Mientras se conocía de la declaratoria de cuarentena total, que rige en el país a partir de las cero horas de ayer y hasta el 4 de abril, la gente se lanzó a los centros de abastecimiento de manera descontrolada. También los médicos y representantes del sector indicaron que no cuentan con capacitación ni con equipos y no saben cómo enfrentar el Covid-19. Es decir, una clara situación de impotencia frente a una crisis que pareciera que en nuestro país aún es inicial. Por ejemplo, trabajadores de la salud del Hospital del Norte de La Paz, del Hospital de Clínicas así como del sindicato de las ramas de salud denunciaron las precarias condiciones de trabajo llegando a advertir con renunciar si es que no les proveen con los materiales y equipos básicos no solo para atender los casos sino también para salvaguardar sus propias vidas.
Hasta hoy se conoce de 27 casos de coronavirus. El ministro de Salud, Aníbal Cruz, señaló que estaríamos ingresando a la fase conocida como “contagio comunitario” lo que significa que puede ser incontrolable. Esto sin duda motivó el Decreto Supremo 4199 que regula la cuarentena total. Áñez argumentó que están tomando “decisiones firmes para salvar la vida de los bolivianos”. Entre sus mensajes también convocó “a unirnos con fe en ayuno y oración”. ¿Qué más se puede esperar de los representantes del movimiento cívico, clerical, empresarial, policial y militar que pusieron a Áñez a la cabeza del Estado?, parece que entre sus medidas sería principalmente por la vía de la “oración, el arrepentimiento y la fe” y la bota militar que apuestan sortear la pandemia.
Las medidas del gabinete de Áñez
A las medidas anteriores que consideraban la emisión de un “bono familia” -para niños en escuela del nivel primario- que significa un monto de bs 500 (algo menos de 72 dólares) se incluye también a los niños que cursan el ciclo inicial. Se mantiene la prohibición del corte de servicios básicos y se agrega la suspensión del corte de internet; también se mantiene la flexibilización en el pago de créditos e impuestos.
Las nuevas determinaciones establecen la restricción de toda circulación tanto de transporte público como privado. Quedan exentos de la misma los medios de transporte que soliciten autorización ante eventuales emergencias y “los medios de transporte para el traslado del personal de los servicios de salud del sector público y privado, Policía Boliviana, Fuerzas Armadas, medios de comunicación y otros que por la naturaleza de servicio estratégico incluido aquellas dedicadas al abastecimiento de artículos de primera necesidad, farmacéuticos y que brindan atención y cuidado a la población vulnerable deban desarrollar actividades” (art.4, numeral I del Decreto 4199). Tampoco se detiene el transporte de mercadería interdepartamental.
Los mercados seguirán funcionando en las mañanas, así como tiendas y supermercados para quiénes se permitirá circular en el horario de 6:00 a 13:00. Para que la población pueda abastecerse de alimentos la circulación solo es posible a pie y una persona por familia. Las fábricas y centros de producción seguirán trabajando, sin importar si lo que producen es de carácter esencial o no. Con esta disposición queda en evidencia que lo que el Gobierno de Áñez pretende preservar son las ganancias de los empresarios aunque esto signifique arriesgar a miles de trabajadores y trabajadoras. Las y los trabajadores asalariados y los cientos de miles de trabajadores del llamado sector informal, del campo y de la ciudad, y que principalmente tiene rostro de mujer, no queremos ser carne de cañón.
En las vísperas y luego de las primeras horas de informados sobre este paquete de medidas, surgen varios problemas. En la mañana las mujeres que van a trabajar a sus puestos en los mercados señalan que tienen que pagar tarifas de transporte de hasta 10 bs; se difunden en las redes imágenes de gente que en sectores populares siguen movilizándose en las calles “como si nada pasara” y largas filas de gente que quiere solicitar el permiso de circulación. Esto en un país cuya deriva reaccionaria ha pegado un salto luego del golpe de Estado de noviembre del año pasado, continúa desnudando con brutalidad el racismo y las diferencias de clase.
Foto: #YoCorresponsal
En las redes abundan mensajes maldiciendo a los “ignorantes y vandálicos” de El Alto y Río Seco principalmente porque no acatan la cuarentena, dejando claro que Murillo y todo el gobierno de Áñez no gozan de ninguna legitimidad en las barriadas obreras y populares. Hay que señalar que mientras en las redes sociales prolifera una serie de adjetivos descalificando a la gente de la ciudad de El Alto, no dijeron nada de la fiesta en plena cuarentena del ahora ex viceministro de Obras Públicas o las violaciones a la cuarentena que se producen en los barrios adinerados de La Paz en busca de combustible o centros de abastecimiento.
Hacia el Estado de Sitio y mayor militarización
El Covid-19 pone en evidencia la profunda crisis del sistema de salud pública. Esto lo saben bien todos y principalmente quiénes hoy gestionan el Estado. De ahí que la respuesta gubernamental hace hincapié en la responsabilidad individual y adoptando medidas cada vez más represivas contra la población. ¿Cómo es posible cumplir una cuarentena cuando millones viven de la calle y del día a día?
