Entre los días 20 y 27 de septiembre tendrá lugar la tercera huelga mundial por el clima. A esta convocatoria se suman movimientos en multitud de países y ha sido promovida por plataformas como “Fridays for Future” y “Extinction Rebellion”, así como centenares de colectivos ambientalistas y ecologistas.
Desde el inicio, el movimiento contra el cambio climático adquirió un fuerte carácter juvenil y un desarrollo internacional con movilizaciones y convocatorias simultáneas en distintos países con acciones conocidas como los “viernes verdes” que llenan de estudiantes las plazas de las principales ciudades del mundo. Las huelgas mundiales por el clima han sido hasta ahora manifestaciones masivas que ya han movilizado a cientos de miles de personas en todo el mundo en las dos primeras convocatorias.
Desde que el 20 de agosto de 2018 la joven activista sueca Greta Thunberg se plantó frente a la sede del parlamento con una pancarta que decía “Huelga estudiantil por el clima”, este movimiento se ha desarrollado mucho en Italia. Amplios sectores de la juventud italiana han tomado la batalla contra el cambio climático como uno de los ejes de su lucha, más en un país que hasta ahora tenía como la figura más visible a Matteo Salvini, que sostiene una posición negacionista acerca de esta grave cuestión.
Al igual que en el Estado español, Alemania, Bélgica o Francia han surgido asambleas en las principales ciudades y el movimiento ha adquirido una voluntad de coordinación en todo el país, convocándose incluso asambleas nacionales.
Lo más destacado es que el movimiento FFF Italia además ha tenido una voluntad consciente de sumar a la lucha contra el cambio climático a los trabajadores, como un elemento clave para la batalla contra el sistema social que genera la destrucción de nuestro medio ambiente: el capitalismo. Así, el pasado mes de junio el movimiento FFF Italia publicó una carta abierta dirigida a trabajadores y sindicatos. La carta abría con el siguiente llamado a los trabajadores: "La emergencia climática nos afecta a todos, sin distinción: ven a la huelga con nosotros". En la misma, el movimiento juvenil italiano contra el cambio climático reconoce que con el avance de la crisis climática y las consecuencias de esta, "las desigualdades sociales serán todavía más extremas, ya que la carga de los costes medioambientales es soportada por los últimos escalones de la pirámide: los trabajadores, los desocupados, los estudiantes, los inmigrantes".
La respuesta ha llegado. La semana pasada se conocían las primeras convocatorias oficiales de huelga desde distintos sindicatos. La dirección de la CGIL, el sindicato mayoritario en Italia, ha convocado a una huelga general en educación, y según ha publicado FFF Italia, "La CGIL Nacional se ocupará de promover asambleas en los centros de trabajo de todas las categorías" con lo que el movimiento llama a que "en los próximos días puedan unirse otros muchos sindicatos".
Del mismo modo otros sindicatos se han sumado a la convocatoria de huelga en el sector educativo, es el caso de COBAS y SISA. Otros sindicatos han ido más allá convocando a la huelga general de todos los sectores como ocurre con USB, USI y CUB Toscana.
Así lo anunciaba el movimiento FFF Italia en sus redes sociales:
Las noticias que llegan desde Italia son auspiciosas. Aunque seguramente la dirección de la CGIL no va a garantizar que se realice una verdadera huelga efectiva en educación, la convocatoria es expresión de que la cuestión climática se ha vuelto un tema sentido por miles de trabajadores.
Si los sindicatos en todos los países tomaran como propia esta convocatoria, permitiendo una intervención de clase en la huelga del clima, se potenciaría enormemente la posibilidad de una alianza obrera y juvenil contra el capitalismo, que destruye el planeta.
En Izquierda Diario publicamos esta semana la visión de un joven trabajador precario del Grupo Vips sobre el papel de los sectores más precarizados ante la huelga mundial por el clima. En ella abría una reflexión en torno al papel de los sindicatos en esta convocatoria y cómo este incipiente movimiento junto a la juventud trabajadora debería pelear porque las principales organizaciones sindicales se sumen a la huelga. El ejemplo italiano avanza en esta perspectiva. |