En una nota anterior, te contamos qué son, cómo se organizan y qué debates atraviesan en general a los Encuentros (Pluri)nacionales de Mujeres y Disidencias. Pero este próximo Encuentro de La Plata tiene varias particularidades. Así que sigamos ahora con los debates que lo atraviesan en medio de un escenario de crisis que promete profundizarse y luego del sostenido desarrollo del movimiento en los últimos años.
La potencialidad de la alianza de los pañuelos verdes con los pañuelos blancos de las madres y abuelas de Plaza de Mayo; con los naranjas que exigían la separación inmediata de las Iglesias del Estado; con la bandera que instaló el grito de Ni Una Menos sin trabajo, con las obreras de PepsiCo y luego con las jóvenes de Siam, de Mielcitas, de la Comisión de Mujeres de Coca Cola, de las docentes de Chubut, de las mujeres de Ansabo, de Madygraf (la ex Donnelley) bajo gestión de sus trabajadores, , es parte de lo que se intenta contener cuando se llama a unir los pañuelos verdes con los pañuelos celestes.
Y por supuesto, eso también tiene su expresión en la conformación de las listas. Se ve desde ya en Juntos por el Cambio y otras variantes derechistas, como la que encabeza Gómez Centurión, pero también en las restantes listas, a excepción de la que encabeza Nicolás del Caño del FIT-Unidad.
Que hoy haya candidatos y candidatas como Pino Solanas o Dora Barrancos junto a fervientes antiderechos como Eduardo Valdés, Jorge Capitanich, el sanjuanino José Luis Gioja o la senadora rionegrina que votó contra el aborto, García Larraburu, es un ejemplo de ese mismo "espíritu" de los Encuentros que buscan mantener desde los sectores vinculados al Frente de Todos, también como parte de su preparación hacia la gestión del próximo gobierno.
Fuentes de inspiración es lo que sobra
Otros ejemplos han dado sin embargo los Encuentros de Mujeres. Como el de Rosario de 2003, que es una referencia ineludible para quienes se inspiran en un feminismo obrero, socialista.
Ese año, trabajadoras que ocupaban fábricas abandonadas por los patrones, tras la crisis del 2001, y jóvenes y feministas que luchaban por el aborto legal, confluyeron en una Asamblea de Mujeres Autoconvocadas.
Allí decidieron impulsar el apoyo a esas mujeres, entre las que se encontraban las valientes obreras de Brukman, que habían resistido la represión del gobierno de Duhalde, y una gran campaña nacional para terminar con la clandestinidad.
Buena parte de la historia de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto, que hoy va por la octava presentación de su proyecto en el Congreso, se tejió en esos espacios de deliberación y resolución asamblearia, sorteando la intromisión que las Iglesias habían conseguido en los talleres y aliándose a las obreras, a las ocupadas, a las desocupadas y a las que tomaban las fábricas.
Macri se va, pero el ajuste y el FMI se quedan
A un año de la marea verde, en medio de una crisis que se profundiza y de una transición electoral ya prácticamente resuelta, el próximo Encuentro tiene entre sus desafíos debatir y resolver los pasos a seguir ante el escenario que se viene.
Es que, como plantearon este sábado Myriam Bregman y Nicolás del Caño, en el acto que realizó el FIT-Unidad frente al Obelisco porteño, Mauricio Macri se va, pero el ajuste y el FMI se quedan, igual que los empresarios que la quieren seguir juntando en pala... y los conocidos que vuelven.
Porque vuelven quienes gobernaron 12 años, con mayoría automática en ambas Cámaras y con Ministerio de Salud (que pusieron a cargo nada menos que de Juan Manzur), y no hicieron nada por las pibas que mueren por la clandestinidad. Vuelven los que obligan a parir a niñas de once años y encarcelan a jóvenes por delitos que no cometieron, como Belén en Tucumán; los que imponen la evangelización de niñes en las escuelas, como el gobernador asesino de pueblos originarios, Gildo Insfran.
Los que nos llamaron a atar pañuelos verdes y celestes, los que garantizaron el robo a nuestras abuelas, los que votaron los presupuestos de ajuste y cogobernaron junto al macrismo en estos cuatro años de gestión, como vimos con el massismo en la provincia de Buenos Aires y en Jujuy, donde el integra directamente el gobierno de Morales, o con la corriente de Victoria Donda en la provincia de Mendoza, donde integra la gestión del saliente gobernador radical, Alfredo Cornejo.
Sin dudas el escenario electoral atravesará el Encuentro de mujeres y disidencias de este año. Quiénes son nuestros aliados y aliadas, y quiénes no, será sin dudas otro de los debates que atravesarán el Encuentro.
Mientras un sector llama a resignarse, a no salir a la calle, a pelear por lo posible, otras irán a La Plata para llevar otro mensaje: que hay que fortalecer a la izquierda en el Congreso y en las calles y que hay que apostar a transformar la bronca ante la violencia capitalista y patriarcal en rebeldía contra un sistema que nos quiere sumisas, con esa bronca contenida, pasivizada. Será clave para conquistar el aborto, la separación de las iglesias del estado, y también para terminar con las políticas de ajuste que prepara el FMI. |
