A días de comenzar las clases, el incansable reclamo de las y los estudiantes del "Deán Funes" por las condiciones edilicias de su colegio se hizo escuchar. Resolvieron hacer una sentada en el patio pidiendo que se les reintegraran los ventiladores. En un marzo que ha tenido picos de alta temperatura, el calor se hace inaguantable en las aulas.
“Qué calor, qué calor…oeo, qué calor que tengo yo…si no hay ventilador, no hay educación” cantaban les estudiantes.
Finalmente lograron que se les permita ingresar utilizando vestimenta por fuera del uniforme escolar para poder soportar el calor. Los directivos se comprometieron a reponer los ventiladores el día sábado, posterior a eso el estudiantado permanecerá atento, y de ser necesario, continuarán con medidas.
Un espejo en el que se refleja la realidad de todas las escuelas
Éste no es un caso aislado, a fines del año pasado, en esta misma ciudad, estudiantes del "Leopoldo Lugones" (IPET 248) denunciaban el degradamiento de las condiciones edilicias que ponían en riesgo sus vidas y la de las y los docentes, algo a lo que tampoco se ha dado respuesta todavía.
¿Cuántos Deán Funes y Leopoldo Lugones más?
La realidad es que estos casos se repiten por decenas en toda la ciudad, ni el Ministerio de Educación ni el Gobierno ponen en agenda soluciones a los problemas edilicios de los colegios. las y los estudiantes ya están cansados de cursar en condiciones precarias, con techos que gotean, con cableado eléctrico riesgoso, sin ventiladores ni aires acondicionados para paliar el sofocante calor, ni calefactores para el invierno.
La desidia con la educación la pagan docentes y estudiantes, que son quienes saben cómo están los colegios y que defienden la educación pública y de calidad como ahora mismo lo hacen en el “Deanfu”. |