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La Izquierda Diario
9 de diciembre de 2019 Twitter Faceboock

Estados Unidos
El juicio de Impeachment contra Trump entra a una nueva fase
Jimena Vergara | @JimenaVeO

Esta semana demócratas y republicanos se enfrentan ante el Comité Judicial de la Cámara de Representantes en un nuevo capítulo del juicio de Impeachment contra Trump que mantiene al establishment estadounidense en vilo.

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Esta semana el juicio de Impeachment (destitución) contra el presidente Donald Trump entra en una nueva fase. El Comité Judicial de la Cámara de Representantes determinará si los hechos por los cuales está acusado el presidente justifican el juicio político y eventual destitución de acuerdo a la Constitución estadounidense.

Es viable legalmente el juicio de impeachment?

Este lunes los abogados Barry Berke por el lado demócrata y Steve Castor por el lado republicano, presentaran los argumentos de apertura en una audiencia pública. En semanas previas, el juicio se centró en el Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes cuyas conclusiones serán vertidas en esta misma segunda instancia. Donald Trump está acusado de presionar al presidente de Ucrania Volodímir Zelenski para realizar investigaciones que lo favorecen políticamente. Concretamente, el Comité de Inteligencia determinó que es incontrovertible que Trump le pidió explícitamente a Zelenski que investigara al hijo de Joe Biden, uno de los posibles presidenciables Demócratas, entre otras conductas “inapropiadas”. Los democratas acusan a Trump de abuso de poder, soborno y traición en tanto pidió a un poder extranjero intervenir en la política interna estadounidense para fines propios. Le toca al Comité Judicial determinar si esto configura un juicio de impeachment.

De la Cámara de representantes al Senado, el Impeachment no pasará

Donald Trump ha declarado que no hubo ningún comportamiento inapropiado en sus interacciones con el gobierno ucraniano. El Partido Republicano ha tomado diligentemente la defensa del presidente. La plana mayor republicana pasó de negar los hechos que se le imputan al presidente a, una vez admitidos, desestimarlos como causas que justifiquen el impeachment. El republicano Mark Meadows, representante por Carolina del Norte, dijo a CNN que el objetivo de los demócratas es “hacer un juicio político tendencioso por intereses partidistas contra el presidente de Estados Unidos”.

Por su parte, la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, dijo que el Comité Judicial “procederá a redactar artículos de destitución contra el presidente Trump” y que la evidencia recabada por el Comité de Inteligencia es suficiente para el impeachment.

Sólo dos presidentes en la historia - Andrew Johnson y Bill Clinton - han sido sometidos a un proceso de impeachment; ninguno de ellos fue condenado por el Senado. Richard Nixon, acusado por el escándalo Watergate, renunció antes de que la Cámara pudiera votar sobre su impugnación.

De ser aprobados los artículos del Impeachment por el Comité Judicial, es posible que la Cámara de Representantes, de mayoría demócrata, los someta a votación a finales de este mes. El límite que tiene el Partido Demócrata para hacer realidad el impeachment es que, aunque la cámara de representantes votara a favor, la decisión final está en manos del senado, que es la cámara que juzga.

Para condenar a Trump se necesita una mayoría de dos tercios del Senado. Los políticos de ambos partidos creen que es poco probable que eso ocurra, ya que el senado tiene mayoría republicana. En otras palabras, nadie cree que el impeachment sea posible.

El impeachment en el contexto de la elección presidencial

Ambos bandos están utilizando el juicio de impeachment electoralmente. Nancy Pelosi se anotó un triunfo táctico al hacer que el Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes inicie el proceso en audiencias públicas donde quedó expuesto como una verdad incontrovertible que Trump estaba en negociaciones con Ucrania para investigar a Joe Biden.

