Aunque no fue la primera animación hecha de alguno de los famosos cuadros del pintor neerlandés, el éxito de Loving Vincent, la película enteramente realizada a partir de sus cuadros (cada fotograma es un cuadro, y suman unos 65.000), recrear sus cuadros en los más variados métodos –animándolos a mano, con stop motion, pintándolos sobre aceite, o con “pinceles” para una experiencia inmersiva…– se ha hecho moda. Aquí algunos de los ejemplos.
“Noche estrellada” recreada “sobre agua”. En realidad, un aceite líquido sobre el que se trabajan los pigmentos y cuyo resultado se traslada luego a papel. Del artista turco Garip Ay.
El mismo cuadro en VR –aunque el desplazamiento nos lleva a otros clásicos–, de VR Motion Magic.
El “Café nocturno” animado con un software para realidad virtual, de Mac Cauley.
Luca Agnani, especialista en mapping, anima 13 de sus pinturas con precisión.