Mujeres organizadas, mujeres fortalecidas en sus reclamos. Así se vio a casi 30 mujeres que se congregaron con sus tapabocas lila, para compartir una olla debido a que muchas de ellas no han podido elegir horas producto de la supresión de todos los actos electivos a partir de la emergencia sanitaria.
El sindicato de ADES Montevideo viene reclamando la realización inmediata del acto eleccionario, a la vez que el pago retroactivo al 1° de marzo a todos aquellos docentes que han perdido sus salarios, y el re-ingreso al FONASA en todos los casos.
En diálogo con La Izquierda Diario, la docente Valentina nos comentó que “esta situación vulnera especialmente a una cantidad de compañeras que están embarazadas que necesitan hacerse controles y la no cobertura de FONASA las deja totalmente desamparadas”. “Lo cierto es que estamos a 45 días donde hay compañeras y compañeros sin salario, y eso es responsabilidad de las autoridades por el hecho de haber suspendido la elección de horas”, señaló la docente.
La olla se desarrolló en la esquina de Juncal y Rincón, en la Ciudad Vieja, donde se encuentra ubicado el Consejo de Educación Secundaria, organismo que debería realizar los actos de elección de horas. Debido a su suspensión, cientos de docentes han quedado en una virtual situación de desocupación, ya que tenían garantizados sus salarios hasta febrero inclusive. Esto lleva a perder la cobertura en salud, justo en momentos donde se vive una pandemia mundial.
A partir de esta situación, las docentes se han organizado en una Comisión de Mujeres del Sindicato, y han tenido la iniciativa de montar una olla popular, que tuvo la misión de poder garantizar un plato de comida para quienes que no han cobrado su salario de marzo, y además para colaborar con las ollas de la zona.
Con un exquisito guiso vegetariano, las mujeres se han organizado para enfrentar esta terrible situación donde siempre son los sectores más empobrecidos quienes terminan pagando las crisis económicas y sociales. Pero también donde se despierta la solidaridad entre la clase trabajadora y los sectores más carenciados y marginados.
La olla, además de brindar un servicio alimenticio básico, fue complementada por carteles donde se expresaban las reivindicaciones del sector, tanto como trabajadoras como también mujeres.
Allí podían leerse exigencias y reclamos propios de la situación gremial de ADES Montevideo como “Hay docentes sin horas y sin mutualista”, pero donde también se combinaban con una visibilización de su condición de mujeres trabajadoras, como por ejemplo “nuestras vidas no son daños colaterales” en referencia a los lamentables dichos del presidente Luis Lacalle Pou respecto de los feminicidios perpetrados en el marco de la cuarentena.
Valentina nos hizo hincapié en que “esta situación genera además una complejidad extra en las madres que están a cargo de los cuidados, de las tareas reproductivas del hogar, están en este momento haciendo cuarentena con sus hijes, con toda la demanda que eso implica, y con todo el estrés en el caso de las que están sin trabajo”.
La Agrupación de Mujeres Pan y Rosas estuvo presente en la actividad apoyando la iniciativa y los reclamos del sector, como lo hace siempre que las mujeres trabajadoras se organizan y deciden hacer oír su voz.
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