Durante la jornada del domingo, fue publicado en el diario el Mercurio un artículo en defensa de la nueva Ministra de la Mujer y Equidad de género, a cargo de Elena Irarrázabal Sánchez, en el que se plantean los cuestionamientos que se le han hecho a Santelices por sectores del movimiento de Mujeres, tras la campaña #Notenemosministra.
En el artículo es posible leer diferentes preguntas a los cuestionamientos que se le ha hecho a Santelices por distintos sectores del movimiento de mujeres, contra una ministra de la Unión Demócrata Independiente, partido fiel a la dictadura militar de Pinochet, mismo que ha avaló la violencia y represión por parte del estado y del gobierno durante la rebelión popular.
Y es que, para el Mercurio, la simplificación del problema a solo preguntarse “¿Hace falta tener un magíster en estudios de género de la Universidad de Chile para ser ministra de la mujer?, ¿O tal vez de alguna universidad europea?, ¿Sirve de algo haber trabajado en una institución feminista o en algún departamento universitario con ese sello?”, pero los cuestionamientos sobre su nula formación de esta en estudios de género son ampliamente superficiales, ya que, ¿Si Santelices tuviese estudios de género cambiaría en algo?, y la respuesta es no, porque inclusive ¿Estudios de género para quién?, claramente para mujeres y hombres burgueses, y es que eso representa, y a la vez, profundamente elitistas ¿Acaso las grande feministas y luchadoras por los derechos de las mujeres y les LGBTTTIQ+ tuvieron estudios de género?.
Porque no somos iguales
El argumento contradictorio de EMercurio, nos hace abrir una muy buena discusión al respecto, y es que no todas las mujeres somos iguales, aunque Santelices tuviese conocimientos de género estos siguen siendo acorde de los intereses de la burguesía, representando a las mujeres burguesas, porque ni cientos de “magíster” harían que la nueva ministra representase a la mujer pobre, porque no somos iguales, nosotras somos pobres y oprimidas, mientras que ellas son ricas, opresoras y pinochetistas.
No es de extrañarse la mirada de un diario como el Mercurio, manifestando extrañeza a como se refieren los sectores del movimiento de mujeres al nombramiento de Santelices, donde en sus párrafos se puede leer que, “Es singular el lenguaje utilizado contra la nueva ministra –mujer fascista, xenófoba y autoritaria- y la reiteración, como argumento en contra, de sus lazos de consanguinidad con la familia Pinochet”, como si eso fuese poco. La exigencia de que Macarena Santelices se vaya es porque es férrea defensora de todo por lo que luchamos y buscamos derrotar, todo lo que va contra la lucha por la justicia y la verdad de nuestras, nuestros y nuestres compeñaras/os/es, por estar en contra de que seamos nosotras quienes decidan por sus cuerpos, y por todo lo que llevamos años luchando en las calles y organizándonos.
Ante estos cuestionamientos la actual Ministra de Equidad de Género se ha defendido con estas palabras: “Una posición política no tiene nada que ver con los derechos humanos y por lo mismo desde hoy soy ministra de todas las chilenas”. Pero ella no es la ministra de la mujeres trabajadoras, de las estudiantes, ni de la diversidad sexual, tampoco es la ministra de las mujeres que el gobierno manda a morir en los centros hospitalarios, que se están enfrentando a la pandemia del COVID, con falta de insumos y protección.
Es urgente levantar una coordinación nacional del movimiento de mujeres en unidad con dirigentes sindicales, centrales de trabajadores y trabajadoras, juntas de vecinos y vecinas, estudiantes y otros sectores explotados y oprimidos para gritar con fuerza ¡No Pasarán! ¡Tiremos abajo toda herencia de la dictadura! No queremos que descarguen la crisis sobre nuestros hombros, ¡Fuera Santelices! ¡Fuera Piñera!