En los últimos días ha crecido el interés, o como suele decirse, el “crush” por López-Gatell, el actual subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud y el encargado de enfrentar la pandemia de Covid-19 en el país. Acá te contamos más sobre su pasado.
Han circulado fotos de su juventud y artículos en varios medios, donde destacan a Hugo López Gatell como “exlíder estudiantil”, el hoy funcionario participó con su generación en defensa de la universidad pública y en el transcurso de la lucha y hasta el Congreso estudiantil de 1990, define su simpatía política al lado de quienes se convertirían en la burocracia del Consejo Estudiantil Universitario (CEU), el órgano representativo impulsado por el movimiento estudiantil en 1986 contra las reformas del rector Jorge Carpizo.
La huelga impulsada por el CEU será traicionada por la naciente dirección ceuista, surgiendo de ella una camada de jóvenes que apoyarán a Cuauhtémoc Cárdenas hasta la fundación del PRD en 1989, convirtiéndose a partir de entonces en parte de la dirección juvenil de este partido. El CEU así funcionó como dirección estudiantil en la UNAM hasta el 2000, año en que abandona la última lucha estudiantil en la que participa, para sumarse a la política de plebiscito impulsada por el exrector Juan Ramón de la Fuente, con apoyo de la Secretaría de Gobernación, por el levantamiento de la huelga del Consejo General de Huelga (CGH).
Hoy que la popularidad adquirida por López Gatell va en ascenso, un sector de Morena aprovecha la oportunidad para homenajear al CEU y su papel como dirección estudiantil de 1986 al 2000. Pero acá te contamos la verdadera historia de esta corriente estudiantil, cuyo desenlace ocurrió entre 1999-2000, luego que el CEU abandonó la lucha del Consejo General de Huelga, con algunos de sus integrantes expulsados o sancionados por intentar o establecer comunicación unilateral con autoridades de la UNAM a espaldas de las asambleas.
Con información directa de Sandra Romero, exintegrante del Consejo General de Huelga de la huelga de 1999, quien fue parte de los miles de estudiantes que lucharon por la democratización del movimiento estudiantil en la UNAM, opuestos a la política de la dirección ceuista, encabezada por los principales dirigentes juveniles del Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Un movimiento estudiantil contra la privatización
En el 86 surge un masivo movimiento contra las reformas del entonces rector Jorge Carpizo, conocidas como “Plan Carpizo”, que contemplan la modificación de reglamentos generales de exámenes, inscripciones, pagos y el estatuto de la universidad que garantizaba el pase automático de bachillerato a licenciatura, todas éstas integradas en un documento llamado "Fortaleza y debilidad de la Universidad Nacional".
En octubre de este año se levanta un movimiento estudiantil contra el Plan Carpizo y junto a cientos de asambleas representativas de todas las escuelas nace el CEU, con representantes que dan voz a la masiva lucha. Aunque en un inicio los universitarios cuestionan las reformas y al rector que pretende imponerlas, muy pronto la lucha comienza a plantearse la necesidad de impulsar una reforma integral de la UNAM, cuestionando su órgano de gobierno, Consejos Técnicos y al Consejo Universitario, para plantear su democratización junto a trabajadores y profesores.
Ante la negativa del rector por retroceder en sus planes, el 29 de enero de 1987 el movimiento estudiantil resuelve estallar en huelga en toda la universidad.
El camino de la burocratización
Aunque el CEU tuvo un origen democrático en su formación, con asambleas de representación por plantel, en el transcurso de la lucha se fue consolidando a una dirección constante, no siempre rotativa, que fue ganando autoridad o reconocimiento frente a la Rectoría y demás funcionarios de escuelas y facultades, cuyos integrantes se "enquistaron" rápidamente al frente del CEU.
