Según los organizadores, medio millón de personas se movilizaron este viernes en Madrid como respuesta frente a la cumbre del clima.
Colectivos ecologistas, contra el extractivismo minero, por el Mar menor, contra la contaminación de los mares, por la desaparición de especies y contra el cambio climático, grupos feministas, plataformas de inmigrantes, junto a miles y miles de jóvenes, estudiantes, sindicatos, partidos políticos y familias con hijos pequeños, en un clima bastante festivo. Cientos de miles dieron forma a una verdadera marea humana contra el cambio climático.
“Un grado, dos grados, adiós al ser humano” cantaban desde Extinction Rebellion, mientras que desde la plataforma Fridays for future hacían la exigencia de “justicia climática”.
“No tenemos un planeta B”, decían miles de jóvenes, y se trata “de nuestro futuro”.
Muy presente también estuvo la lucha del pueblo de Chile. La cumbre del clima se había planificado para realizarse en ese país, pero Piñera decidió suspenderla debido al clima de gran protesta social y represión, de la que es responsable. El gobierno del PSOE se ofreció entonces para recibir a la COP25 y numerosas empresas salieron a respaldarlo. Por eso, muchos manifestantes cantaban canciones en solidaridad con el pueblo chileno y contra la represión.
El actor Javier Bardem cerraba el acto haciendo un llamado a la movilización contra la emergencia climática y haciendo referencia a que queda poco tiempo para actuar.
Pero el momento más esperado llegó cuando tomó la palarba Greta Thunberg. "La esperanza no está entre los muros del COP25, sino aquí fuera. Vosotros sois la esperanza" dijo la activista sueca al cerrar la multitudinaria manifestación y llamó "traidores" a los políticos presentes en la Cumbre. “El cambio está llegando, les guste o no” [a los líderes mundiales]. La activista llegó por la mañana a Madrid desde Lisboa, después de viajar 20 días en catamarán a través del océano Atlántico.
También muchos colectivos y pancartas apuntaban contra las empresas como Endesa, que auspiciaron oficialmente la cumbre en una operación de “greenwashing”, mientras se trata de las multinacionales más contaminantes del planeta.
Desde algunos sectores, se promovió la formación de un bloque anticapitalista, para plantear que, si “el capitalismo destruye el planeta”, habrá que “destruir al capitalismo”.
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