Este domingo 10N la CRT pedimos el voto críticamente para la CUP en Catalunya. Queremos explicar las cuatro razones por las que consideramos que esta es la mejor opción para avanzar en constituir una alternativa tanto al procesisme cada vez más cuestionado, en especial por la juventud de la Generación 14O, como a la llamada izquierda del “cambio” cada vez más integrada en el régimen.
Bloquear cualquier salida por arriba a la crisis
El principal eje de la campaña de “Ingovernables” es este. La CUP es hoy la única candidatura que plantea abiertamente que no se sumarán a ningún apoyo a la pata izquierda del régimen, el PSOE. Todo un cuestionamiento no solo al partido del 155, el IBEX35 y las primeras reformas laborales precarizadoras, sino también a toda la izquierda del Estado español y del catalanismo, como ERC, que llevan meses alentando las ilusiones en un gobierno progresista encabezado por Pedro Sánchez.
Señala bien la CUP esta operación como un intento amable de cerrar por arriba la crisis del régimen al que se pliega la izquierda a la izquierda del PSOE – Unidas Podemos –, tanto aquellos que quieren cogobernar como los que se conforman con apoyar a Sánchez en la investidura. Acatar el “mal menor” es continuar aceptando la represión, al recentralización, la agenda de la banca y la gran patronal y las políticas racistas.
Una candidatura que no renuncie a las demandas del segundo otoño catalán
Amnistía y autodeterminación, las dos grandes demandas que se siguen escuchando en las calles y plazas, en especial desde la salida de la sentencia. La CUP defiende a todos los represaliados y represaliadas y a todos los presos y presas políticas, que son 40 y no solo los 9 del Supremo. ERC y JxCat se niegan a incluirlos, más que nada porque son ellos los carceleros de una buena parte de las decenas de jóvenes que han sido detenidos por los Mossos d’Esquadra en las últimas semanas. El procesisme ha decidido volver definitivamente a la gestión de la autonomía y eso incluye aceptar ser parte del engranaje del nuevo marco represivo contra derechos fundamentales.
Los Comunes se han sumado al discurso criminalizador y, con sus socios del PSC, prestado a la Guardia Urbana para colaborar con esta escalada. Sus socios estatales, como Iglesias o Garzón, hablan de acatar la sentencia y hasta han defendido la actuación policial.
Por la denuncia al Govern y sus partidos
Por su accionar represivo y su vuelta al autonomismo, la CUP viene separándose del Govern y sus partidos desde el otoño de 2017. Partiendo de su propio balance de lo ocurrido en el primer otoño catalán, interpretan que hace falta definir una hoja de ruta propia. Desde la CRT hemos sido muy críticos con la política de “mano extendida” al procesismo practicada desde 2012. Consideramos que hizo llegar muy mal preparada a la izquierda independentista al momento decisivo de 2017 y que todavía no ha permitido prepararse para nuevas oportunidades como la que se abrió a partir del 14O. Damos nuestro voto a la CUP y a la vez planteamos que ésta tiene la oportunidad y responsabilidad de construir una alternativa política desde la juventud, la clase trabajadora y los sectores populares, que nos permita ganar, que no reedite esas viejas alianzas con los partidos del procesisme y sirva para desarrollar la autoorganización obrera y popular.
Por la vinculación de la lucha democrática y social
Otro eje de la propuesta de la CUP es la defensa de los derechos sociales y la oposición a las políticas de ajuste de los diferentes gobiernos. Como parte de llevar hasta el final las lecciones de 2017 y marcar a fuego la independencia política de los partidos que han gobernado durante décadas para las grandes familias y empresas en Catalunya, está asumir que es fundamental proponer un programa anticapitalista para resolver los problemas de precariedad, vivienda, servicios públicos o ambientales. Solamente así se podrá incorporar al grueso de la clase trabajadora a la pelea contra la represión y por poder abrir un verdadero proceso constituyente, y solo así se podrá forjar una alianza de piedra con el resto de sectores obreros y populares de todo el Estado en una lucha común contra el Régimen del 78.
Por todo esto, desde la CRT venimos planteando que este 10N el único voto contra el régimen, la represión y contra todo intento de cierre por arriba a la crisis del régimen es un voto a la CUP en Catalunya. En el resto del Estado, ante la ausencia de una candidatura que recoja al menos estos puntos esenciales, llamamos a ejercer un voto nulo en solidaridad con el pueblo catalán. Una impugnación al régimen en su arista más reaccionaria y también a la “izquierda” cada vez más integrada en él. |