El peronismo siempre considero al 1° de mayo, que simboliza la lucha internacional de los obreros contra el capital, como un día de fiesta, de celebración de las conquistas logradas bajo el manto del Estado dirigido por Perón.
Escribe Evita en su libro La razón de mi vida: “El 1º de mayo, que en otros tiempos fue triste celebración de los trabajadores oprimidos, es ahora una de nuestras dos fiestas mayores. Alguna vez visitantes extranjeros nos han preguntado por qué mantiene el Gobierno una fecha que tiene, en todo el mundo, un sentido de revolución y de rebeldía y que es aprovechada en todas partes por los comunistas en contra de lo que los mismos visitantes llaman «el orden legalmente constituido».(...) Antes de Perón, el 1º de mayo se reunían los trabajadores en las plazas y en las calles de todas las ciudades del país y sus dirigentes aprovechaban la oportunidad para hablarles. Los buenos dirigentes, por lo general, tenían muy poco que decir en realidad: ¡más que hablar de esperanza, las realidades eran muy pocas, entonces! Los malos dirigentes, los falsos dirigentes, los que habían aprendido la lección en libros extraños o en tierras extrañas no desperdiciaban la ocasión de agitar a sus compañeros. Ante las escasas realidades que podían ofrecer y ante la larga espera de las promesas no cumplidas, el camino más fácil era incitar a la rebelión y a la anarquía (…) ¿Por qué no va a celebrar la fecha ahora que puede hacerlo sin temores y sin inquietudes? En vez de gritos con los puños crispados frente a las puertas cerradas de la Casa de Gobierno, el pueblo trabajador argentino celebra ahora cada 1º de mayo con una fiesta magnífica que presiden desde los balcones de la Casa de Gobierno su conductor en su calidad de «primer trabajador argentino», título sin duda el más preciado por Perón”.
Para el peronismo, la revuelta de Haymarket, los mártires de Chicago, la lucha por la jornada de 8 horas, las huelgas del Centenario, la Semana Trágica; las huelgas y las masacres de la Patagonia, las movilizaciones por Sacco y Vanzetti, la huelga de la construcción a mediados de los ’30, todo el movimiento obrero previo al peronismo era un producto de ideas extrañas. ¿De dónde provenían estas ideas que para el mayor mito del peronismo incitaban a la “rebelión y la anarquía”?
Cuenta Osvaldo Bayer “Los comienzos del movimiento obrero en nuestro país fueron, sin ninguna duda, épicos. Ese primer acto del 1º de mayo de 1890, convocado por los trabajadores alemanes del Vorwärts, al cual concurrieron representantes obreros de todas las corrientes inmigratorias y los oradores hablaron cada uno en su propio idioma, fue pura emoción y coraje. Y la policía observaba todo para “intervenir” cuando la palabra exacta es “reprimir”. Pero llenaron el Prado Español esa gente recién llegada al país que desde un principio luchó por las ocho horas de trabajo”.
Es decir que las dos primeras ideas exóticas que señala el peronismo son la lucha de clases y el internacionalismo obrero. Obviamente pues ambos principios rompen con la idea de la armonía social y la unidad nacional bajo la conducción del Estado patronal.
Prosigue el autor de La Patagonia Rebelde: “ Es increíble la lista interminable de huelgas en los años 1902 y 1904, durante la presidencia de Roca, donde la explotación de los trabajadores llegó a términos exasperantes. Pero lo que al lector lo llena de emoción y admiración es que la lista de huelgas se expande también a pequeñas ciudades y a pueblitos del interior argentino. ¿Cómo hacían esos anarquistas de aquel tiempo? Lo primero que hacían era reunirse y fundar la Sociedad de Oficios Varios. Con biblioteca, conjunto filodramático y cursos de aprender a leer y escribir para analfabetos. Y una asamblea semanal. No había dirigentes sino apenas un secretario de actas para anotar lo que resolvía la asamblea soberana. No había dirigentes “gordos”. Ni llegaban a sus sindicatos en una cuatro por cuatro. En esa época, ninguno de los “agitadores” -ya que no les gustaba la palabra “dirigentes”- recibía pago por su labor sindical.”
Para Eva Duarte, los otros elementos ajenos a la nacionalidad eran la democracia obrera, la honestidad de los dirigentes y su apego a la base. En definitiva una serie de elementos que hacen a la conquista de independencia frente a los patrones.
