Ecuador está sufriendo una de las situaciones más agudas producto de la crisis del coronavirus. Probablemente sea uno de los países en donde esta pandemia golpee con más fuerza. La responsabilidad de este crimen social es del gobierno de Lenin Moreno, pero no solo. Las multinacionales españolas tienen también sus manos manchadas de sangre del pueblo ecuatoriano.
Repsol, Telefónica, Banco Santander, ACS o Acciona: grandes beneficiarias de un expolio que hoy se transforma en muerte
Las empresas españolas tienen una presencia muy importante en suelo ecuatoriano, en sectores clave como la construcción, la energía o la sanidad. Han formado parte de los grandes beneficiados de años de aplicación de planes neoliberales. Unas políticas cuyas consecuencias ahora, debido a la propagación del coronavirus en Ecuador, se transforman en una auténtica catástrofe.
En mitad de esta situación, gigantes empresariales como Repsol, Telefónica, Banco Santander, ACS o Acciona rápidamente han presionado para que el gobierno de Lenin Moreno blinde a toda costa sus beneficios.
Todas ellas tienen inversiones multimillonarias en el país. Solamente Repsol obtuvo casi 100 millones de euros de beneficios en el país andino, la misma cantidad que todo el presupuesto para sanidad. Esta compañía copa una parte importante del sector energético ecuatoriano.
Otro de los campeones empresariales ibéricos en Ecuador son las constructoras, cuya obra más emblemática es la construcción de la primera línea metro en Quito. Un proyecto faraónico que está siendo llevado a cabo por Acciona.
En los últimos años estas empresas han estado en el ojo del huracán debido a múltiples escándalos de sobornos y corrupción. Entre los más destacados está el caso relacionado con la multinacional brasileña Oderbrecht, con quien las constructoras españolas mantenían una fuerte alianza.
Que no pare el negocio, las multinacionales españolas exigen al gobierno ecuatoriano que mantenga todos sus pagos
Con el inicio de la crisis del coronavirus muchas de estas compañías han puesto en marcha planes de choque contra sus plantillas con el objetivo de seguir manteniendo sus beneficios. En la mayoría de los casos han despedido a gran parte de sus trabajadores, dejando en el desamparo a miles de familias.
Por otro lado han ejercido una fuerte presión de lobby sobre gobierno de Lenin Moreno para que éste se comprometiera a blindar sus inversiones y el Estado siguiera cumpliendo con sus contratos, pagos y compromisos. Una dinámica de seguir con el saqueo de las arcas públicas, ante un ejecutivo totalmente entreguista con las grandes multinacionales. Retrayendo así los recursos públicos que deberían servir para atender la emergencia.
En el sector de la sanidad esta política voraz del capital extranjero, con un protagonismo importante de las empresas españolas, está mostrando su cara más cruel. El sistema sanitario ecuatoriano ha saltado por los aires por la debilidad de un servicio profundamente precario y privatizado que ha convertido a la salud en el privilegio de unos pocos.
Desde el Estado español la mejor solidaridad es luchar contra nuestro propio imperialismo
La situación de catástrofe sociosanitaria que vive Ecuador, con millones de personas empujadas a la muerte y la miseria, es producto de los grandes problemas sociales estructurales del país. Por un lado las empresas multinacionales imperialistas, con las españolas a la cabeza, y el expolio que realizan, por otro la política de un gobierno que solo tiene como objetivo mantener en pie un régimen semicolonial, por el otro
Desde el Estado español es necesario que las organizaciones de trabajadores y de la izquierda anticapitalista denunciemos esta situación que desangra al pueblo ecuatoriano en favor de muchos de los grandes conglomerados capitalistas ibéricos.
La clases trabajadora tiene que exigir que de forma inmediata se confisquen sus beneficios multimillonarios fruto del expolio y la explotación a las que someten a las clases populares en países como Ecuador para su devolución con la finalidad de que se pueda reforzar su sistema de salud y protección social. Además tenemos que luchar por que estas multinacionales sean expropiadas bajo control de sus trabajadores y que sus inversiones y recursos en el extranjero sean puestas a disposición de los pueblos oprimidos.
Atacar los intereses de estos pulpos capitalistas, tanto en Ecuador como aquí, es esencial para poder frenar una pandemia que la mezquindad y voracidad imperialista no hace más que agravar. Solo de esta manera la clase obrera podremos construir lazos de solidaridad a nivel mundial que permitan pensar una alternativa a este sistema que con esta crisis muestra su carácter más depredador. |