María Isabel Martínez
| Dirigente del Colegio de Profesores, Comunal Lo Espejo y militante de Nuestra Clase
Hechos ocurridos el pasado jueves 26 en Arica, en medio de la pandemia, situación de catástrofe nacional y mundial, en la empresa Constructora LEMAT de Arica propiedad del empresario local Luis Maturana, y estando a cargo de la obra Daniel Jara.
En tiempos difíciles es cuando queda a la vista lo más descarnado de la realidad, de una realidad que funciona según las leyes del mercado, aunque para el mundo de los trabajadores más precarizados ya no es algo excepcional, cada vez más la prepotencia patronal, ha vuelto a ser cosa cotidiana, así como en el siglo XIX, hace tiempo ya que volvió a ser como en los tiempos de las salitreras.
Según el decir de una compañera, antes eran balas, hoy es el virus. Los empresarios hoy te exponen al virus, te arrojan al contagio en forma totalmente irresponsable e insensible, cuando obligan a los trabajadores a acudir al trabajo bajo amenazas de diversas índoles, aprovechándose de la necesidad de tener un trabajo.
Lo tremendamente paradójico es que si los trabajadores se atreven sacar la voz el patrón los trata igual como lo hacían en el siglo XIX, con prepotencias y amenazas, aparecen los patrones ofuscados frente al obrero que se atreve a sacar la voz, como fue en el caso de la rebelión de los mineros del salitre reunidos en la Escuela Santa María de Iquique, en 1907. Así mismo sucedió en la semana, con un grupo de obreros de la construcción, que se atrevieron a sacar la voz por su seguridad, en Arica, en la empresa constructora LEMAT, propiedad del empresario local Luis Maturana.
"Aquí la persona que se quiere ir, se va", es la típica frase prepotente que está en la punta de la lengua de los jefes, esa es la forma en que inicia el diálogo el encargado de obras, Daniel Jara, en una constructora de Arica.
Luego mientras uno de los trabajadores intenta explicarle que están preocupados por un par de casos de contagiados con coronavirus en el lugar, motivo por el cual necesitan ir a hacerse un examen al hospital, el patrón solamente insiste prepotentemente con frases como:
El que quiera ir, se va…
Si quiere hace entrega de cargo…
Si quiere se va y se anota la falla, abandono, lo que sea
…
Así Daniel Jara, el encargado de la obra y según Luis Maturana, continúa en forma déspota y prepotente hablándole a los trabajadores con énfasis en que no tendrán la autorización para retirarse a realizar el examen, haciéndoles ver que insistir en ello implica un evidente riesgo de perder el trabajo. Lo hace explícitamente, en un tono déspota y potentemente autoritario, visiblemente enojado por la situación, por tener la obra parada, con expresiones como:
La persona que se va y me traiga una licencia aquí a mañana conserva su lugar de trabajo
Y la que se va y no consiga licencia, perdió y no vuelve
Si quieren trabajar dedíquense a trabajar…
En eso un trabajador nuevamente intenta explicarle, frente a lo cual el señor lo interrumpe violentamente subiendo la voz, imponiéndose por el grito y le insiste con lo mismo sin ni siquiera haberle dejado hablar, le dice:
Tu tenis que ver por ti.
"Si tú te vas, decides por ti, veis si tirai falla, si entregai el cargo, o tuvieras..."
Y continua Daniel Jara, el jefe, insistiendo reiteradamente con amenazas, en forma muy autoritaria, amenazante y prepotente
Ustedes deciden
Ustedes asumen
Y el que se quiera ir, es libre de irse
"En eso nuevamente el trabajador pide ser escuchado, diciéndole "pero escúchame..."
Irónicamente, el jefe nuevamente alza la voz diciéndole
"No me interrumpai"
El trabajador, apelando a su derecho y muy dignamente insiste:
Pero escúcheme. nosotros lo hemos escuchado todo el rato...
Es responsabilidad suya, y no nos da el tiempo para ir a los exámenes...
El jefe, ya fuera de sí, nuevamente lo interrumpe en forma altanera y violentamente, diciéndole que se vaya:
Ándate
Te lo vuelvo decir, ándate, ándate, en serio.
Ándate no te quiero en la obra...
El trabajador intenta preguntar por qué, mientras el jefe, Daniel Jara, lo sigue tapando con altanería y prepotencia, diciendo:
"Ándate, en serio, no te quiero en la obra, porque, pa mi vo soy el primer foco posiblemente contaminado, así que por favor ándate..."
Es tan dura la situación vivida, que se hace necesario ir transcribiendo la discusión, porque permite ir percibiendo en toda su profundidad y crudeza, la situación de abuso patronal que raya en lo criminal.
El ambiente se tensiona, se genera un silencio sepulcral, vemos que un trabajador que se ha atrevido a hablar, está siendo maltratado por el patrón, está siendo expulsado de su trabajo, ninguneado y humillado, por el solo hecho de intentar conversar con el jefe, por el solo hecho de intentar mostrarle el lado de los trabajadores, la preocupación y la angustia que les causa el haber estado trabajando junto a dos compañeros que resultaron estar contagiados con covid-19. En eso el jefe quiebra el silencio insistiendo en lo mismo, en el maltrato con mucha prepotencia y altanería
Ya po
Ya po, o que te preocupa más el bono...
