"Amigo, echaron a casi todo el turno noche, hoy vamos a abrir siendo tres" este mensaje me mandó mi compañera de laburo contándome que habían despedido a siete compañeros, todos laburantes que estaban en negro. Siete compañeros que algunos tienen familias a las que alimentar, otros un alquiler que pagar, medicamentos en medio de esta crisis sanitaria. Nos tiran a la calle en medio de esta crisis, sabiendo que no vamos a conseguir laburo en otro lado.
Casi todos nosotros somos pibes y pibas de entre 20 y 30 años. Para las patronales no somos más que una variable de ajuste, no les interesa si tenemos cuentas que pagar, familiares enfermos o si tenemos que estar todo el mes comiendo arroz y fideos.
Laburamos turnos maratónicos, de hasta 14 horas de corrido. Viajamos desde todas partes del conurbano hasta los barrios gastronómicos de la ciudad, de Luis Guillón a Palermo o de González Catán a Belgrano, horas arriba del transporte público como si fuéramos ganado. Laburamos mil horas, ganamos menos de veinte lucas, pasamos poco tiempo con nuestras familias y amigos, pero todo sea con tal de pagar el alquiler, ponele.
Para los que laburamos en gastronomía es común ver caras nuevas todas las semanas, ya sea en restaurantes, bares, McDonnalds u otras casas de comida rápida. Hay rotación de trabajadorxs, saben que pueden despedir y volver a constratar porque trabajamos en condiciones precarias y la mayoría lo hace en negro.
Los despidos estan pasando a pesar de que el gobierno anunciara subsidios en las contribuciones patronales, osea mas plata para las mismas patronales que mantienen, no sin complicidad estatal y sindical, una gran cantidad de trabajadores en negro.
En lugar de subsidiar a estas patronales miserables ¿No debería el estado en una situaciòn como esta prohibir los despidos para defender a los laburantes como mis siete compañeros? ¿No deberia subsidiar a los trabajadores no registrados, a los monotributistas que hacen cuarentena que si no laburan no cobran? No es ninguna cosa muy tirada de los pelos, en este momento se destina por día al pago de la deuda el doble de lo que se destina a la salud pública. La prioridad no pueden ser el FMI y los buitres, tenemos que ser nosotros. Necesitamos dejar de pagar la deuda, dejar de subsidiar a las iglesias y poner las necesidades del pueblo laburante por delante.
La gente que dirige nuestro sindicato (UTHGRA), en lugar de pelear por nuestras condiciones laborales se pone del lado de las patronales guardando silencio. Una conducción amiga del Gobierno Nacional, históricamente destacada por su compromiso con sostener y profundizar la precarización laboral.
Es responsabilidad absoluta de estos burócratas cualquier puesto de trabajo que se pierda en el rubro durante esta crisis. Los gastronómicos tenemos que pelear por que el gobierno prohíba los despidos, que ni nosotros, ni ninguno de nuestros compañeros se quede en la calle en medio de esta emergencia sanitaria y por que se blanqueen todos los puestos de trabajo. Si la conducción sindical no está a la altura, tenemos que organizarnos nosotros mismos en cada bar y restaurante, coordinando entre los diferentes establecimientos y tomar las riendas, es nuestra salud la que está en juego.
Pero la comida del Delivery no te llega solo con despidos. Después de que Alberto Fernandez anunció la cuarentena obligatoria, la patronal mandó un mensajito muy lindo diciendo que tenemos que ir a laburar igual. Asi, a secas. No cuentan que va a ser con menos de la mitad del personal, los que quedamos. Tampoco explican en que condiciones vamos a trabajar. Solo dicen que va a ser a puertas cerradas atendiendo pedidos de aplicaciones. Y claro, nos aclaran que ellos no van a ir al trabajo, que él que tiene llave del turno mañana abra. Desde sus casas, aislados y protegidos, nos mandan a nosotros a trabajar sin ningun tipo de elementos de seguridad o de higiene.
La cuarentena no aplica para nosotros, que somos los que cocinamos los almuerzos y las cenas, tampoco para los pibes de Rappi, Glovo y Pedidos Ya que son quienes los transportan hasta las casas.
Si nuestro trabajo se para, si las cajeras del supermercado no van a su laburo, la población que está en cuarentena no podria comer mas. Nuestro trabajo cumple un rol social importantísimo para la población, muy distinto que el de nuestra patronal que si no se hace presente en el restaurante, todo sigue igual.
El problema es que sindicatos, patronales y gobiernos nos empujan a laburar en estas condiciones desde hace años y en medio de esta crisis sanitaria se vuelve aun peor.
¿Quiénes pueden sacar al país adelante? Los laburantes, porque somos los unicos que no pensamos en funcion de tener grandes fortunas individuales como si hacen los empresarios. Vamos a poner el lomo y queremos decidir entre nosotros de que forma trabajar, con que elementos de higiene como guantes, alcohol en gel, barbijos, de que manera se va a producir para no infectarnos y sobre todo, no contagiar a nadie. Podriamos funcionar asi, con comisiones de seguridad e higiene organizadas entre trabajadores, en gastronomia y los deliverys, pero también en las estaciones de servicio de nafta, en el puerto, en los supermercados. Nuestras condiciones de trabajo no las pueden seguir decidiendo quienes nos precarizan.
En este sentido, un sector de los trabajadores aeronáuticos se vienen organizando en aeroparque con una comisión de seguridad e higiene frente a la gran exposición insalubre que reciben en el aeropuerto.
Incluso es algo que podrian hacer los trabajadores de los hospitales, que frente al caos que estan viviendo, estan laburando muchisimas horas demas y sin todas las condiciones de higiene necesarias. Estan haciendo malabares con los pocos recursos que tienen para atender las necesidades de la población.
Los que se encargan de desfinanciar la salud pública, la educación y de endeudar al país, son responsables de que hoy los hospitales no puedan hacer frente a la crisis, de que falten insumos.
Claro que esto no sería así si la salud no fuera un negocio, si todos los centros de salud privada abriesen sus puertas a toda la comunidad. Estaría bueno, ¿No?
Pero no va a pasar mientras la salud siga en manos de empresarios. Los laburantes somos los únicos que tenemos la fuerza y la voluntad para, en momentos de grandes crisis, plantear grandes soluciones, controlando y organizando la producción, al servicio del pueblo pobre y trabajador.
Es un ejemplo enorme en este sentido lo que están haciendo los trabajadores del laboratorio recuperado Farmacoop, que comenzaron a fabricar alcohol en gel a gran escala para el sistema sanitario de la provincia de Buenos Aires, poniéndose a disposición del Gobierno Nacional.
En Neuquén, las trabajadoras textiles que funcionan sin patrones están confeccionando barbijos, o en Mendoza con las y los docentes que están fabricando alcohol en gel para las familias trabajadoras de la provincia.
¿Se imaginan si los bares y restaurantes se convirtieran en comedores populares organizados y gestionados por sus propios trabajadores? De esta forma estaríamos aportando a que nadie pase hambre ni tenga que revolver la basura para comer como hacen las 7200 personas que en CABA viven en situación de calle .
Solo nosotros, los que hacemos funcionar la gastronomía todos los días, somos quienes sabemos cómo manejar la producción, controlando los alimentos para poder dar viandas nutritivas a todo quien lo necesite.
De nosotros depende organizarnos para darle una salida a esta crisis: por nuestras condiciones de trabajo, para que no sigan despidiendo gente, para que no desfinancien la salud publica. Para que esta crisis demuestre que un nuevo orden de prioridades en la sociedad no solo es posible, sino que es mas que necesario.
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