El peronismo cooptó las organizaciones sindicales, creo una burocracia adicta al Estado y separada de los trabajadores con privilegios particulares y sustituyó la lucha de clases por la armonía entre las clase. Incluso disolvió por la fuerza al Partido Laborista fundado por los dirigentes sindicales que hicieron el 17 de octubre de 1945 para darle apoyo desde una posición independiente a Perón. Los trabajadores tenían que abandonar toda pretensión de contar con una fuerza política propia y pasaron a ser la columna vertebral del movimiento nacional.
La conclusión de Bayer desnuda la maniobra del peronismo para ocultar la historia del movimiento obrero y desterrar las ideas de revolucionarias de su seno: “ La historia del movimiento obrero en sus comienzos está a la altura de las luchas del proletariado europeo. Pero se la ha silenciado. Aparece sólo en libros de investigación. No se la recuerda. Cuando propusimos a un conjunto de personas que se llamara “Víctimas de la Semana Trágica” a la plaza donde estaban los establecimientos Vasena, donde había comenzado la cobarde represión de enero de 1919, de inmediato el metalúrgico Vandor solicitó que se llamara “Martín Fierro”. Y así fue llamada. Del pasado no se habla. El movimiento obrero empezó en 1945.”
La santísima trinidad
Frente a la fecha del 1° de mayo, el Ministerio de Trabajo a través de su titular Claudio Moroni llama a celebrar el hecho de que “Trabajo ha regresado a su status de Ministerio, en concordancia con la recuperación de un Estado presente, reactivando la necesidad de un vínculo permanente con el resto del Gabinete, tanto en lo que respecta a lo social, como en el aspecto económico. Somos plenamente conscientes de que, desde nuestro lugar, es esencial el diálogo y el enlace entre todos los actores que hacen a lo laboral, y estamos trabajando en conjunto con los sindicatos, las cámaras empresarias y los organismos internacionales para poder dar una respuesta efectiva, coherente y coordinada ante la crisis.”
Pero si algo está quedando en claro es el papel de la cartera laboral como instrumento de una política que atenta directamente contra las condiciones del empleo de los trabajadores.
El programa de los empresarios es avanzar sobre el empleo, exigir que se levante la cuarentena a toda costa sin importar el costo en vidas humanas, es despedir y suspender trabajadores bajándoles el salario y flexibilizar las condiciones de trabajo. Cuentan para ello con la complicidad del Gobierno, que a pesar de haber prohibido los despidos, les permitió igual a los empresarios, como Paolo Rocca de Techint o Ricardo Burzzese de Penta, dejar sin trabajo a sus empleados.
Todo bajo el amparo del ministro Moroni. Recientemente el Ministerio de Trabajo avaló el acuerdo de la UIA y la CGT que negocia las suspensiones y las rebajas salariales. La excusa de los burócratas sindicales y el peronismo en el poder es la de que es necesario aceptar el chantaje patronal, de elegir entre mantener el empleo o permitir la reducción del salario y la flexibilización de las condiciones de trabajo.
El 1° de mayo, la izquierda y la pandemia.
Este 1° de mayo la izquierda hizo homenaje a la tradición revolucionaria del movimiento obrero internacional y planteo a los trabajadores, las mujeres y la juventud organizar su lucha de manera independiente ante la guerra social declarada, en medio de esta pandemia -por los empresarios y sus gobiernos- contra la clase trabajadora.
La red internacional de La Izquierda Diario realizó un acto online en simultáneo en 14 países, en seis idiomas diferentes, cuyo hilo común fue mostrar la emergencia de la resistencia de la clase trabajadora y en particular de los integrantes de la primera línea contra la ofensiva del capital y llamar a la construcción de partidos y una internacional de la clase trabajadora bajo las banderas del socialismo revolucionario.
El FIT por su lado realizó un acto donde planteó de conjunto un programa enfrentado al de los empresarios y el Gobierno.
Un programa cuyo eje es que nuestras vidas valen más que sus ganancias, que la crisis la paguen los capitalistas, los empresarios dueños de grandes extensiones de tierra y los bancos, afectando sus intereses, la lucha por la independencia política de los trabajadores, las mujeres y la juventud y por el gobierno de las y los trabajadores. |