La Cooperativa Curtidores de Mendoza es una fábrica recuperada ubicada en la zona industrial más importante de Mendoza, fuertemente golpeada por los tarifazos promovidos por el gobierno actual que, debido a las deudas impagables, en noviembre del año pasado tuvieron que parar la producción.
Después de la sucesión de empresarios que se encargaron de administrar la empresa, llevarla al fracaso y en el camino incumplir con los salarios de sus trabajadores, la empresa pasó a estar bajo el control de sus obreros quienes formaron la cooperativa en el año 2006. En un principio, fueron 13 ex trabajadores que se conformaron en socios de la cooperativa, y pusieron a funcionar la mayor tratadora de cueros de Mendoza. Ubicada en la zona industrial más importante de la provincia, se dedicaron a producir, administrar y vender productos de primera calidad, llegando a exportar sus productos a Chile e Italia.
La cooperativa cuenta con maquinaria e instalaciones en muy buen estado y en condiciones de comenzar a operar inmediatamente si contaran con los servicios eléctrico y de gas. Tiene capacidad de dar trabajo como mínimo a 70 personas. Uno de los trabajadores nos comentaba que el cuero es un producto que requiere de bastante mano de obra y de trabajar tres turnos son más de 200 familias las que pueden vivir de esa cooperativa de manera directa, y un tanto más de manera indirecta, entre contratistas, fletes y artesanos.
Es importante tener en cuenta que desde que comenzó la gestión de Mauricio Macri, y en pos de una política a favor de los grandes grupos concentrados de la economía como las mineras, las energéticas y las agroexportadoras, y con el apoyo de muchos sectores del peronismo -hoy encolumnados tras el frente “opositor” de Alberto Fernández- que les votaron los distintos presupuestos y se negaron a enfrentar al macrismo tanto en el congreso como en las calles, los tarifazos que se les aplicaron a la cooperativa fueron imposibles de afrontar, con boletas que multiplicaron por 3 o 4 veces su valor. Mientras que las empresas privatizadas prestadoras de servicios han sido de las grandes beneficiadas con los últimos gobiernos viendo aumentar sus ganancias de manera exponencial, la contracara es el alto número de cooperativas y empresas recuperadas que no pueden hacer frente a las enormes tarifas. A los trabajadores de la curtiembre les cortaron dichos servicios, imposibilitándolos de continuar la producción desde noviembre del año pasado.
Esta es una situación a la que se enfrentan la mayoría de cooperativas o fabricas recuperadas bajo gestión obrera, donde los gobiernos de turno (a nivel nacional, provincial o municipal) ahogan a estas gestiones, mientras que favorecen con subsidios a los grandes empresarios amigos del poder.
Los trabajadores de la cooperativa recalcan que, si tuvieran los servicios de gas y luz, tienen materias primas para empezar a trabajar mañana mismo. También insisten en la función social que cumplen las cooperativas y las gestiones obreras, y más en épocas de crisis como en la que nos encontramos, siendo una opción en la que cada vez más trabajadores y trabajadoras toman en sus manos, dando como ejemplo los casos de La Terre y de las distintas fabricas recuperadas nucleadas en la Federación de Cooperativas y fábricas recuperadas de Mendoza.
La cooperativa logró la ocupación temporal de su fábrica, que se extiende hasta el año 2020. Pero, teniendo en cuenta el caso reciente de la Coop. La Terre y los fallos, por lo menos polémicos, de la justicia mendocina encarnada en la jueza Gloria Cortez, que se han logrado parar parcialmente gracias a la solidaridad y la lucha de sus trabajadorxs y de las distintas organizaciones que se acercaron a ellxs, es más imperante que nunca lograr poner en marcha ya la cooperativa, rodearla de solidaridad, y luchar junto a sus trabajadores por una salida favorable a esos sectores.