La dirección (no oficial) ceuista propondría en asambleas el levantamiento de la huelga, cerca de su segundo mes, luego que el rector anunció la "postergación" de la reforma, lo cual sin embargo fue rechazado. Entonces, pasando por encima de la sensibilidad general y el acuerdo de la asamblea general realizada en el auditorio Che Guevara, la dirección del Consejo en una decisión burocrática se reúne a puerta cerrada con autoridades de rectoría en la Facultad de Filosofía y Letras, donde pacta el fin de la huelga, con Imanol Ordorika, Antonio Santos y Carlos Ímaz al frente.
En 1990 el CEU participa en el Congreso Universitario impulsado por la Rectoría y el movimiento estudiantil y la dirección del Consejo forma parte de las mesas centrales. Finalmente acceden la resolución de distintas discusiones y acuerdos que la rectoría nunca cumpliría, "agotando" así la discusión por la "reforma integral" de la UNAM. Nada se recupera del espíritu del movimiento estudiantil por la democratización de la universidad.
En 1989 la mayoría de la dirección ceuista se sumaría al PRD, Imanol Ordorika, Antonio Santos, Óscar Moreno, Carlos Ímaz, Claudia Sheinbaum, al lado de Salvador Martínez Della Rocca y Rosario Robles, que era del STUNAM, entre otros, con la siguiente trayectoria partidaria:
Carlos Ímaz: Fue fundador juvenil del PRD en 1989, dirigente del PRD en el Distrito Federal de 1999 a 2002, repudiado por el movimiento estudiantil de 1999-2000, delegado por Tlalpan en 2003, militante hasta 2004, cuando salieron a la luz videos que lo involucraban en corrupción por miles de dólares junto a René Bejarano y Gustavo Ponce, involucrados en delitos electorales. Se negó a renunciar al PRD y mantuvo bajo perfil, apoyando a Andrés Manuel López Obrador en su lucha contra el fraude en 2006. Fue pareja de Claudia Sheinbaum hasta 2016.
Imanol Ordorika: Fue fundador del PRD, vocero y coordinador de medios de Cárdenas durante la campaña electoral de 1989, renunció al partido en 2001, continuó trayectoria académica en Estados Unidos y como académico de tiempo completo en la UNAM e investigador, especializado en temas de educación superior.
Antonio Santos —quien aparece junto a Gatell en una de las fotos que ha dado la vuelta en redes sociales— fue militante del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) y en la huelga de 1986 era consejero universitario por la UNAM y parte del CEU, un par de años después formaría parte de la fracción abierta en esta organización trotskista, que propone impulsar la candidatura presidencial de Cuauhtémoc Cárdenas, pero una parte del partido decide mantener su independencia e impulsa la candidatura presidencial de Rosario Ibarra de Piedra. Santos se integra al PRD y forma parte de su consejo y comité ejecutivo nacional hasta 1992, dedicado a campañas electorales, principalmente en Michoacán, Guerrero y Chiapas.
Claudia Sheinbaum: Fundadora del PRD en 1989, impulsora de la campaña a la presidencia de Cuauhtémoc Cárdenas, secretaria del medio ambiente del 2000 al 2006, vocera de López Obrador en la campaña electoral de 2006, coordinadora de políticas públicas del PRD en varios períodos, delegada de Tlalpan en 2015, hoy jefa de gobierno en la capital del país.
Oscar Moreno Corzo: Se integra al PRD y ocupa varios cargos como funcionario de gobiernos capitalinos en áreas de cultura, que es la forma como este partido ubicó a muchos de sus dirigentes estudiantiles, administrando el acceso a la cultura y ligados a la juventud, miembro del Consejo de Gobierno del Instituto de Educación Media Superior en la CDMX, subsecretario de Seguimiento a Programas con Alcaldías. Pareja de la recién electa rectora de la UACM, Tania Rodríguez.
