El poderoso sindicato cordobés Luz y Fuerza eligió autoridades en el día de ayer. El oficialismo de Gabriel Suárez se impuso con el 43% de los votos (722 votos) sobre la oposición de la lista Azul y Blanca encabezada por Tomas Di Tofino que sacó el 35% (590 votos). Más atrás quedó la lista Naranja encabezada por Héctor Tosco que obtuvo el 21%.
Los sectores combativos que estuvieron al frente de resistir los ataques del gobierno de Schiaretti, con la base de Villa Revol a la cabeza y que estuvieron expresados en la Lista Azul y Blanca, ganaron en las concentraciones de la capital. Suárez, en cambio, hizo la diferencia en la zona de Sierras Chicas Ambas listas de oposición tuvieron una buena perfomance entre los trabajadores que no han ingresado últimamente a la empresa. Evidentemente el gobierno provincial lo prefiere a Gabriel Suárez al frente del sindicato.
El resultado apretado entre las dos primeras listas es la expresión de la disconformidad de las bases que concurrió masivamente a votar (votó el 84% de los afiliados).
Suárez seguirá al frente del sindicato durante los próximos cuatro años, período que coincide con el que continuará al frente de la gobernación el reelegido gobernador Schiaretti y con el que se abre en la nación de la mano de Alberto Fernández. Un contraste llamó la atención: mientras Suárez, en su discurso de triunfo, mostró como carta ganadora el apoyo de Alberto Fernández a EPEC, buscando enfrentar el ataque de Schiaretti con una alianza por arriba, el activismo aglutinado en las listas de oposición, esencialmente en la Azul y Blanca, mostró que una salida combativa, con sectores antiburocráticos, pueden ser la reserva necesaria para frenar el desguace de la EPEC (Empresa Provincial de Energía Córdoba).
¿Cómo se explica el crecimiento de la oposición?
En los últimos dos años, Suárez mantuvo un equilibrio negándose al cambio de convenio por la presión de las bases pero dejando pasar los avances en la privatización. De este modo, Luz y Fuerza Capital no aceptó reformar el convenio, a diferencia de Río Cuarto y Regional (Villa María) pero, la avanzada privatizadora que se expresó en: cierres de sectores y crecimiento de la tercerización, desaparición de la guardia sustituida por un servicio privatizado, cierre de la cajas, compra de medidores inteligentes (un nuevo negociado de 400 millones de pesos) desaparición de los "toma estados", perdida salarial y aumento en los niveles de precarización de las y los trabajadores, fueron las bases de la disconformidad junto con los cuestionamientos al oficialismo por no desarrollar un plan de lucha a la altura de los ataques del gobernador Schiaretti.
VER: El ataque a Luz y Fuerza: crónica de una derechización anunciada
La fortaleza del sindicato se sostiene no sólo en la histórica tradición de lucha sino en quienes luchan cada día, constituyendo una fuerte vanguardia que se organizó para pelear con iniciativas propias, forzando a la conducción a dar peleas que no quería dar.
Para lo que viene, con un estado provincial con un gran nivel de endeudamiento que buscará en la EPEC y el convenio de Luz y Fuerza una fuente de financiamiento, más que confianza en Alberto Fernández y en la negociación, el camino es consolidar una oposición anti burocrática y combativa, que mantenga la independencia política de todos los gobiernos para imponer un plan de lucha para frenar los ataques y recuperar el terreno perdido en derechos laborales y avances privatizadores. Estas elecciones fueron sólo una expresión más de que esa posibilidad está a la orden del día. |