Por su parte, los demócratas tampoco salieron bien parados porque en el curso de la investigación, trascendió que el hijo de Joe Biden está involucrado en negocios fraudulentos con Ucrania, acusación a la que Biden no respondió de manera satisfactoria. Por otra parte, según varias encuestas, el juicio de Impeachment no ha modificado prácticamente en nada la percepción sobre Donald Trump ni ha mermado su base electoral. Son otros factores los que parecen estar actuando en el retroceso electoral del trumpismo en algunos estados. En Kentucky, un estado donde los republicanos ganaron las últimas cuatro elecciones, el candidato de Trump fue derrotado por el demócrata Andy Beshear. Este basó su campaña con un discurso de salud universal para todos y otras medidas sentidas por las masas en Estados Unidos.

Los servicios de inteligencia y la “casta política”

El impeachment es cada vez más claramente un del circo electoral sordo a las masas y las verdaderas preocupaciones de la población (según las encuestas nadie está especialmente preocupado por el affair con Ucrania). problema más de fondo que encierra el juicio es el enfrentamiento entre un sector de los servicios de inteligencia estadounidense y el presidente.

El proceso no podría haber sido posible sin la presión de un sector el aparato del Estado que desde el Rusiagate a la fecha está enfrentado con el presidente. La denuncia que precipitó el inicio del juicio vino de un Whistleblower (literalmente soplón) del gabinete de Trump, que alertó sobre las presiones a Zelenski. Las desgrabaciones de las conversaciones entre ambos presidentes eran tan alevosas que Pelosi, que estaba determinada a evitar la apertura del impeachment, tuvo que ceder y permitir que su partido inicie las investigaciones.

Recientemente, los organismos de inteligencia volvieron al centro de la agenda pública. La CIA por la publicación de dibujos de un preso político en Guantánamo que describe en detalle las torturas cometidas por soldados estadounidenses contra prisioneros políticos post 11 de septiembre. El llamado programa de “interrogación mejorada” fue impulsado por la CIA durante la era Bush bajo la coordinación de Gina Haspel, actual directora de la CIA.

En su momento, la nominación de Haspel género rispidez entre sectores del aparato de inteligencia y con el Partido Demócrata quien se opone a su nominación.
En cuanto al FBI, este lunes se publicó un informe sobre la investigación de Rusiagate que los demócratas usaron como principal arma para tratar de desgastar a Trump y este último calificó en reiteradas oportunidades de “caza de brujas”. El reporte, firmado por el Inspector General del Departamento de Justicia Michael Horowitz concluye que la investigación llevada adelante por el FBI no tuvo motivaciones políticas pero realiza una serie de críticas procedimentales que no son menores.

Como era de esperarse cada facción tomó lo que le conviene. El Washington Post, uno de los fieles voceros del establishment norteamericano publicó el mismo lunes una editorial firmada por James Comey, ex director del FBI desplazado por Trump. Comey, de buenos lazos con los demócratas, anuncia con bombos y platillos que “La verdad finalmente salió a la luz. El FBI cumplió su misión” mientras critica a los republicanos que defienden al presidente. En defensa de Trump salió el Fiscal General William Barr que interpretó que la agencia “lanzó una intrusiva investigación de una campaña presidencial basada en la más mínima sospecha”. Barr ya había realizado una interpretación polémica del informe del Fiscal Especial Mueller.

El impeachment es el principal tema en agenda en los medios estadounidenses y ocupa una buena porción del tiempo y los recursos del congreso. En paralelo, las encuestas que se realizan de cara a las presidenciales de 2020 muestran que el electorado tiene otras preocupaciones en mente. Hay una distancia cada vez mayor entre representantes y representados, que fue uno de los motores de la victoria de Trump en 2016 y ahora impulsa las candidaturas de Sanders y Warren, ambos demócratas, que se presentan como candidatos anti establishment y contra las corporaciones.

El enfrentamiento abierto entre Trump y los aparatos de inteligencia es uno de los síntomas más claros de la crisis del establishment político estadounidense. Las tensiones internas en ambos partidos son expresión de las divisiones de la burguesía imperialista, que es incapaz de presentar un proyecto hegemónico. Así se explica que los principales candidatos para el año que viene sean Trump por un lado, con su discurso xenófobo, racista y machista; y Sanders por el otro, que presenta un programa reformista pero radical para los estándares del país del norte.

 
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