Mariano
La bala entra
abre un pecho
rompe
la carne
parte.
La bala no rozó
ningún otro corazón
más que el tuyo,
Mariano.
La bala entra
cae tu sangre,
la bala entra
quiebra
tus veintitrés años,
Mariano.
La bala no rozó
ningún otro corazón
más que el tuyo,
pero tu sangre
derramada herida,
tu sangre multiplicada,
cabalga,
palpita,
en mil corazones.
La bala entra,
abre un pecho,
rompe un corazón,
y propaga,
sin saber,
chaparrones insurrectos,
corazones vivificados,
laten,
luchan,
Mariano.
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