El día de ayer se dio a conocer públicamente que el centro comercial Annuar Shopping, ubicado en el centro de la capital de Jujuy, cerrará sus puertas entre el 19 y 24 de marzo a causa de la pandemia de coronavirus. En el documento aseguraron tomar esta medida debido a la situación de emergencia en la que se encuentra la provincia a causa de la pandemia y acatando los anuncios del gobierno provincial.
También a tono con el gobierno provincial las autoridades del shopping no dicen nada sobre ¿qué va a pasar con las y los trabajadores? ¿cuáles son las medidas de resguardo sanitario y económicas que tomarán para que no se afecte la salud o la situación laboral de las decenas de trabajadoras y trabajadores que diariamente atienden los más de veinte locales comerciales, limpian y realizan tareas administrativas?
Y mientras lo que primaba era el pánico alimentado por las medidas autoritarias que culpan a “la gente” de la posible propagación del virus, dejando el campo abierto a la incertidumbre, antes de conocerse las medidas se viralizó un (escandaloso) audio de una de las gerentes del lugar, en el que mientras les decía a las y los trabajadores que tenían que ir a trabajar aunque no estaban garantizadas todas las condiciones ni los elementos necesarios para la prevención, afirmaba que “quienes opinen que corre riesgo su salud, no hay problema, pueden renunciar...presenten el telegrama”, mostrando un verdadero desprecio por la vida de las y los trabajadores. A las horas, cuando se publicó el cierre del shopping, ni ella ni nadie les dijo si se va a garantizar el cobro integro de esos los días que no trabajaran, los premios y el presentismo, más incertidumbre e inseguridad.
La precarización laboral ocurre hasta en pleno centro
Actualmente en el shopping hay más de veinte negocios. La mayoría de las y los trabajadores son empleados de comercio, pero no todos trabajan en blanco. Algunos, como es común los comercios, trabajan más horas de las que les pagan, realizando tareas de venta, caja, stock, vidriera, reposición de mercadería y tarjetería… en el mejor de los casos hay dos personas por turno. Si te mantienen “a prueba” generalmente es a través de un contrato de 3 meses donde cubrís todos esos rubros al precio de uno, o sea sólo un sueldo. Tan sólo como un ejemplo, para pensar las condiciones de higiene, ante la magnitud que viene cobrando la pandemia, ningún local cuenta con baño propio, es decir que en muchos casos las y los trabajadores pasan 6 horas sin poder ir al baño.
“A algunas chicas hace unos días le dieron licencia porque están a cargo de sus hijos pero ninguna quizo tomarla por que tienen miedo de perder el presentismo” nos comentaban, de manera anónima, desde ya nadie quiere arriesgar su trabajo.
También están las y los trabajadores del rubro de la alimentación, donde en tan sólo dos días desde las primeras medidas, hubieron 8 despidos. Trabajan al ritmo de los locales de comida rápida, sin descanso, en muchos casos quedándose hasta la madrugada para descargar los insumos, sin que estas horas extras sean remuneradas mientras sus cuerpos quedan rotos por el peso de las mercaderías que suben al último piso, sin contar con arneses ni ropa adecuada.
La precarización laboral ocurre hasta en pleno centro, y en el shopping, por último, también hay un sector de trabajadores muy jóvenes a quienes se mantiene “invisibilizados”, los trabajadores de mantenimiento y limpieza, que están tercerizados a quienes no les pagan mas de 50 pesos la hora y muchas veces con turnos y lugares rotativos, primeros en llegar y últimos en irse, sobre ellos una empleada decía “ Una vez fui a cargar agua para el mate y me encontré un pibe de limpieza dormido, me dijo que había entrado a las 6 am y salía a las 16:30”. Otro dato es que no tienen derecho al almuerzo y cena durante la jornada.
No podemos permitir que gerentes, empresas o dueños se aprovechen de la pandemia para ponernos entre la espada y la pared, diciendo que preocuparnos por nuestra vida nos puede llevar al desempleo.
Nuestra vida está primero, el Estado tiene que brindar licencias garantizando al 100% el sueldo para les que tengan síntomas y a quienes falten por el cuidado de sus hijes; de la mano de esta medida es preciso que se prohiban los despidos. En el comercio te dicen “no trabajas, no cobras”, por eso hay que exigir un plan universal de ayuda financiera para desempleades, monotributistas, trabajadores no registrades, financiado en base al NO pago de la deuda e impuestos progresivos a las grandes fortunas.
Que distinto sería si las y los trabajadores más precarios pudiéramos organizarnos, conformar comisiones de salud e higiene, y luchar por conquistar todas estas medidas e incluso terminar con la trabajo precario. Es hora de empezar a pensarlo, porque es momento de prepararnos para dar grandes respuestas a estos problemas que encuentran a los patrones/dueños y al Estado del otro lado de la vereda, poniendo la responsabilidad de esta crisis sobre nuestros hombros, mientras las políticas están hechas a medida de mantener sus ganancias.
Desde la Juventud del PTS en el Frente de Izquierda, sostenemos que para hacerle frente a esta situación hay que invertir las prioridades: primero la salud y la vida de las y los trabajadores, no la ganancia de especuladores y empresarios. Ponemos a disposición también este diario para acompañar todas las medidas y denuncias de quienes afrontamos la pandemia arriesgando nuestras vidas. |