Foto: Frank Zappa nació el 21 de diciembre de 1940
Frank Zappa nació el 21 de diciembre de 1940. Cambió las reglas de la música y a través de su filosofía de vida y pensamiento, luchó contra el imperio del sentido común norteamericano.
Este 21 de diciembre, el brillante Frank Zappa hubiese cumplido 82 años. Nació en 1940, en Baltimore, Maryland, Estados Unidos. Si el maldito cáncer de próstata, allá por el 1993, no hubiese escrito su capítulo final, hoy podríamos seguir disfrutando de un músico que puso todo patas para arriba.
¿Qué elementos conforman una mente brillante? Es un interrogante que puede llegar a incurrir en un debate interminable con infinidad de apreciaciones. Es un gran desafío ponerse a develar esos misterios y sobre todo hablar de una personalidad con tales características. Así que, a riesgo de quedar en off side, vamos a intentarlo…una vez más.
Zappa cambió las reglas de la música y a través de su filosofía vida y pensamiento, luchó contra el imperio del sentido común norteamericano. Nada de eso le salió barato, pero desde siempre asumió las consecuencias y esa independencia fue la que dio los frutos de una obra que nunca reparó en lo políticamente correcto. Letras repletas de conceptos escatológicos y humor, subvirtieron el orden de lo establecido en el ciudadano medio. Sexualidad, enfermedades y la constante parodia de pensar todo como viene dado, son algunos de los elementos a los que recurrió para no dejar de llamar las cosas por su nombre.
La ilusión de libertad continuará mientras sea rentable dicha ilusión. Cuando sea muy cara de mantener, bajarán el escenario, cerrarán las cortinas y sacarán las sillas, y podrás ver el agujero en la pared del teatro”, es una de las tantas cosas que dijo el desafiante Zappa, casi como poniéndole punto final al cuento de la american way of life. Algo que sin dudas podría seguir pensándose hoy y no sonar anacrónico. La virtud de Zappa, además de ser musical, siempre se caracterizó en su manera de pensar. Se hizo de varios enemigos por meterse con lo más preciado de la modernidad: la industria y la esperanza. Y la música fue su vehículo para todo este rollo.
Todo empezó desde muy chico. Atraído por los ritmos, primero quiso ser baterista. Llegó a tocar en una banda de estudiantes pero lo terminaron echando porque tocaba mucho los platos y muy fuerte. Luego vino lo que lo dispararía todo, la fuente de su creatividad: Edgar Varese. En una revista llamada Look leyó un artículo que hablaba de una disquería que vendía de todo y que allí se había llegado a vender un disco llamado Ionisation. El autor de la nota no habló muy bien de ese álbum y eso le llamó la atención a Zappa. “En este álbum no hay nada más que batería, es disonante y horrible, la peor música del mundo”. Esto es lo mío, pensó el autor de Hot Rats y se puso en campaña para conseguirlo. Anduvo pululando por varios lugares, hasta que dio con un lugar cercano en su ciudad y logró hacerse – regateó el precio y todo – del disco.
Según cuenta en su biografía La verdadera historia de Frank Zappa, escrita en coautoría con Peter Occhiogrosso – libro bíblico para cualquier fan suyo - cuando llegó a su casa le sacó el tocadiscos a su mamá, puso a Ionisation a todo volumen y los humores de su madre no fueron los mejores. “Mi madre es una buena mujer católica a la que le gusta ver partidos de roller derby. Cuando escuchó lo que salía de aquel pequeño altavoz (sirenas, tambores, el rugido de un león y todo tipo de sonidos extraños) situado debajo del tocadiscos, pensó que yo estaba mal de la cabeza”, cuenta en un pasaje del libro. Luego de aquel episodio de su infancia las cosas cambiaron para siempre en su vida. Varese, entre otros, se convirtió en su mayor influencia. Tal es así, es capítulo conocido, que en una de sus cumpleaños cuando su mamá le preguntó qué quería que le regale, él le contestó que una llamada de larga distancia para llamar al mismísimo compositor francés, al que el propio Zappa describió como “científico loco”.
La vanguardia es así
Alguna vez Zappa dijo que si alguno de sus hijos le preguntaba cómo se ganaba la vida, su respuesta sería: me dedico a la composición. Lo cual es una respuesta acertada porque, más que guitarrista o ejecutante de instrumentos, fue compositor. Un compositor obsesivo que a veces podía llegar hasta 16 horas pegado a la mesa dibujando puntos y barras. “Ser capaz de escribir una pieza de música y oírla en la cabeza es una sensación completamente distinta de la experiencia auditiva normal”.
El creador de The mothers of invention se despidió de todos nosotros, pero antes dejó una obra que aún hoy sigue sin escucharse por completo. Sus discos en cantidad, entre material en vivo, discos de estudio y recopilaciones, superan los 80. Prueba de su talento es esta joyita que está en un pasaje de su ópera rock Joe’s Garage: “La información no es conocimiento. Conocimiento no es sabiduría. La sabiduría no es la verdad. La verdad no es la belleza. La belleza no es amor. El amor no es música. La música…la música es lo mejor”.
Festejemos a Zappa de la mejor manera: háganlo sonar en cualquiera de sus reproductores. Hay mucho por escuchar.
Artículo originalmente publicado en diciembre de 2019