Instándolo a irse
El trabajador a pesar de la humillación, reponiéndose y a pesar del legítimo temor a quedar sin trabajo, vuelve asacar la voz y le responde: "No, no estoy ni ahí con el bono, es la irresponsabilidad suya que no nos deje el tiempo de ir al hospital a un examen…"
Nuevamente es interrumpido por el jefe, y en forma prepotente e irónica le dice:
Te lo pido como buena gente por favor váyase al hospital....
Y luego ofuscándose frente al intento de hablar por parte del trabajador, continúa en forma despectiva.
“Ándate, al hospital a decir que tuviste contacto con una persona, que no sé qué....”
“Anda al hospital, anda a contar, para que te hagan el examen preventivo, y que te digan no sé que...Acá no te quiero"
(Nopo.)
Nuevamente el tono prepotente, autoritario y déspota del jefe genera un silencio sepulcral, momento en que aprovecha para decir desafiantemente:
Quién más...
Sigue el silencio, y el prepotente jefe, aprovecha para insistir en tono más pedante aún.
Quien más
Quien más
Ustedes asumen sus consecuencias
Entonces si nos queremos ir
Son libres de irse yo no les estoy cerrando las puertas
Ustedes asumen sus consecuencias
Nuevamente en tono amenazante los invita a asumir sus consecuencias, una forma solapada de decirles si estás pensando el cuidado de tu salud vas a perder la pega. Luego de eso emite una arenga patronal en donde les advierte que deben cuidar ese trabajo, subordinándose a su voluntad, porque no van a encontrar trabajo en ninguna otra parte.
Yo tengo que asumir la mía, yo voy a tener la obra parada dos días, tres días, lo que me demoré en encontrar otro tipo de trabajo, pero voy a encontrar,...
Ustedes no sé si van a encontrar pega de nuevo, porque si el problema es la constructora va a ser igual en otra constructora y la gente no está haciendo pololos porque no quiere gente ajena en su casa
Finalmente, después de haber hecho el trabajo sucio de humillar, ningunear y maltratar a los trabajadores se lava las manos, escudándose en el dueño de la empresa, a la vez que insiste en ningunearlos y traspasar a ellos los descuidos de la empresa.
Vean ustedes, pero yo les estoy dando las cartas que me dio el jefe, si se quieren ir se van, si traen licencia la traen, si no la traen porque no están contaminados, porque consideraron que no, cualquier cosa es su problema y es su responsabilidad. Yo no tengo porque tener 60 vasos al lado de un bidón de agua, yo tengo mi vaso me lo traje porque me preocupo, si ustedes no se preocupan es asunto suyo, si usted no se lava las manos es problema suyo.
Entonces no le busquen excusas a la constructora
Mandándolos sus puestos de trabajo, insiste en decirles que los problemas son ellos, los trabajadores, expresando:
"porque aquí lo único que yo leo, son excusas, no leo ni una weba más, solo excusas”
No hay ganas de trabajar, hay ganas de irse para la casa, y si se quiere ir se va
Pero así no podemos seguir, tercera vez que tengo que venir.
Así que ya ustedes verán, pero tienen 5 minutos para decidir, no más.
Así el jefe cierra su visita a la obra con la amenaza o trabajan en 5 minutos, o los deja sin trabajo, es un volver al pasado, a aquellos tiempo en que no existían regulaciones para el trabajo y en que el patrón podía tomarse la vida de los trabajadores con sus presiones, es como un si quieres tener trabajo no puedes cuidar tu salud, no puedes pretender tener un mínimo de dignidad, debes trabajar por sobre todo, no importa que el mundo se esté cayendo, debes seguir trabajando, tu vida no nos importa nada, lo único que nos importa son las ganancias, "el bono".
“Y si, ya no se van a ir, vuelven a trabajar porque tampoco es para que estemos parados”
Queda clarísima la importancia de fortalecer la organización de los trabajadores, aún en "tiempos de paz", es necesario que en cada rincón de Chile exista la organización de los trabajadores, especialmente a falta de un sindicalismo que realmente defienda a los trabajadores, una autoorganización que tenga total independencia de clase y este alejado de los partidos reformistas y conciliadores con el régimen, contrario a como ha venido actuando la dirección de la CUT, que le ha cedido treguas criminales al régimen de gobierno.
En estos momentos de crisis sanitaria en que nos golpea el gobierno, pero también nos golpean las direcciones sindicales por no organizar las fuerzas de los trabajadores, es fundamental buscar la forma de auto organizarnos, tomar en nuestras propias manos la iniciativa de organizarnos, buscando formar comités de seguridad desde nuestros lugares de trabajo, a pesar de que en algunos lugares ya no nos sea posible reunirnos, tenemos que buscar la forma haciendo uso de la tecnología qué nos favorece actualmente, pero tenemos que avanzar en esta autoorganización, porque solamente nosotros nos preocuparemos de nosotros mismos y de nuestras familias, solamente con nuestra autoorganización y solidaridad de clase podremos salvar los abusos patronales, el maltrato de los jefes y las dificultades que se nos vienen en esta crisis sanitarias que recién comienza, también desde esta autoorganización, desde la formación de los comité podríamos agrupar, rearticular y orientar nuestras fuerzas, como clase trabajadora.
La pasividad, inoperancia y tregua de los dirigentes de la CUT, deja en claro una vez más, la importancia de recuperar nuestra organización, nuestros sindicatos, la CUT, pero como un organismo enteramente al servicio de los trabajadores, que no claudique frente a los empresarios, un organismo que en este momento debería estar llamando a la #HuelgaYA, a un paro indefinido y total, de los sectores no esenciales.