Vanesa Guajardo
| Profesora de Historia. Docente de la Facultad de Filosofía y Letras UNCuyo
La anunciada ola de calor con temperaturas que rondan los 40° de sensación térmica saca a la luz las pésimas condiciones en las que se encuentran cientos de escuelas: ventiladores rotos, establecimientos sin agua o con baños rotos, falta de ventilación, ausencia de cortinas. Estudiantes y docentes con jornadas agobiantes.
“Está insoportable”, “no se aguanta”, son los comentarios que se escuchan en todas las escuelas de Mendoza. El pedido del SUTE (Sindicato Unico de Trabajadores de la Educación) es de suspender las clases por la ola de calor ya que las escuelas no están en condiciones para afrontarla y se expone la salud de miles de trabajadores de la educación y alumnos a estas temperaturas. Pero las autoridades de la DGE desde sus oficinas con aire acondicionado y agua fresca deciden que no es necesario suspender las clases y se debe cumplir con el calendario de los 180 días de clases. En esta sintonía son las declaraciones hechas por la delegada regional de la DGE en el Valle de Uco, Silvia Cornejo, "no podemos estar suspendiendo las clases por estas cuestiones. El mismo calor vamos a tener en las casas, el mismo calor vamos a tener en las calles o en cualquier lado. Es decir, no creo que varié la situación porque suspendamos las clases. Por lo que, por el momento se descarta la posibilidad de suspensión de clases” dice para el medio “8 digital” de la zona.
¿Qué pasa en las escuelas?
La realidad en las escuelas es otra. Es muy complicado dar clases y para los chicos en estas condiciones poder prestar atención y concentrarse. Las y los docentes se las ingenian y llevan su ventilador desde sus casas o dan sus clases en el patio bajo una sombra, botellitas de hielo para ir recargando, pero las condiciones de las instalaciones e infraestructura en las escuelas no acompañan. La poca ventilación en las aulas sin cortinas o ventilador, dar clases en un conteiner al cual le da el sol todo el día, aulas sobrepobladas; escuelas sin agua, con los baños rotos o con olor a aguas servidas. Es esta una postal que se repite en las escuelas provinciales y la DGE sigue diciendo que “no cree que sea necesario suspender las clases” mientras sugiere varios tips para no sufrir un golpe de calor.
Entre las y los docentes, grupos de whatsapp de las escuelas hay varios comentarios sobre alumnos con dolores de cabeza, fatigados, sangrados de nariz, en algunos casos muchos se volvieron a sus casas porque en la escuela “no se puede estar del calor”. Llegan más notificaciones a los grupos: sin agua en Alvear y Lavalle, estudiantes descompuestos de Maipú y Las Heras. La situación es insostenible en toda la provincia. Tania, profesora de matemáticas, nos dice que colocaron un ventilador industrial en el aula el cual hace demasiado ruido y tiene que estar gritando toda la clase para que la puedan escuchar. Cecilia, profesora de física, comentaba que tiene un aula demasiado chica para muchos alumnos y para pasar por los bancos explicando no hay lugar, cosa muy peligrosa si llega a producirse un sismo, con indignación agrega “en estas condiciones están estudiando los chicos”.
En la escuela “Manuel Belgrano” de Godoy Cruz docentes y estudiantes directamente se instalaron todos en el patio.
La deuda es con la educación
El Gobernador, Suárez, ataca el salario de las y los miles de trabajadores y trabajadoras de la educación llamando a paritaria este 12 de marzo después del comienzo de clases, adelantando su intención de eliminar la cláusula gatillo y, a principio de mes, con liquidaciones mal hechas. Pero también sigue el camino marcado por el ex Gobernador, Cornejo, al desviar el presupuesto de inversión en educación para pagar la deuda provincial. Según el Centro de Investigaciones de Economía Crítica hay un ajuste sostenido en la inversión educativa de 4, 9% desde el 2013 al 2019, el dinero se va a pagar un deuda contraída por la provincia y votada por los legisladores del PJ y UCR-Cambiemos. Suárez quiere pagar esa deuda ajustando el presupuesto educativo, el salario de estatales y desfinanciando la salud pública.
No hay brecha entre el gobierno de Fernández y Suárez, entre PJ y UCR, todos deciden que la plata vaya a parar a una deuda ilegítima e impagable y no para que cientos de pibes y pibas puedan acceder a escuelas en condiciones dignas, ni para que miles de docentes puedan pasar la línea de pobreza. La deuda es con la educación, no con los especuladores ni el FMI.