El miércoles por la tarde se activó el protocolo por un potencial caso de coronavirus en una cabina de señales en el trayecto de Retiro a Palermo de la Línea San Martín. Fue a raíz del caso del familiar de un señalero, con síntomas similares al COVID-19.
La cabina fue clausurada y el personal de señaleros afectado a ella recibió licencia por cuarentena obligatoria, hasta tanto se obtengan los resultados del reactivo del caso sospechoso. Sin embargo, el personal de seguridad que también se encontraba compartiendo el lugar de trabajo no fue licenciado.
En otro acto brutal de irresponsabilidad de Murata S.A. expone su desinterés por la vida de sus trabajadores y sus familias ya que no garantiza ningún protocolo de prevención, obligándolos a decidir entre autoaislarse sin goce de sueldo o seguir yendo a trabajar. Aún peor, les ofrece como única alternativa la reubicación poniendo en peligro la salud del resto del personal del ferrocarril, incluyendo por supuesto a sus propios compañeros.
Para terminar con estas injusticias y obtener todas las licencias necesarias para trabajadores en grupos de riesgo, pero también para aquellos que conviven con personas en grupos de riesgo o con personal hospitalario, así como para garantizar los insumos de protección necesarios como guantes, barbijos y alcohol en gel, hace falta la constitución de comisiones abiertas de seguridad e higiene organizada entre trabajadores de planta, tercerizados y usuarios para frenar la expansión del virus ante la irresponsabilidad de las patronales que sólo miran sus balances financieros.
Desde la Agrupación Naranja Ferroviaria le exigimos al Estado y a Trenes Argentinos la realización de tests semanales a su personal en funciones, especialmente a aquel afectado a lugares de contacto con el usuario. Detectar tempranamente los casos es clave para evitar la propagación. |