¿Cuándo y cómo surge el colectivo? ¿Qué los une?
Roberto Sale: El Colectivo se forma un poco azarosamente... Un día nos juntamos algunos de los integrantes a “feriar”, en un local de Villa del Parque, y ahí empezó a germinar la idea de “dar la pelea” colectivamente. Después hubo una segunda experiencia en Flores y, finalmente, quedó conformado “Dibujantes en Colectivo” con quienes hoy lo integramos: Amsler, Bulgarini, Enright, Fucile, Petre y Sale.
Así que lo que fue, en principio, una “juntada” para acercar nuestro trabajo a un público diferente al que frecuenta museos y galerías, se fue delineando como un grupo de trabajo, con propuestas comunes y objetivos consensuados. Se podría decir que lo que nos une para formar el Colectivo es el interés en romper los circuitos “tradicionales” del arte y buscar nuevos públicos sin hacer concesiones sobre la obra que producimos y el desafío de encarar formas de organización y difusión autogestivas e independientes.
Marina Bulgarini: Lo que particularmente me gustó de esto fue que se dio de manera espontánea, sin charlarlo ni plantearlo... nadie dijo: ¿che, armamos y organizamos un colectivo de dibujantes? No... Nunca hubo que forzar nada, fue totalmente natural y siempre dimos por sentado que todos buscábamos lo mismo sin tener que decirlo, que el colectivo se iba a armar; no necesitaba que lo armemos porque ya se había armado solo.
Rodolfo Fucile: Digamos que algunos ya nos conocíamos o teníamos contacto por las redes; había una afinidad de ideas y también una necesidad de difundir nuestros laburos y generar un circuito donde venderlos. Esa amistad y esa coincidencia ayudó a la formación y al funcionamiento del grupo.
¿Cuáles son los “puntos de acuerdo” entre los integrantes del grupo? ¿Qué intereses tienen en común?
Horacio Petre: Bueno, tenemos afinidades formales (fuerte presencia de figura humana, expresionismo en distintas variables, contundencia gráfica, prevalescencia de la línea y la trama, actitud dibujística) y de contenidos, en cuanto a tener muy presentes temáticas sociales, perspectivas pluralistas e inclusivas y casi siempre una reflexión activa y dinámica sobre los procesos de articulación entre nuestro trabajo y el público al que le llega o le pueda llegar.
Cecilia Enright: Y acordamos con esta idea de accionar conjuntamente en un contexto, que propicia que el mismo proceso que nos lleva a trabajar de forma aislada (nuestras disciplinas nos ubican solos y solas frente al papel o la tela), nos llevan a encarar de la misma manera las problemáticas que nos son comunes. Esto último nos hace más vulnerables. El romper este aislamiento, el empezar a organizarnos, a intercambiar experiencias, a enfrentar aquello que consideramos que vulnera nuestra condición de trabajadores del arte, nos hace más fuertes. También las coincidencias respecto a cómo combatir esta idea elitista impuesta, que aleja al arte de los espectadores, es otro punto que nos une. Por eso este hacer hincapié en que el contacto con quienes se acercan a nuestros eventos, es primordial y lo fomentamos mucho. Es un ida y vuelta que consideramos imprescindible, muy grato, movilizador y enriquecedor.
Iván Amsler: Claro, no acordamos con la romantización y el elitismo respecto el rol del artista. Coincidimos en principios políticos, de solidaridad, apoyo y respeto mutuo, consenso, igualdad, horizontalidad, buen humor y sobre todo diálogo y ganas de hacer. A todes nos gusta dibujar, queremos acercarnos entre nosotros como trabajadores, participar de manera más directa y activa con respecto al público y, por qué no, la sociedad en su conjunto.
Cecilia Enright: Otro punto que considero importante, porque determina si una acción es realmente colectiva, es que podemos plantearnos y aceptar las disidencias, escucharnos y debatirlas. Creo que en la manera en que se manejan los desacuerdos, es donde está la prueba de si lo colectivo realmente es palpable, real. El respeto que nos tenemos y ya siendo un grupo que venimos trabajando y superando distintas etapas, considero que hemos pasado la prueba y que obvio, nuestra relación ha sumado a la meta que perseguimos y defendemos, el apoyarnos en todos los aspectos porque nos descubrimos ante todo, como personas de diez, sobre todo la Enright y la Marina jejeje. ¡So-ro-ri-dad! (Risas)
Al principio de la nota hablaron de “dar la pelea colectivamente”...
Marina Bulgarini: Para mí es un embole tener que hacer todo sola. El "mercado" oficial y no tan oficial del arte es muy excluyente y mete muchas condiciones. Cuando finalmente me doy cuenta de que entrar en ese mercado no está relacionado en sí con el arte, ni me interesa demasiado, es cuando, por lo menos para mí, afloran las ganas de potenciar mi arte con el de otrxs (a quienes admiro y de quienes aprendo en todos los sentidos) sin ningún fin más que el de unir fuerzas y no sentirse tan solo dentro de este ámbito muchas veces complicado y desolador.
