Este domingo se definirá quien será el próximo presidente del país por los próximos 5 años.
El nacionalista Luís Lacalle Pou aparece como favorito, encabezando una coalición de centro derecha que incluye al Partido Colorado, el Partido Independiente, el Partido de la Gente y Cabildo Abierto.
Aunque el candidato del Frente Amplio Daniel Martínez ganó la primera vuelta con casi el 40% de los votos todo indica que finalmente no logrará superar al candidato opositor.
Las encuestas pronostican el triunfo de Lacalle Pou
En las semanas posteriores a la primera vuelta las distintas encuestadoras han ido difundiendo sus pronósticos para el ballotage del domingo.
Todas sin excepción, con matices y diferencias en los porcentajes, anuncian que Lacalle Pou es el favorito para este domingo, aunque en general plantean que la elección todavía no está cerrada.
Con un porcentaje de votantes indecisos de alrededor del 5%, las principales encuestadoras, Opción, Equipo, Radar y Cifra, pronostican que el candidato del Partido Nacional tiene una clara ventaja y que su intención de votos se encuentra cerca del 50% mientras que Daniel Martínez alcanza entre un 43% y 45% de las preferencias. De acuerdo a las encuestas podría haber un 5% de votos en blanco y anulados.
La ventaja que está logrando Lacalle Pou se debe a que está logrando retener la mayoría de los votantes de sus principales aliados, Partido Colorado y Cabildo Abierto, cuestión clave para lograr la mayoría en la segunda vuelta.
Cierres de campaña
Este miércoles Lacalle realizó el cierre de campaña en la zona de Las Piedras, Canelones.
En su discurso final se presentó como el candidato de la “coalición del pueblo”, intentando brindar seguridad acerca de la capacidad de acuerdos de los partidos que apoyan su candidatura.
Mientras tanto Daniel Martínez realizó el cierre de campaña en Florida defendiendo los logros de los gobiernos del Frente Amplio y cuestionando a Lacalle Pou por no dar a conocer el contenido de la ley de urgencia que prometió aprobar si asume el gobierno el 1 de marzo.
Martínez en estos últimos días intenta captar votos de indecisos alertando del ajuste que implementará Lacalle Pou si gana la presidencia. El candidato nacionalista ha dicho que habrá recortes de gastos de 900 millones de dólares, aunque no ha dicho de donde saldrá este dinero exactamente.
Martínez ha hecho hincapié en que su gestión tendrá en cuenta no solo la generación de riqueza sino también una equitativa distribución de la misma. Desde el Frente Amplio se ha encarado la campaña planteando que hay dos proyectos de país en pugna en estas elecciones y que votar a Lacalle Pou significará un retroceso en las condiciones de vida de los trabajadores.
Quizá sea en la temática de seguridad donde se observan más claramente las similitudes entre ambas propuestas que llegan al ballotage. En esta área, Martínez ha tomado la agenda de la derecha, proponiendo el aumento y modernización del aparato represivo, el endurecimiento de penas y un discurso represivo y securitario que no tiene nada que envidiarle al de Lacalle Pou.
Precisamente en este último tramo de campaña sectores militares han salido públicamente a posicionarse contra el Frente Amplio. Envalentonados por el fenómeno de Manini Ríos, y con un lenguaje que recuerda a la dictadura militar, desde el editorial de la Revista Nación y el Centro Militar se han expresado con frases como “Este domingo culminará el proceso de redención de los derechos y valores del pueblo oriental, heridos, socavados, despreciados por 15 años de asonada frenteamplista”.
La libertad con que expresan estos grupos que reivindican la dictadura militar y a los militares torturadores es consecuencia del pacto de impunidad para las fuerzas armadas, pacto del que todos los partidos del régimen, incluyendo el Frente Amplio, son responsables.
Enfrentar el ajuste con la movilización
Más allá de los discursos de campaña, lo cierto es que ambos candidatos ya han anunciado que habrá ajuste, entre ellos una reforma de la seguridad social que implicará aumentar la edad de jubilación y los aportes de los trabajadores; así como un plan de austeridad y de control de gastos que recaerá en los sectores populares.
Ninguno de los dos candidatos gobernará en función de los intereses de los trabajadores. Por el contrario, aún con sus matices, ambos priorizan la ganancia empresarial y el buen reracionamiento con el imperialismo.
Para defender los derechos y las conquistas de los trabajadores será necesaria entonces la organización y la movilización popular, única manera de frenar los ataques que vendrán con el próximo gobierno. |