Piñera llegó al gobierno con la promesa fallida de los tiempos mejores, y hoy se enfrenta a grandes tasas de desaprobación, se enfrentó con la Ministra Cubillos de cabeza a la movilización docente de este año que se proponía luchar por la recuperación de la educación pública y, por otro lado, a la juventud nos declaró la guerra con fuerte represión, como lo vimos en el Instituto Nacional con los pacos sitiando el liceo e incluso ingresando a las salas de clases.

Sin embargo, Piñera no solo es un enemigo para profesores y estudiantes, sino también para la mayoría de la población, que son las y los trabajadores. Esto se expresa en que hoy se niegan a la reducción de la jornada laboral y quiere imponer mayor precarización a costa del engaño de la flexibilidad laboral que intenta introducir al calor de debate de la reducción del debate de las 40 horas.

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La flexibilidad es un engaño ¡nosotr@s sabemos lo que significan los trabajos basura!

Al calor de la propuesta de reducción de la jornada laboral, el gobierno quiere imponer más flexibilidad laboral, que en realidad solo es mayor precarización, cosa que no es ajena a la realidad de la juventud trabajadora. Desde ahí es que la discusión de la reducción de la jornada laboral, si bien no nos afecta directamente ya que no trabajamos en tiempo completo, hace que nos cuestionemos en qué condiciones trabajamos y por qué nosotros y nuestras familias debemos dejar la vida en el trabajo para poder subsistir o incluso para poder financiar una educación de mercado que nos endeuda con créditos como el CAE, mientras un puñado de empresarios se enriquecen a costa de nuestro esfuerzo.

Decir que la flexibilidad laboral será a favor de las y los trabajadores es un engaño y les jóvenes lo sabemos, ya que, junto a las mujeres y migrantes accedemos a los trabajos más precarizados. Por ejemplo, para poder compatibilizar estudio y trabajo, nos vemos obligados a tomar trabajos basura como Uber, Pedidos Ya, Rappi, entre otros, o bien trabajos en modalidad part time, sin contratos, sin seguro de salud, beneficios y sueldos inciertos. Esto es lo que quiere profundizar Piñera y su gobierno de empresarios, donde además, no es el primer golpe que da en precarizar la vida de la juventud trabajadora, sino que partió su ofensiva al impulsar el Estatuto Laboral Juvenil, que restringía nuestros derechos incluso quitando fuero maternal y sindical, bajo la excusa, nuevamente, de tener mayor “flexibilidad”.

Todo esto en un contexto en que Chile es el país con más desempleo juvenil de la OCDE, donde para el año 2017, un 17,1% de jóvenes chilenos entre 20 y 24 años no tienen trabajo [1] y el año 2018, los más afectados con la destrucción de empleos fue el rango etario de 15 a 19 años, donde se han perdido 15.609 empleos. [2]. Lo cual significa un problema, ya que, muchas veces con los salarios de nuestros padres no alcanza y tenemos que ser buscar la manera de aportar a nuestras casas para cubrir las necesidades básicas.

El capitalismo nos destruye el futuro ¡Destruyamos el capitalismo!

Queremos reducir la jornada laboral, sin el engaño de la flexibilidad, porque hoy vivimos en un Chile neoliberal que nos priva de nuestros derechos más mínimos, salud, educación, vivienda. Porque no queremos ver a nuestros padres agobiados por las largas y extenuantes jornadas de trabajo, que no dejan tiempo para vivir, recrearse, disfrutar del arte, la música y el descanso, así como también, queremos derribar el engaño de la flexibilidad porque no estamos dispuestos a hacer millonarios a un grupo de empresarios que viven a costa de nuestro futuro.

Es que el capitalismo no tiene nada que ofrecernos más que un futuro de deudas, precarización y de enriquecer a empresarios a costa de nuestros derechos, son los mismos que buscan precarizarnos con la flexibilidad quienes contaminan y depredan el ambiente para engordar sus abultados bolsillos, por ejemplo, el magnate Luksic quien es dueño del monopolio de la contaminación en la región, a la vez que obtiene su fortuna de la precarización de miles de trabajadores y es parte de la misma clase empresarial que se opone a la rebaja de la jornada laboral.

Organicemos en las calles un movimiento por la reducción de la jornada laboral y contra el engaño de la flexibilidad

La iniciativa de reducción de la jornada laboral planteada por el Partido Comunista y el Frente Amplio, empalma con la sensibilidad de millones de trabajadores que elevan sus expectativas para trabajar menos y mejor. Sin embargo, debido a la estrategia de estos sectores, de apostar a que todo esto se gane a través del lobby parlamentario, hacen alianzas con sectores como la Democracia Cristiana que en definitiva solo viene a ser vocera de sectores empresariales como las PYMES instalando dentro del proyecto medidas como la gradualidad a 5 años para resguardar sus bolsillos y ganancias. Así mismo esta estrategia de centrarse en las fuerzas parlamentarias enfrenta un enemigo de alto peso: el gobierno, el régimen capitalista y los grandes empresarios. Desde ahí es que sólo la lucha en el parlamento no sirve para imponer la reducción de la jornada laboral, más aún cuando nos enfrentamos a un régimen autoritario donde incluso Piñera amenaza con acudir a instancias antidemocráticas y fortalecidas post dictadura como el Tribunal Constitucional con tal de frenar la expectativas de millones.

Este 23 de octubre se vota el proyecto en la cámara de diputados, esto en el contexto de que la derecha y el imperialismo vienen dando diferentes golpes a la clase trabajadora como lo vemos en Argentina con los ajustes producto de la deuda con el FMI, en Ecuador donde la clase trabajadora, pueblos originarios y juventud están siendo fuertemente reprimidos y bajo un estado de excepción por enfrentar con una gran movilización en las calles al gobierno de Moreno y el FMI quienes quieren imponer un “paquetazo” de ajustes para las y los trabajadores, y Piñera no está lejos de esta línea, lo vemos con la reducción de la jornada, pero también con las alzas en el precio de la luz y el transporte. Por eso, para hacerle frente a los políticos empresariales y su gobierno y conquistar las demandas que nos proponemos la juventud, mujeres y trabajadores debemos articular una gran movilización en las calles, donde las centrales estudiantiles y sindicales, como la CUT, CONFECh, CDP en su mayoría dirigidas por el Frente Amplio y el Partido Comunista deben hacerse parte si queremos realmente enfrentar al gobierno y sus ganancias para conquistar una jornada laboral a la medida de las y los trabajadores.

Desde Vencer y Pan y Rosas nos sumamos a la campaña por levantar una fuerza social apoyada en la enorme aprobación a la reducción de la jornada laboral, impulsando coordinadoras en nuestros lugares de estudio y trabajo para organizar un gran movimiento por la reducción de la jornada laboral y sin flexibilidad, que sume las fuerzas de la clase trabajadora a los estudiantes, mujeres, migrantes y distintos sectores oprimidos, para plantearnos la reducción de la jornada laboral e incluso luchar por perspectivas mayores como repartir las horas de trabajo entre empleados y desempleados sin rebaja de sueldo, enfrentando un Chile autoritario gobernado por un puñado de familias empresariales y acabar con toda herencia de la dictadura como lo es la precarización laboral y la educación de mercado.

¡Súmate a la campaña por la reducción de la jornada laboral sin el engaño de la flexibilidad!