Fernando Belauzarán, Adolfo Llubere e Inti Muñóz fueron parte de una generación posterior del CEU, en la década de los 90s, como activistas estudiantiles a la par de dirigentes juveniles del PRD en la UNAM. Los tres formaron parte de la llamada "moderada" en el movimiento estudiantil de 1999-2000, que finalmente abandonó la huelga meses antes de terminar ésta. Belauzarán fue sancionado por el pleno del CGH en una sesión que duró más de 12 horas, discutiendo el rol traidor del CEU-PRD en el movimiento estudiantil.
Junto a la burocratización, los golpes a la educación pública y gratuita
En los noventas, el CEU se erigió como la dirección prevaleciente del movimiento estudiantil, jugando el rol de burocracia dentro del mismo, combinando la lucha con el control de los diálogos y negociaciones de cada lucha estudiantil que surgía con las autoridades de la UNAM. Su dirección pactó así más de una docena de procesos, paros y huelgas en las cuales permitió que avanzara la ofensiva del gobierno contra los bachilleratos, el desmantelamiento del proyecto educativo de los Colegios de Ciencias y Humanidades y la consolidación del CENEVAL como filtro de exclusión universitaria con la imposición del examen único de ingreso a la UNAM.
En la huelga del 99 los estudiantes que conformaron el CGH —órgano representativo del movimiento estudiantil que tenía delegados rotativos y revocables y que funcionó todo el tiempo con mandatos de base—, abriría un fuerte cuestionamiento a la burocracia ceuista y su política derrotista en esta lucha, denunciando el rol que habían jugado en la última década y que pretendían volver a jugar. Un canto de aquella generación sintetiza el sentir de la llamada "ultra" hacia el CEU:
"Porque el color del dinero jamás se olvida, los moderados serán comprados, vestidos de amarillo, políticamente tibios, es cierto, no miento, así es la moderada, su estancia, su estancia será comprada... ¿Y quién la comprará, el pinche diputado, por eso... y entonces. Ultra, ultra, ultra, no te dejes comprar, por unos cuantos pesos o un cargo popular."
La dirección de aquel CEU histórico del que viene López Gatell no es un orgullo en la historia del movimiento estudiantil, tan celebrado por medios como Milenio, por la misma rectoría de la UNAM y por el gobierno, se convertiría en el fundador de la juventud del PRD, convirtiendo a la UNAM en un bastión del mismo, con métodos antidemocráticos y burocráticos y sería la oposición del régimen a los gobiernos neoliberales del PRI y el PAN, siendo parte de la transición pactada en el 2000. Con estos partidos se sometería el PRD los siguientes años, como parte de la aprobación de un sinfín de reformas privatizadoras que precarizaron la vida de millones de personas. Con el apoyo de Cuauhtémoc Cárdenas, Rosario Robles, Martí Batres y Andrés Manuel López Obrador, aquellos traidores del movimiento estudiantil serían premiados con puestos en el gobierno.
Funcionario al servicio de la "salud" neoliberal
Con una trayectoria médica, López-Gatell no fue la excepción, aunque por fuera de las filas perredistas y desarrollándose en estructuras del sistema de salud y en la academia universitaria, se integró sin titubear al gobierno de Felipe Calderón, como director general adjunto de Epidemiología en la Secretaría de Salud, encabezando en 2009 la respuesta a la pandemia del virus gripal H1N1, razón por la cual está hoy al frente de en la política de salud frente al Covid-19.
En el gobierno de Peña Nieto participó como director de Innovación en Vigilancia y Control de Enfermedades Infecciosas, en el Instituto Nacional de Salud Pública y ahora en el gobierno de López Obrador, se ha convertido en una figura mediática, enfrentando la pandemia con una política propia de los países donde los sistemas de salud han sido saqueados por la crisis del Estado neoliberal, apostando a "aplanar la curva", que busca la atenuación del virus mediante el distanciamiento social, dependiente en gran medida de la generación de inmunidad en la gran mayoría de la población, para así prescindir del uso de test masivos que el Estado no puede o no quiere costear.