Rodolfo Fucile: Claro, hay que destacar que, además de expresarnos con nuestros dibujos, también necesitamos generar un ingreso. Todos vivimos de oficios relacionados con el dibujo, como la ilustración, el diseño, la artesanía o la docencia, pero necesitamos un canal donde mostrar y ofrecer estos originales o publicaciones, que son nuestro trabajo más personal. Movernos como colectivo nos hace más fácil la tarea de exponer, organizar una feria, promocionarla, convocar gente. Y nos ayuda a conseguir mejores condiciones. Además, como bien dijeron, hay una conciencia colectiva que se desarrolla al compartir esa experiencia; eso es lo más rico de la autogestión.
¿Qué objetivos aspiran conseguir?
Cecilia Enright: Que la autogestión sea el camino que se multiplique como vía de resistencia y de combatir un sistema que nos precariza. Que sea el puntapié para empezar a accionar contra un sistema que ubica a los trabajadores del arte en el último escalafón del trabajo asalariado o que directamente, no nos reconoce como trabajadores. Ofrecer nuestras obras sin intermediarios y romper con el mito de que las obras originales son inaccesibles para aquellos que quieren disfrutarlas.
Ivan Amsler: Creo que el objetivo común que tenemos no es justamente fama o fortuna, si no acercar el arte de maneras alternativas al museo, la galería o los medios del “mainstream”, para que las diferencias que se han sembrado con el tiempo y la historia alrededor de nuestro trabajo y el público se desarmen lo más posible, y poder vender también nosotros por fuera de esos caminos oficiales tan fríos y deshumanizados. Nos gusta charlar con la gente, con los que van, comentarnos, que se acerquen y vean quiénes somos. Que no tenemos ninguna diferencia con el público más que nuestras particularidades como seres humanos.
Rodolfo Fucile: coincido con Cecilia en la necesidad de multiplicar y vincular las experiencias autogestivas. Son una alternativa laboral y también un aprendizaje para la organización en otros aspectos de la vida social. Es todo lo contrario a quedarse esperando que otro te dé las cosas servidas. Exige participación activa y compromiso con un colectivo.
Para realizar el fanzin "Dibujantes en colectivo”, ¿utilizaron algún criterio estético o de otro tipo?
Horacio Petre: Nuestro fanzín tuvo una inquietud común, que era la de armar una pieza gráfica impresa, con trabajos de todos, conseguible a bajo costo para el público.
Se plantearon grupalmente varias opciones: multiplicidad de dibujos de los distintos integrantes mezclados en todo el impreso, dibujos con ejes temáticos, dibujos aislados con textos, dibujos hechos expresamente para la publicación, dibujos previos, etc. Finalmente, al ser nuestro primer impreso, decidimos trabajar con dos páginas para cada integrante y con dibujos previos al grupo.
Al ser yo diseñador gráfico, me encargué de recibir varios trabajos de cada participante del grupo, y luego presenté distintas opciones de armado e interrelación de todo ese material. La versión final, estuvo consensuada entre todos y a mí particularmente, no sólo me divirtió muchísimo trabajar y “jugar” con los dibujos de mis colegas, sino que me entusiasma esta faceta de “Dibujantes en Colectivo”, en la que la fuerza grupal está no sólo en el mostrarnos y compartir las cosas de cada uno, si no en en crear. Lo colectivo puesto en la inventiva y expresión conjunta. El fanzín, para orgullo de nosotros seis, no es una suma de egos desatados, sino una unidad, una pieza armada y pensada de forma conjunta.
La impresión, al ser de tirada baja es digital y el armado y anillado, lo hicimos entre todos en la casa de Marina e Iván, lo cual sumó momentos de algarabía e interacción “fuera de pantalla”… algo que nutre sensiblemente al grupo.
¿Tienen pensadas nuevas publicaciones, nuevos proyectos? ¿Dónde se consigue el fanzin y cómo los contactamos?
Marina Bulgarini: Estamos constantemente en busca de espacios donde poder feriar y exponer. Hasta ahora hemos pasado por La Turba, en Flores; Espacio Pájaros, en Almagro, donde compartimos feria con otros artistas en una jornada de un fin de semana. Luego pasamos por El Quetzal, en Palermo, donde quedó montada nuestra muestra colectiva durante un mes, y cerramos con feria y con música de nuestro amigo Matías González. La última fue en La Paz Arriba, adonde volveremos el jueves 14 de noviembre, a partir de las 18 horas. Montevideo 421, CABA.
En las ferias solemos hacer un dibujo entre todos, en formato grande. Nuestra idea para las próximas fechas es invitar artistas de diferentes disciplinas a compartir con nosotros las jornadas. También tenemos en mente una próxima publicación.
Roberto Sale: También tenemos una fecha comprometida en marzo del 2020, en Gallo Rojo (Palermo), donde estaremos también con músicos. La idea de incorporar otras disciplinas es, también, ofrecer la posibilidad de participar de una experiencia más amplia y significativa, promoviendo un acercamiento más directo entre artistas y público.
Horacio Petre: Tenemos muchas ideas para próximos fanzines… El fanzín #1 lo pueden conseguir en cualquiera de las ferias en las que participamos. Para contactarnos, nos pueden ubicar en nuestra página de Facebook.
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