá hacer el futuro presidente para contemporizar los diferentes intereses en conflicto en una sociedad atravesada por la crisis económica y social que deja la gestión de Cambiemos, Pagni muestra las propias contradicciones que ya detenta el propio Frente de Todos, compuesto por expresiones políticas que, al menos de ser consecuentes con sus postulados, deberían estar en pugna desde el día 0 de la gestión de Fernández.
De allí que el artículo editorial finalice con consideraciones que a más de una o un kirchnerista les debe incomodar al leerlo. Se reproducen completos para una mejor comprensión (y porque para leerlo en la Nación hay que pagar una suscripción).
“El recelo de la militancia social se extiende a toda la dirigencia kirchnerista. Cristina Kirchner les impuso un candidato que confraterniza con la Mesa de Enlace agropecuaria, se refiere a Magnetto como ‘Héctor’ y consulta a Carlos Melconian. Este último detalle es digno de atención: Fernández indicó a los empresarios españoles que ‘hablen con Guillermo Nielsen’. Pero encargó a Melconian un plan macroeconómico completo. El trabajo está bastante avanzado. El economista suele recordar que trata con Fernández desde hace más de una década. También es amigo del gravitante Sergio Massa. No hace falta aclarar las coordenadas de Melconian: un ortodoxo que encarnó la impugnación más sistemática al gradualismo de Cambiemos.
El antikirchnerismo padece una pesadilla. Que, después de ganar las elecciones, Fernández se quite la máscara y muestre el rostro de Cristina Kirchner. El kirchnerismo comenzó a sobresaltarse con otro sueño atroz. Que el que esté escondido detrás de la máscara sea Macri.”
¿Saldrá Fernández a desmentir las “patrañas” de Pagni o se mantendrá en silencio (como frente a otros temas) y dejará abierta la posibilidad de darle la razón al editorialista de La Nación? Se verá. |