Este jueves se realizó una masiva manifestación en la intersección de Boulevard Gálvez y 25 de Mayo, que fue votada en asamblea la semana pasada por más de 500 estudiantes, con el objetivo de reclamar por un edificio propio para el terciario Almirante Brown.
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Algunos alumnos denunciaron que a los 15 minutos del corte, los directivos quisieron levantarlo, pero recibieron la negativa de varios de ellos argumentando que lo que querían hacer estaba en contra de lo votado en la asamblea.
Al finalizar la acción, la columna dio la vuelta a la manzana para volver al instituto. Cuando ya se encontraba en la vereda a pocos metros del mismo, un auto pasó y les arrojó gas pimienta a los manifestantes. La agresión llegó a afectar a dos jóvenes que venían acompañando la columna y son militantes del Frente de Izquierda. Rápidamente fueron socorridos por estudiantes y docentes.
Este hecho de suma cobardía fue repudiado por todos los presentes aunque no se logró identificar a quienes llevaron a cabo este ataque.
En primera persona
Desde La Izquierda Diario pudimos hablar con varias estudiantes que participaron de la movilización y nos comentaron acerca de la realidad del terciario.
Casandra Cortez y Gabriela Del Barco, estudiantes del primer año del profesorado de primaria, contaron que "este año fue bastante complicado cursar. Al principio del año éramos 100 personas en un aula para 40. Ahora estamos cómodas pero es porque somos aproximadamente 30 alumnos. Muchos dejaron por la incomodidad. Al edificio le falla la electricidad, la calefacción y los ventiladores".
En tanto, Daiana González y Claudia Franco secundaron las declaraciones de sus compañeras y agregaron que "siempre tenemos problemas de aula porque o la están ocupando otros cursos o no están habilitadas. Además muchos de los que abandonaron fueron por el costo de lo que significa estudiar. El aumento del boleto y las fotocopias es insostenible, muchos abandonan por eso, está muy difícil".
Sofía, que cursa el 4to año del profesorado de nivel inicial y trabaja de portera en el instituto, sostuvo que "este año tuve que dejar las residencias y atrasar un año mi carrera porque no me dieron la posibilidad de hacerlas en el turno tarde por la falta de aulas y las condiciones edilicias. Yo al trabajar a la mañana y tener una nena se me hacía imposible hacerlas en el turno mañana. El auditorio está clausurado hace cuatro meses porque se cae a pedazos. Los pisos de las aulas están hundidos, las paredes tienen humedad, las chicas de los primeros años han tenido que cursar en el piso. Yo trabajo a la mañana y no me puedo recibir, es trabajar o recibirse”. |