Tras el reciente comunicado del Arzobispado de La Plata sobre el “caso Lorenzo”, en el cual expresa sólo justificaciones de por qué en más de una década no se hizo nada pese a las denuncias en su contra, este lunes se sumó al expediente el testimonio de un nuevo sobreviviente del excapellán penitenciario, quien sufrió los abusos cuando tenía 16 años entre 1991 y 1992.
Este fin de semana las autoridades del Arzobispado de La Plata se dedicaron, a través de un comunicado de prensa, a intentar salvar su propio pellejo. Para ello, buscaron justificar sus inacciones y hasta sus deliberadas complicidades con el cura Eduardo Lorenzo a lo largo de los años. Un comunicado que este medio desmentirá, punto por punto, en un próximo artículo.
Mientras las huestes del arzobispo Víctor “Tucho” Fernández se dedicaban a sacarle jugo a las piedras para zafar de lo que a esta altura ya es un deliberado encubrimiento al excapellán general del Servicio Penitenciario Bonaerense por parte de la jerarquía eclesiástica, un nuevo denunciante de los abusos de Lorenzo se preparaba para declarar en el expediente judicial que lo tiene como acusado de abusos sexuales agravados y corrupción de menores.
Este martes a las 14, en las puertas de la Fiscalía de La Plata (calle 7 entre 56 y 57), la Red de Sobrevivientes de Abuso Eclesiástico de Argentina dará una conferencia de prensa en la que brindará detalles de esta nueva víctima que se suma a las cuatro que ya declararon en la causa. Su caso refiere a hechos ocurridos hace casi treinta años en la localidad de Berisso, donde Lorenzo era el párroco de la Iglesia San José Obrero.
Corría el año 1991 cuando el adolescente (hoy adulto, de quien por el momento se preservará el nombre) comenzó a sufrir los abusos de Eduardo Lorenzo en la parroquia San José Obrero de Berisso. Lo que sigue es parte de su testimonio de este lunes en la Fiscalía n°1 de La Plata, a cargo de Ana Medina, quien pese a las sobradas pruebas en contra del cura, aún sigue sin resolver el pedido de procesamiento y prisión preventiva.
“Siempre tuve ganas y tuve la necesidad de hablar, nunca lo pude hacer. No supe cómo o con quién”, expresó el hombre que en 1991 participaba del Grupo Scouts de Berisso y a partir de allí comenzó una relación de amistad con el sacerdote del lugar. “Logré tomar la decisión de hablar. Nadie me obliga nada, sólo yo me obligo a hablar porque de una vez por todas me quiero sacar toda esta mierda de encima”, afirmó con voz temblorosa el hombre que hoy tiene 44 años y reside en La Plata.
Lorenzo tenía en ese momento poco más de 30 años, mientras que el adolescente tenía 16. En su declaración recordó los peores momentos sufridos por acción del cura. “Me acuerdo que un día me dijo que tenía mucho dolor en las piernas y me pidió que le hiciera masajes en los pies. Accedí porque no le encontraba nada raro”, dijo. “Al tiempo me empezó a decir si podía hacerle masajes en la espalda porque estaba contracturado, me llevó a la habitación de él, tenía una cama grande y me dijo que iba a ser mejor que me subiese arriba de él. Me pongo un poquito más arriba de sus rodillas, después me pide que me ponga más arriba porque le hacía mal a las piernas. Estuve 10 minutos y me fui. Así, se repetía varias veces”, detalló el muchacho y agregó que en esas situaciones Lorenzo intentaba todo el tiempo refregarse sobre él.
También contó durante sus dos horas y media de declaración que se quedó varias veces a dormir con el cura en la casa parroquial, ubicada en el mismo predio que la iglesia. Lorenzo en esos momentos le explicaba al joven que lo que hacían no estaba mal porque eran amigos. “Siguió pasando eso hasta que él se fue a Olmos”, en referencia al cambio de parroquia que tuvo Lorenzo, con destino a la Iglesia San Benito.
En otro pasaje de su declaración, el hombre recordó que Lorenzo siempre buscaba ofrecerle todo tipo de regalos a cambio de su “amistad”. Incluso llegaba a decirle que él podía ayudar a quienes “estaban bien con él. Tenía fotos con Duhalde, con Menem, con muchos políticos. Él siempre decía que podía acceder a lo que quería. Siempre decía que no cualquiera estaba en ese círculo tan cercano con él”.
A su vez dijo que con Lorenzo conoció el whisky (“me invitaba a cenar y me llevaba a bares”), siempre buscando entrar en la máxima confianza para luego ir a la casa parroquial y continuar con los abusos.
El hombre detalló cómo solía vestir el cura en los momentos de los abusos, una descripción que coincide con la dada por denunciantes del mismo Lorenzo pero de otras épocas. Y también coincidió en el relato de cómo se dio el final del vínculo, con un Lorenzo insistente para hablar y llegar a determinados acuerdos ante la decisión del joven de cortar esa relación que a esa altura le resultaba insoportable.
“La declaración prestada hoy en la Fiscalía suma otro damnificado que pudo dar detalle de maniobras abusivas que repiten el modus operandi padecido por las víctimas precedentes”, expresó a este medio el abogado querellante, Juan Pablo Gallego.
En la conferencia de prensa de este martes a las 14 en las puertas de Fiscalía de La Plata la Red de Sobrevivientes de Abuso Eclesiástico ampliará los detalles de este nuevo testimonio, ya volcado al expediente que investiga los abusos agravados y la corrupción de menores por parte de Lorenzo.