A lo largo de casi 2 horas los candidatos presidenciales por el Frente Amplio y el Partido Nacional, Daniel Martínez y Luís Lacalle Pou, debatieron sobre sus propuestas para el próximo periodo de gobierno.
En esta oportunidad la propia organización del debate permitía no solo exponer las ideas de cada uno sino también un mayor intercambio entre ambos, con posibilidades de confrontar y discutir distintos puntos de vista.
Sin embargo, lo que pudimos ver fue a dos candidatos que no pudieron marcar diferencias profundas de programas.
Daniel Martínez especialmente en muchos momentos señaló que compartía los planteos de Lacalle, lo que es preocupante en el sentido de que alguien que se dice representar a la izquierda, o al menos al progresismo, termina teniendo coincidencias con un representante clásico de la derecha tradicional.
Lacalle intentó a lo largo del debate interpelar a Martínez para que reconociera los errores del Frente Amplio, y de esa manera intentar ponerlo en aprietos, mientras que el candidato del Frente Amplio trató de captar votos de centro, o incluso de derecha.
El discurso de Martínez sobre seguridad, con la duplicación del número de efectivos de la Guardia Republicana, la quita de reducción de penas para reincidentes o el apoyo explícito a la policía, fueron en este sentido.
La confrontación entre ambos candidatos fue más bien superficial y sobre hechos anecdóticos, como cuando se pasaban facturas por hechos de corrupción de integrantes de ambos partidos; pero como era de suponer ninguno de los dos iba a cuestionar profundamente el régimen político.
Sabemos lo que representa Lacalle Pou, y que aunque no lo diga explícitamente su gobierno será de ajuste y con características neoliberales. En su presentación de hoy se encargó de remarcar la importancia de la “inversión” por lo cual ya anunció que dará facilidades a los empresarios (exenciones impositivas, subsidios, etc.) para garantizar la rentabilidad y las ganancias.
Aunque diga que Lacalle “gobierna para los privilegiados” Daniel Martínez no puede oponer a este discurso de la derecha una propuesta muy distinta, a lo sumo habla de una gestión inteligente y prolija, pero que claramente no pone en cuestión la estructura de la sociedad.
Por lo que pudimos ver hoy, para los trabajadores y sectores populares no habrá diferencias sustanciales. Con sus matices y sus tiempos diferentes ambos ya han dicho que hay que ajustar y eso significa atacar conquistas y derechos.
Ante cualquiera de los dos candidatos habrá que oponer la movilización y la organización popular. |