Desde que comenzó la cuarentena y mucho antes de alcanzar el pico de contagios, los trabajadores de la salud en nuestra provincia (y en todo el país) vienen denunciando la falta de insumos elementales de bioseguridad: los barbijos y camisolines son escasos y de mala calidad. Al personal de limpieza ni siquiera se les provee estos insumos. Ni hablar de los protectores oculares y guantes.
Desde el gobierno y el Siprosa hacen oídos sordos al reclamo y aseguran por los medios de comunicación que los insumos están garantizados, al mismo tiempo que lanzan una campaña de voluntarios para fabricarlos de manera artesanal. Pero dentro de los hospitales, los directores muchas veces reconocen el faltante y aducen que el problema es que los proveedores (nacionales y extranjeros), saturados de pedidos, no mandan los insumos.
Aunque Manzur, la ministra Chahla y los directores de hospitales pretendan desinformar a la población y desmentir el reclamo de los trabajadores, la información se les cuela por los dedos porque el problema de los barbijos es de alcance internacional.
Ante esta disyuntiva se plantea la necesidad inmediata de reconvertir la textil para la fabricación de insumos para hospitales: desde barbijos y camisolines en cantidades y calidad adecuadas, hasta las sábanas y toallas para hospitales.
¿Suspensiones y despidos o reconversión de la industria textil?
La provincia de Tucumán cuenta con 5 plantas que procesan insumos para la industria textil, desde el hilado hasta los telares: Tn&Platex, la fábrica más importante de hilados del país, con dos plantas en el departamento de Cruz Alta, produce más de 22 mil kilos de hilo por día. Además desde hace unos años, viene incorporando telares en sus dos plantas. Desde hace casi un mes los 200 trabajadores de sus plantas están suspendidos y en la incertidumbre laboral, no solo por el cierre forzoso sino también por la crisis económica en curso, que siempre implica despidos. De hecho, la cantidad de trabajadores se redujo a la mitad en menos de cuatro años.
TN&Platex es uno de los principales proveedores de hilado para la textil Santista SA (ex Tavex), una importante fábrica de telas -grafa y jean- con 800 trabajadores ubicada en Famaillá, cuyo grupo controlante es el holding mexicano GSL. En su planta de 65.000 m2 se producen 27 millones de metros de tela por año. Además tiene talleres para la confección de sus propias marcas de zapatillas y ropa de trabajo (Grafa, Ombú). Los trabajadores de Santista SA también están suspendidos hasta nuevo aviso.
Además hay otras importantes empresas como Alpargatas (Alberdi), que produce calzados con 400 trabajadores y Tecotex (Lules), que tiene una integración vertical de producción de hilados y tejidos.
Todas las empresas están hoy con suspensiones y a la espera del auxilio del gobierno para sostener con subsidios el pago de los salarios (Repro). Y a pesar de que los empresarios cuentan con otros beneficios como la postergación del pago de aportes patronales y contribuciones a las ART, la crisis posiblemente se traduzca en despidos. Justo cuando más se necesita poner estos recursos al servicio de la producción masiva de insumos hospitalarios.
Por eso, se vuelve una necesidad de primer orden que la industria textil en Tucumán sea declarada de interés público y sea reconvertida para la producción masiva de barbijos y camisolines de calidad, sábanas y toallas para los hospitales.
La Textil Neuquén, una empresa recuperada por sus trabajadoras empezaron dando el ejemplo reconvirtiendo sus tareas para producir barbijos. Tenemos también el ejemplo de la gráfica Madygraf, una empresa recuperada por sus trabajadores que, con el apoyo de especialistas en el área química de la Comisión Nacional de Energía Atómica, han reconvertido una parte de la planta para producir alcohol en gel y máscaras de protección facial.
Con la capacidad instalada que existe en Tucumán para producir desde el hilado y las telas hasta la confección, se podría dar respuesta inmediata al reclamo de los trabajadores de la salud al mismo tiempo que garantizar las fuentes de trabajo de los trabajadores textiles. Hay que exigir tanto a los gremios textiles (AOT, SETIA) como de la salud (ATSA, SITAS) que se pongan a la cabeza de esta demanda. Es la única salida realista al problema del faltante a escala nacional de estos insumos. |