Hubo un incidente que fue filmado y difundido en redes. Muestra la presencia del ministro de Defensa, Fernando López, en una localidad de Santa Cruz que acompañado de militares intentaba despejar a gente que se encontraba trabajando en la calle. Un señor entre la gente pedía que se apersone Áñez y que les diga a esa gente que vive del día a día cómo van a resolver sus necesidades. Frente a la situación López no tuvo mejor salida que responder, mientras se retiraba, que su reclamo era “político”.
En la misma línea hoy el ministro de Gobierno, Arturo Murillo, en conferencia de prensa señaló que de persistir la resistencia a la cuarentena solicitará la declaratoria de Estado de Sitio y militarización en las zonas donde rompan la cuarentena sin descartar que de ser necesario el estado de sitio pueda ser de carácter nacional. En sus palabras, difundidas hoy por Página Siete:
Pediré a la Presidenta que se militarice zonas, que se declare estado de sitio por zonas, si es posible dictar estado de sitio a nivel nacional lo haremos, es por la vida de los bolivianos
Además advirtió que si no se cumple la cuarentena:
No verán ni a sus muertos (…) esto es vida o muerte y ¿saben qué? Ni siquiera podrán velar a sus muertos, serán secuestrados y quemados, ¿eso queremos? Seamos conscientes.
Con estas declaraciones, el Gobierno de Áñez intenta ocultar su propia responsabilidad en el retraso en adoptar medidas para aislar el virus así como en la ausencia de medidas para impulsar los test masivos para ir mapeando e identificando las zonas de riesgo.
La cuarentena a medias no funciona, hace falta un plan de salud integral
Con 27 casos en el país y a puertas de que se desate una “tormenta epidemiológica” frente al anuncio de que Santa Cruz en las próximas horas ingresaría a la fase 4 de contagio se pone en cuestión qué estrategia necesitamos para salir de la crisis y qué manos deben llevarla adelante.
Solo la cuarentena no es suficiente, como lo pone en evidencia la grave situación de Italia o del Estado Español, o más atrás Francia o el Reino Unido. Es urgente impulsar no solo el aislamiento social como vienen planteando los gobiernos sino que también es urgente impulsar un plan de salud integral que debe comenzar con test masivos para poder determinar las áreas y focos de contagio. Solo con la combinación de diversas medidas es posible aislar al virus y evitar una mortalidad como la que se viene dando en Italia, que ya llega al 7,7% de infectados. Estos datos contrastan de manera radical con lo sucedido en Corea del Sur, que combinó el aislamiento social con test masivos que le permitieron detectar tempranamente la enfermedad y evitar el colapso del sistema de salud, llegando a índices de mortalidad del 0,5%.
En nuestro país por las características de un enorme sector de economía informal, donde cientos de miles se ven obligados a trabajar para ganar el pan del día, la sola cuarentena esta llamada a fracasar al no contemplar y resolver los problemas estructurales del mundo del trabajo en el país. Recordemos que la informalidad se disparó luego del 21060 y la aplicación de los planes neoliberales con normas y disposiciones tendentes a precarizar y terciarizar la fuerza de trabajo, situación que no cambió sino que se agravó en los 14 años de Gobierno del MAS que preservó todas esas disposiciones anti obreras.
Por más que el decreto hable de cuarentena “total” en los hechos es parcial al mantener en funcionamiento las industrias, el transporte de mercancías y los bancos. Por más amenazas de cárcel, estado de sitio y multas, la situación excede a un problema de “falta de conciencia” o “falta de voluntad”. El problema es material y en nuestro país millones viven del día a día. Entonces un bono no es suficiente y mucha gente que vive en condiciones precarias no puede darse el lujo de hacer cuarentena.
La COB y demás organizaciones sindicales deberían exigir de manera inmediata que la cuarentena vaya acompañada de la prohibición de despidos, así como garantizar el 100% del salario de las y los trabajadores que pueden estar en cuarentena. Pero también hay que exigir que se garantice las condiciones de bioseguridad de las y los trabajadores de salud y todo aquel que debe llevar adelante actividades esenciales. Lo mismo para las trabajadoras de los mercados y de todas las personas que por necesidad básica dependan de la venta diaria de sus productos.
Los empresarios y su Gobierno solo están pensando en las ganancias y en la economía de las clases adineradas. Es urgente que las y los trabajadores y estudiantes empecemos a exigir la reconversión industrial y de la producción al servicio de producir todos los insumos necesarios para afrontar la pandemia, desde barbijos, guantes, vestimenta, y todo lo que garantice la bioseguridad de la población, exigiendo la distribución gratuita a las poblaciones de riesgo. Solo las y los trabajadores tomando en nuestras manos la lucha contra la pandemia y contra el egoísmo y sed de ganancias de los empresarios podemos resolver esta situación sin recurrir a la represión y al matonaje estatal.
En lugar de miles de militares y policías en las calles necesitamos miles de trabajadores de la salud realizando test masivos para focalizar y mapear las áreas de riesgo. Única forma para que las condiciones de aislamiento social y de bioseguridad tengan efectividad. Lamentablemente en Bolivia solo se procesan 11 muestras de coronavirus al día (El País, 22/03/2029) y el día de ayer en Cochabamba no se pudo realizar el test a 12 posibles contagiados por falta de reactivos. El virus no se combate con gases lacrimógenos, ni con balas, ni con tribunales, el virus se combate con salud integral, por eso exigimos #TestMasivosYa.
|