En el prólogo de la reedición, Beatriz Sarlo propone a “Pequeñas intenciones” como la contracara de “Hospital Posadas”, novela de Consiglio editada en 2015. Si esta última es una novela con multiplicidad de voces, saltos temporales y un armado estratégico -quirúrgico- de la trama, lo que encontramos en “Pequeñas Intenciones” es la voz única y dubitativa de un protagonista que le cuenta a otro su historia.
Narrada en segunda persona, la novela se sostiene en la historia de un hombre que le cuenta a un tercero los avatares de su existencia, pero sin ningún intento de apoteosis. Ahí encontramos lo más excitante del relato. El héroe que nos habla es la contracara de Ulises. Lejos de las épicas aventuras por el Ponto, el gigante Polifemo y el regreso triunfal a Ítaca, nuestro protagonista nos susurra con voz áfona los efímeros momentos de gracia y terror que acompañaron su vida a lo largo de las pequeñas intenciones que ensayó.
Nuestro héroe no se propone grandilocuencia. Más bien lo contrario: se trata de un sujeto que se resiste a ser engranaje. Sabe bien que hay algo que no funciona, que huele mal, que la gran estafa del sistema está lubricando la maquinaria, pero no logra definir qué es lo que lo incomoda. En consecuencia, se esfuerza por des-alienarse utilizando las herramientas que tiene a su alcance. Opera desde los márgenes. La novela es, en ese sentido, microscópica porque lejos de abordar los grandes temas e inquietudes existencialistas, lo hace desde el rumiar de un hombre que sólo busca recortar el impacto.
Por otro lado, la prosa de Consiglio es sólida, poética y también medida. El efecto es una lectura que no puede abandonarse. Atrapa y no te suelta. Leer la novela hoy quizás sirva, a su vez, para resignificarla, ya que después de “Hospital Posadas”, el libro de cuentos “Villa del parque” y la nouvelle “Tres monedas”, sus obras posteriores, volver a “Pequeñas Intenciones” nos permite encontrar aquello que en su momento estaba entre líneas y que hoy podemos definir como estilo narrativo.
Por último, hay en la reedición un posfacio del autor en el cual Jorge Consiglio relata una escena familiar que fue disparadora de la trama. Luego reflexiona a la distancia sobre la construcción de la novela. Esos últimos párrafos me parecen riquísimos, no sólo porque pueda el dato resultar interesante en sí, sino porque nos permite echar un ojo en algo que en general nos es vedado: la escritura se reescribe a cada momento, nunca es definitiva. Otra razón más para releer esta nueva reedición. |