Lisandro Rosales, secretario de Relaciones Exteriores del gobierno hondureño, se reunió este jueves en Washington con representantes del Departamento de Estado de EE.UU. En la agenda, las prioridades fueron la cooperación del gobierno de Juan Orlando Hernández -ampliamente repudiado- con la administración de Trump para impedir el flujo de migrantes desde Centroamérica y África hacia el gigante del norte.
Según Univision, Honduras y Estados Unidos firmarían este jueves un acuerdo migratorio en el que se contempla la figura de “tercer país seguro”, que obligará a migrantes que llegaran a Honduras provenientes de Nicaragua y Cuba a solicitar asilo.
Víctor Meza, analista político-social, afirma que el gobierno hondureño ya signó el pacto, pero con otro nombre, para evitar protestas, entrevistado por el medio local criterio.hn. Sostuvo que el acuerdo fue pactado el 26 de agosto pasado en Washington, entre Juan Hernández y el secretario interino del departamento de Seguridad Nacional, Kevin McAleenan.
En la entrevista, Meza apuntó también que se firmaron otros dos documentos: uno, reforzar las fuerzas represivas con agentes de Aduanas y Protección Fronteriza (CPB) de Estados Unidos, y dos la creación de un sistema para compartir datos biométricos, como huellas digitales.
La reunión de los funcionarios hondureños con representantes de Trump poco después de que la Corte Suprema de Estados Unidos diera vía libre a la aplicación de una nueva norma de administración de Trump que impide que la mayoría de los migrantes centroamericanos soliciten asilo en los Estados Unidos.
De acuerdo con cifras oficiales de Honduras, en lo que va del año se ha detenido en ese país a más de 8 mil cubanos que se viajaban hacia la frontera sur de los Estados Unidos. Una brutal expresión de la subordinación del gobierno hondureño ante las órdenes del imperialismo estadounidense.
La firma de los acuerdos entre los gobiernos de Juan Orlando Hernández y Donald Trump constituye un nuevo paso en la ofensiva contra los migrantes, orillados a dejar sus países de origen ante la violencia y la pobreza que viven, producto de la aplicación de los planes neoliberales ordenados desde Washington.
Es necesario que la clase trabajadora y los sectores populares del conjunto de Centroamérica y México repudien activamente la represión, la criminalización y el hostigamiento que despliegan las fuerzas represivas y los gobiernos contra los migrantes. Que exijan el libre tránsito de personas por los países de la región, así como plenos derechos para todas y todos los migrantes.
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